Recortes de Prensa Lunes 3 Junio 2024


Zelenski acusa a China de boicotear su propuesta de paz para Ucrania
ANTONIO FERNÁNDEZ. la razon. 3 Junio 2024

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, acusó el domingo a China de obstaculizar sus esfuerzos para recabar la mayor cantidad de apoyos posibles de cara a la cumbre de paz organizada por Kyiv para mediados de este mes en Suiza, y para la que considera imprescindible el respaldo de los países asiáticos. «Uno no puede decir que acepta la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y al mismo tiempo ser aliado de un país que viola los principios de la Carta de Naciones Unidas», expresó Zelenski sobre Pekín y su proximidad con la Rusia de Vladimir Putin durante su intervención en el foro de seguridad de Shangri-La, en Singapur. «Desgraciadamente, China se esfuerza hoy por impedir que los países asistan a la cumbre de paz».


Desde la acaudalada ciudad-estado, Zelenski ha acusado a Pekín de hacer «todo lo que está en su mano» para «obstaculizar» la próxima cumbre de Suiza, en la que participarán más de 100 países y 75 jefes de Estado y de Gobierno, a través de un esfuerzo diplomático para convencer a otros países asiáticos y del llamado Sur Global para que se abstengan de participar, como ya ha avanzado China. «Hace falta que Asia sepa qué está pasando en Ucrania. Nos hace falta el respaldo de los países asiáticos. Nos hace mucha falta», confesó el mandatario ucraniano en declaraciones recogidas por Bloomberg.


Zelenski acusó a China –que sigue sin condenar la invasión rusa de Ucrania– de ser «una herramienta en manos de Putin», y a Rusia de utilizar la influencia y los diplomáticos chinos para hacer «todo lo posible por perturbar la cumbre de paz». Pekín, por su parte, considera que la conferencia debe contar con la aprobación de Moscú para conseguir, en palabras de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, «la participación igualitaria de todas las partes y la discusión justa de todos los planes de paz». Sin Rusia presente en las conversaciones «es difícil que la conferencia desempeñe un papel sustantivo en el restablecimiento de la paz», remarcó en rueda de prensa la propia Mao Ning.


Zelenski y el presidente chino Xi Jinping mantuvieron hace un año su primera conversación telefónica, una primera toma de contacto para sondear posturas. Desde entonces, la diplomacia ucraniana ha intentado sin éxito aproximarse a la órbita de Pekín. Los funcionarios ucranianos han solicitado varios encuentros con sus homólogos chinos, casi a todos los niveles. Pero Pekín ha cerrado la puerta. Ni siquiera en Singapur, en el marco del foro de seguridad de Shangri-La, los representantes chinos han querido reunirse con sus pares ucranianos. Una señal evidente de su lealtad a la Rusia de Putin.


Antes de la esperada intervención de Zelenski, el ministro de Defensa chino, Dong Jun, trasladó a los asistentes del foro de seguridad que Pekín había «promovido las conversaciones de paz con una actitud responsable». «Nunca hemos proporcionado armas a ninguna de las partes en conflicto. Hemos puesto un control más estricto a la exportación de productos de doble uso y nunca hemos hecho nada para avivar las llamas. Estamos firmemente del lado de la paz y el diálogo», afirmó.


La ausencia de Rusia y el veto de China no son las únicas condiciones que amenazan con tumbar antes de tiempo la cumbre de Suiza. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no ha confirmado todavía su participación en la cita. El líder demócrata, inmerso en una campaña electoral contra un Donald Trump que tiene otros planes para Ucrania, no ha dado señales de que vaya a hacerlo.


Bienvenida sea la amnistía
JESÚS LAÍNZ. gaceta. 3 Junio 2024

Por fin las cartas sobre la mesa. Esto de la amnistía no es más que la culminación del llamado régimen del 78, concebido, a pesar de las buenas intenciones de muchos que colaboraron en su parto, para la paulatina autodestrucción de España.


Aunque nuestros próceres gustaron de acariciarse con las cantinelas aquellas de la reconciliación y el consenso, la realidad ha demostrado que no se trató de ningún borrón y cuenta nueva de los dolores históricos del último siglo, sino de una venganza de las izquierdas y los separatistas. Los vencedores del 39, reconstructores de España y suicidados con gusto para dar paso a la democracia, quedaron como los malos. Los perdedores, enterradores de la democracia republicana con sus mil y un golpes, revoluciones y crímenes, y de nuevo fracasados en sus deseos rupturistas tras la muerte de Franco, quedaron como los buenos. Y sus aliados separatistas vascos, creadores de su eficaz brazo terrorista, quedaron como heroicos luchadores por la democracia merecedores de amnistía y reconocimiento. Y medio siglo más tarde siguen recibiendo homenajes.


La Constitución se inspiró, por resaca antifranquista, en el fracasado modelo autonómico de 1931. Y así nació ese Título VIII que ha provocado el vaciamiento del Estado, la menor integración nacional de la larga historia de España, la desigualdad entre españoles, el éxito de los separatistas y la inminente ruptura de la nación. Y si todavía algún bienintencionado sigue manteniendo que nada de ello es culpa del texto constitucional sino de su mala aplicación, la conclusión sigue siendo la misma: se trata de un sistema que, diga lo que diga la Constitución, se ha demostrado incapaz de evitar el despilfarro, la corrupción, la injusticia, la opresión, el crimen, la mentira, la tiranía y la traición. Responsables de ello han sido todo tipo de instancias gubernativas, legislativas y judiciales. No ha funcionado nada. Y desde el punto de vista ideológico, los culpables han sido una izquierda cainita hasta el frenesí y una derecha inmóvil hasta la inexistencia.


Por eso es muy buena noticia la aprobación de la amnistía para los golpistas separatistas. Nadie con dos dedos de frente podrá seguir manteniendo que el régimen del 78 ha sido beneficioso ni para la nación española en general ni para los ciudadanos en particular. Sus efectos perniciosos son tan evidentes que no hace falta mencionarlos: los contemplamos y sufrimos todos los días nada más encender el televisor y salir a la calle. Y todavía hay cándidos que se empeñan en suponer que la Constitución va a impedir lo que ella misma lleva provocando desde hace casi medio siglo. Esperemos que haya políticos con la valentía suficiente para pasar de una vez las carcomidas páginas de la Constitución y empezar a pensar en el futuro.


Y junto a esos políticos, si es que tienen la talla suficiente, en las próximas semanas veremos si queda alguna instancia, sobre todo judicial, capaz de impedir la infamia y salvaguardar el imperio de la ley. Y en esto, naturalmente, va incluido Felipe VI, cuya función arbitral ejerció tan eficazmente en octubre de 2017. Evidentemente, un rey que reina pero no gobierna tiene muy poco margen de maniobra precisamente por la parálisis a la que le condena el bendito texto del 78, pero ocasiones como ésta prueban la rectitud de las personas y la fortaleza de las instituciones. Recuérdese Bayona en 1808 y sus nefastas consecuencias. Si las instituciones del Reino de España no están a la altura de los acontecimientos, su fracaso lo pagaremos todos los españoles, aunque no parece que la mayoría de éstos se hayan dado cuenta de la gravedad de la hora. Como en 1898, están más pendientes de cantantes, toreros y futbolistas que del hundimiento general.


Ha llegado el final del 78. A pesar de los dolores que habremos de sufrir, quizá sea para bien.


Cuando algo se tambalea, empújalo.


Influencias y lameculos
HERMANN TERTSCH. gaceta. 3 Junio 2024

El diario de Escolar, ese que dice que hay que amordazar y cerrar a los medios que no le laman el culo a Sánchez con tanto entusiasmo como él, asegura que los eurodiputados de VOX no ha tenido influencia en la pasada legislatura del Europarlamento.


Son enemigos irreconciliables de la verdad. Pero también de la inteligencia.


Lo cierto es que VOX y sus aliados han tenido más influencia que ninguno de los eurodiputados que forman la alianza de la mayoría socialdemócrata bajo Ursula Von der Leyen, que son el PP, el PSOE, los Verdes y demás. Porque la coalición de PP y PSOE, y sus subalternos manda y decide todo en la UE desde siempre. Y en las últimas décadas con cada vez mayor arrogancia y desprecio a las libertades y los intereses de las naciones.


Y sin embargo, desde que ha irrumpido VOX y algunos aliados han caído los tabúes en ese Parlamento amordazado por la corrección política socialista que el Partido Popular no cuestiona ya jamás.


Ha sido VOX con sus aliados quien ha roto esas mordazas en Bruselas y Estrasburgo para la desesperación de la Comisión Europea y de la mayoría pepera, socialista y verde. Tanta que no se olvidarán esos llamamientos a hacer callar y apagar el micrófono, y hasta a sancionar a oradores de VOX por decir la verdad. Socialistas españoles, como Josep Borrell o Javi López, del partido con pasado más violento y criminal y presente más corrupto y falsario de todo el Europarlamento se permiten exigir represión directa contra compatriotas que dicen lo que ellos no quieren oír.


Y resulta que ha servido para despertar conciencias en todo el continente porque sólo los dos grupos de fuerzas nacionales, soberanistas y conservadoras suben. Mientras todos los grupos de la alianza, empezado por populares y socialistas, bajaran. Más los socialistas que los populares, y mucho más los Verdes.


Por primera vez en la historia los partidos nacionales, soberanistas y conservadores pueden formar una mayoría. Por primera vez se puede echar a toda la izquierda y su venenosa ideología de los procesos de cambios. Y se podrán enmendar los disparates legislativos de muchos lustros.


Hay que desbrozar. Hay que abolir, abolir, abolir, desregular, desregular, desregular y las naciones tienen que recuperar todas esas competencias que legal e ilegalmente se ha apropiado la Comisión Europea. Y hay que acabar definitivamente con el delirio del megaestado socialista, intervencionista, controlador, sancionador y represivo que regula hasta el último resquicio de la actividad humana, la nacional, municipal, económica, empresarial, familiar, educativa, sanitaria.


La Comisión no es ni puede ser un gobierno que da órdenes a los gobiernos como ha sucedido en este lustro, sino un equipo gestor a las órdenes de las Naciones en el Consejo Europeo.


Así las cosas, el día 9 de junio la Unión Europea puede dar un salto de gigante en el retorno a la libertad de todas las naciones y de sus ciudadanos, en la reconquista de derechos. Las naciones pueden volver a una Unión Europea en la que se haga juntos lo que mejor se hace justos, pero todo lo demás cada uno, soberano, lo suyo. Sin Von der Leyen ni su coalición socialdemócrata de peperos, socialistas, verdes y comunistas imponiendo a las naciones y a los individuos una ingeniería social sovietizante, y como ya se ha visto empobrecedora y liberticida.


Todo eso es posible por primera vez en los 70 años de historia del Parlamento Europeo. La revuelta de las naciones en exigencia de su libertad, de su identidad, de su historia, de sus derechos, su tradición y sus valores está a punto de descabalgar a una coalición despótica y prepotente.


Y lo han logrado VOX y los muchos partidos hermanos de VOX en cinco años. Ahora que digan los lameculos del socialismo, del narcocomunismo, del crimen organizado y de Sánchez, partido y familia, que VOX no ha tenido influencia en el Europarlamento.


Jorge Buxadé: «Feijóo es la derechita estafadora, votar al PP es votar al PSOE»
VICENTE GIL. okdiario. 3 Junio 2024

Jorge Buxadé afirma que «PP y PSOE han votado lo mismo el 90% de las veces en la última legislatura europea» y que, incluso, «González Pons ha presumido, muy ufano, de su coalición con los socialistas y ha dicho que quiere que siga». Buxadé augura, como las encuestas, una gran subida de los Conservadores y Reformistas de Europa en los que Vox está integrado y de Le Pen en Francia y adelanta que el PP tendrá que elegir «si quiere estar con nosotros o seguir con los socialistas, el Pacto Verde y la Agenda 2030».


Pregunta.- ¿El 9J es un plebiscito sobre Sánchez?

Respuesta.- Por supuesto que no. Las elecciones generales fueron el 23 de julio. Ahora votamos el Parlamento Europeo que participa en el nombramiento del presidente de la Comisión Europea. Es una trampa, un engaño y una estafa. Y, por eso, hablamos de la derechita estafadora. No se puede engañar a los españoles y decirles «votadme a mí el 9 de junio para echar a Sánchez». Si el PSOE sacara cero diputados, Sánchez seguiría.


P.- ¿Feijóo es la derechita estafadora?

R.- Sí.


P.- ¿Qué le diría a quien duda entre votar a Vox o al PP?

R.- Que el Partido Popular y el Partido Socialista han votado lo mismo el 90% de las veces en la última legislatura europea. Que han aprobado el Pacto Verde que ha destruido la agricultura, la ganadería y la pesca y que amenaza nuestra industria. Que han aprobado un pacto de inmigración y que apoyan la política que gira en torno a la Agenda 2030. Nosotros votamos en contra de que las empresas europeas tengan que pagar por el CO2 que emiten perdiendo rentabilidad y despidiendo trabajadores mientras en India, China o África emiten todo el que les da la gana. Nos han colocado en una situación de ruina económica. Si siguen cinco años más será la devastación de la economía europea.


P.- ¿Votar al PP es lo mismo que votar al PSOE?

R.- Por supuesto. Son una gran coalición. González Pons, muy ufano, ha presumido de ella y ha dicho que quiere que siga. Luego, aquí, en el Congreso o en la Asamblea de Murcia hacen como que se enfadan… pero todo viene de Bruselas y lo tienen pactado.


P.- ¿A qué aspiran Vox y los partidos de Conservadores y Reformistas? ¿Habrá unidad? Meloni está con ustedes, pero Le Pen está en otro grupo y los alemanes han quedado descartados

R.- Aspiramos a un cambio total de las políticas europeas para hacer políticas en favor de nuestra capacidad productiva, de nuestra industria y del campo y para controlar las fronteras de Europa y luchar contra la inmigración ilegal. Todos los partidos patriotas y conservadores en Europa van a crecer mucho. Desde VOX seguiremos trabajando para buscar la fórmula de colaboración entre todos. Y si es crear un solo grupo lo haremos. No hay un objetivo numérico, pero sí que el Partido Popular Europeo no tenga la excusa de seguir en esa gran coalición con el socialismo, que tenga una alternativa y que decida si prefiere seguir con los socialistas y los verdes haciendo políticas en contra de los nuestros o pacta con nosotros y hace políticas en favor de Europa.


P.- Se habla del ascenso de la «ultraderecha» el 9J. ¿Usted se siente de ultraderecha?

R.- No. Ha pasado con Meloni. Hace año y medio era una «líder postfascista» y ahora es un ejemplo de político moderado y centrista y todos quieren hacerse fotos con ella. Pasará igual con nosotros. ¿Qué significa eso de la ultraderecha? Partidos conservadores gobernamos en Italia, Suecia, Finlandia, Hungría… Hasta hace poco, en Polonia. En una entrevista me preguntaron dónde me colocaría yo entre 0 y 10 siendo cero la extrema izquierda y diez la extrema derecha. Yo dije cinco. Somos los tipos más moderados del mundo. Lo que pedimos es sentido común. Pedimos que, si a un agricultor en Europa le dicen que no puede utilizar un producto fitosanitario porque produce cáncer, no permitamos que entren productos de Marruecos con esos fitosanitarios. ¿Qué pasa? ¿Que en Marruecos no producen cáncer? O ¿por qué nuestras empresas han de pagar por el CO2 y las de China no? Es sentido común. O que no entren los lobbies en los colegios a hablar de cosas que corresponde a los padres enseñar a sus hijos.


P.- ¿Son, entonces, un partido conservador?

R.- Estamos dentro del grupo de los conservadores europeos, pero es imposible definir a Vox. De verdad. Porque Vox quiere cambiarlo todo. En ese sentido no somos conservadores. Queremos bajar los impuestos, mejorar el sistema educativo, recuperar competencias para el Estado respecto de las comunidades autónomas. Queremos hacer una gran reforma de España.


P.- Feijóo ronda a Meloni…

R.- Porque Feijóo no tiene amigos relevantes. ¿Qué líder político internacional, relevante, que tome decisiones, hay en el Partido Popular Europeo? Feijóo no tiene un Netanyahu con el que verse en pocas horas, un Orban, un Milei, una Meloni o, por supuesto, Trump. Santiago Abascal estuvo con Trump en la conferencia conservadora en Estados Unidos. Hemos hecho un trabajo extraordinario de tejer esas alianzas no pensando en Vox sino pensando en España y en Europa, que es lo importante. Queremos cambiar España y reformar y rescatar Europa. Europa está secuestrada por lobbies. Cuando llegué al Parlamento Europeo, Meta y Google me pidieron una reunión porque querían aprobar una ley europea de medios de comunicación, una de medios digitales y una de servicios digitales. ¿Qué ha pasado en esta legislatura? Que PP y PSOE han aprobado las tres. ¿Quién manda en Europa? Nosotros votamos en contra porque no queremos verificadores de noticias que digan lo que es verdad y lo que no en las redes y no queremos censura ni control. Queremos libertad. Europa es libertad, pero ellos han creado un sistema de control absoluto.


P.- ¿El domingo celebrarán un resultado mejor que el de 2019?

R.- Indiscutiblemente. Seremos el partido que, porcentualmente, va a crecer más en España. Lo vemos más allá de las encuestas, que no me las creo. Lo vemos en el ambiente. Lo percibo en los actos. Estamos más vivos y fuertes que nunca. Veo mucha ilusión por tener un gran resultado. Porque es una oportunidad única para España y para Europa. Posiblemente la última. Si en los próximos cinco años no revertimos lo que han hecho Von der Leyen y el Partido Popular Europeo y continúa las mismas políticas, dentro de cinco años habrán desaparecido más explotaciones agrarias y ganaderas, habrá más industrias cerradas, más EREs… Lo tienen todo preparado. Incluso crearon el llamado Fondo de Transición Justa, que suena muy bonito, pero que es para pagar todos los daños producidos por la transición ecológica. Está todo planeado y hay que pararlo.


Jorge Buxadé: «Hay un riesgo gravísimo de islamización en Europa»
VICENTE GIL. okdiario. 3 Junio 2024

«Hay un riesgo gravísimo de islamización en Europa». Lo afirma, de manera rotunda, Jorge Buxadé, candidato de Vox a las elecciones europeas del domingo que viene, en una entrevista a OKDIARIO. La lucha contra la inmigración ilegal es una de las ideas-fuerza de la campaña de Vox haciéndose eco de la enorme preocupación social creciente en España y en todo el continente por el aumento de la delincuencia y la inseguridad.


Jorge Buxadé niega que la propuesta de Vox de expulsiones masivas de inmigrantes ilegales sea, como dicen otros partidos, un brindis al sol imposible de llevar a cabo: «No lo es. Sólo hace falta voluntad para hacerlo». «Hay que ordenar la inmigración como cualquiera ordena su casa», señala.


Buxadé saca pecho por la reducción de la inmigración ilegal en Italia con Meloni. Y es tajante: «Hay que cortar las ayudas sociales para los inmigrantes ilegales. Solamente deben cobrarlas los nacionales y los extranjeros en situación legal». Cree que todo ello provoca efecto llamada que favorece a las mafias. «No podemos venderles que aquí hay un paraíso porque no lo hay».


Pregunta.- Está clara su oposición al Pacto Verde y a la Agenda 2030. Respecto a la inmigración ilegal, otros partidos dicen que la propuesta de Vox de expulsiones masivas es un brindis al sol porque no son posibles

Respuesta.- No es ningún brindis al sol.


P.- ¿Es posible hacerlas?

R.- Por supuesto, si hay voluntad. Italia tenía hace dos años los números más altos de inmigración ilegal. Desde la llegada de Giorgia Meloni ha caído de forma brutal. Ahora mismo España es el país de Europa donde se producen el mayor número de entradas ilegales por Canarias. Meloni ha llegado a un acuerdo con Túnez para la devolución de los inmigrantes ilegales y a un acuerdo con Albania para acoger a los de Lampedusa. Hay que fortalecer nuestras fronteras. Que Salvamento Marítimo, en vez de alejarse de las costas españolas para recoger a los buques de los negreros y traerlos a Canarias, los devuelva a Mauritania. Hay que cerrar un acuerdo con Mauritania y con Marruecos. Hay que cerrar un acuerdo con Argelia para expulsar a todos estos. Y hay que cortar las ayudas a los inmigrantes ilegales. Es insostenible. Nadie lo entiende. Quienes mejor comprenden esto son los cubanos, venezolanos, colombianos, peruanos o ecuatorianos que vienen a nuestros mítines y dicen que obtener la residencia legal para venir a España les costó seis meses de tramitación, de obtención de una oferta de trabajo, de acreditar medios de vida. Y aquí se está empadronando a los ilegales. Acaban de aprobar en el Congreso la reforma en virtud de la cual un ilegal tendrá toda la cobertura sanitaria igual que cualquier español. Esto es efecto llamada. Todo esto debe cortarse y las ayudas tienen que ser para los nacionales y para los extranjeros que residen legalmente, pero, por supuesto no para los ilegales. Dejemos de venderles un paraíso porque no existe aquí un paraíso.


P.- ¿Hay riesgo de islamización en Europa?

R.- Gravísimo. Por supuesto que lo hay. Basta pasear por Molenbeek. Entre el barrio del Raval, en Barcelona, mi ciudad natal, y Molenbeek ya no hay mucha diferencia. En Figueras, un bar ha sido sancionado porque prohíbe entrar a las mujeres. Hay un riesgo evidente de islamización. El mayor número de detenciones de terroristas islamistas se está produciendo en España. No sabemos quién entra. Han entrado 40.000 inmigrantes ilegales el año pasado y no sabemos quiénes son ni de dónde vienen ni con qué intención. Muchos de ellos vendrán con buena intención engañados por las mafias. Han pagado y vienen aquí a trabajar, aunque tienen que entrar por la puerta y pedirlo adecuadamente. Pero muchos otros vienen aquí a cometer delitos y delitos graves. Tenemos que ordenar esto. Como cualquiera ordena su casa.


LA INTERVENCIÓN GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO PUBLICA LOS DATOS DEL CIERRE DEL PRIMER TRIMESTRE

La ministra Montero dispara el gasto público un 28,9% en sólo cuatro años
JOSÉ RAMÓN RIERA. gaceta. 3 Junio 2024

La Intervención General de la Administración del Estado acaba de publicar los datos del cierre del primer trimestre y ya se puede proceder a realizar un análisis de cómo están evolucionando los gastos consolidados de la Administración Central, la Seguridad Social y las Comunidades Autónomas.


Estos datos demuestran la incapacidad de la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para controlar los gastos del Estado. La función de un ministro de Hacienda no sólo es recaudar y evitar el fraude fiscal, sino también garantizar que las cuentas públicas están al día, a la par que evitar el descontrol del gasto público. Montero sólo cumple con la primera de sus responsabilidades, la de la recaudación.


Desde el año 2019 los gastos consolidados de las tres organizaciones antes mencionadas han pasado de 493.106 millones de gasto total, equivalente a 41.092 millones de media, a los 599.838 millones del año 2022, donde ya no había pandemia y tampoco excusa para seguir subiendo los gastos. Sin embargo, los gastos medios mensuales se dispararon hasta los 49.987 millones mensuales, y en 2023 crecieron hasta los 635.778 millones, con una media de 52.982 millones.


Todo este descontrol del gasto público lleva a que, a cierre de 2023, comparado con 2019, el gasto público se haya disparado en sólo cuatro años un 28,9%.


En el siguiente cuadro se puede observar que, en el primer trimestre del 2019, los gastos consolidados, sin las Administraciones Locales, llegaron a 110.506 millones. Un año después, los gastos crecieron un 7,7%, y al siguiente los gastos crecieron un 9,9%. En el año 2022, decrecen un 2,2%, aunque el ejercicio termina con un crecimiento del 4%, y en 2023, los gastos vuelven a dispararse, sólo en ese trimestre un 8,8%.


Y así llegamos al primer trimestre de 2024 en el que los gastos vuelven a crecer un 4,5%.


¿Qué ha pasado en este mes de marzo, para que sea prácticamente igual?

Las pensiones llevan una subida del 6,3%, los salarios públicos una media del 5,5% y los intereses de la deuda un 12%.


En este primer trimestre es cuando se hace un análisis de las cuentas públicas de cada país y se tienen que enviar a Bruselas, donde se analiza el déficit y la deuda y las naciones son conminados a cumplir con el pacto de convergencia de ir reduciendo déficit y deuda.


Pero como la deuda española se ha disparado a un 108,8% del PIB, Montero ha dejado de contabilizar gastos para así poder enviar un déficit controlado, con el riesgo de que en el segundo trimestre se descuadren las cuentas.


A pesar de eso y de que sólo crece un 4,5% sobre 2023, el gasto desde el 2019 ya se ha incrementado sobre el año 2019 en un 30,6%, y teniendo en cuenta que faltan gastos por contabilizar, la realidad se irá haciendo más dura a medida que avancen los datos oficiales a lo largo del año.


Todos los gastos del Estado español enviados a Bruselas llegaron a 678.000 millones en 2023, y una subida del 6% de media como el año pasado, colocaría al país en casi los 720.000 millones, con una subida de 42.000 millones más de gasto.


Si se frena más la economía, el déficit se puede ir al 4% y la deuda muy cerca del 110%. Si eso pasa, la nueva Comisión Europea tomará medidas.


¿Sociedad civil o sociedad servil?
Jesús Banegas. vozpopuli. 3 Junio 2024

El día 30 de mayo de 2024 acaba de pasar a la historia de España con la aprobación de una insólita amnistía, que hasta el 23 de julio del pasado año solo había sido reivindicada por un escasísimo porcentaje de ciudadanos -apenas los beneficiados por ella y los enemigos de siempre del Estado de Derecho- y aún hoy está muy lejos de contar con el visto bueno de la mayor parte de la opinión pública. Se trata de un hecho político sin precedentes en el mundo civilizado.


En el Foro de la Sociedad Civil, gravemente preocupados este asombroso y gravísimo suceso, asumimos como propia la posición adoptada por un elevado número de acreditadas personalidades jurídicas y muy respetadas instituciones que han glosado más que suficientemente las razones que cuestionan por completo la amnistía aprobada por el Congreso de Diputados.


Los beneficiados de esta iniciativa no han perdido el tiempo y, en lugar de mostrarse agradecidos para con quienes la han hecho posible, se han dedicado en estos últimos días a mofarse de ellos, recordando exhaustivamente sus previas manifestaciones públicas en contra de ella.

Principio de igualdad

Frente a la situación creada tras la medida impulsada por el Gobierno y aprobada por sus socios de investidura, la principal preocupación de nuestro Foro se ciñe al abierto cuestionamiento de los pilares institucionales del mejor periodo de nuestra historia que esta nueva ley representa, es decir, el Estado de Derecho, nuestra Constitución y la Transición.


Esta aprobación pone en grave peligro el principio de igualdad entre los españoles, desarticula el principio de sumisión positiva al principio de legalidad que es exigible a todos los poderes del Estado, ataca la independencia judicial y desnaturaliza el Estado de Derecho que se va convirtiendo poco a poco en “estado de poder” con grave riesgo de la pervivencia de nuestra democracia liberal.


España, pese a todo, disfruta todavía de jueces independientes, es aún una sociedad abierta a la posibilidad de recuperación de nuestro marco institucional, evitando con ello la tentación de convertirse en un estado compuesto, sin substrato sentimental que lo justifique, irreconocible y desvinculado respecto de los principios y valores que nos han permitido contarnos entre los mejores ejemplos de libertad y progreso del mundo.


Solamente a través del ejercicio democrático del derecho de voto en las urnas podrá nuestro país optar por una doble elección: responder a esta ominosa situación como una sociedad civil madura o prestarse a ser una sociedad servil a las órdenes y a las ocurrencias de las fuerzas políticas que no creen en España y que tratan permanentemente de subvertir nuestras instituciones.


La complacencia económica de la izquierda
José Luis Feito. vozpopuli. 3 Junio 2024

Últimamente, el presidente del Gobierno viene celebrando reiteradamente y con sorprendente júbilo la marcha de la economía española. Digo sorprendente, no sólo por la disonancia entre la visión del Gobierno y la realidad de la economía, que luego analizaré brevemente, sino también porque con sus declaraciones comete un error que la potente y tentacular maquinaria electoral de la izquierda solía evitar. Sabían que no era políticamente conveniente jalear las cifras de crecimiento económico cuando coexisten, como es el caso, con elevadas tasas de paro y de pobreza a fin de no irritar a los que sienten que las cosas no les van mejor o no tan bien como sugiere el discurso triunfalista del gobierno.


El error puede haber sido provocado por las tensiones que el presidente está viviendo en las otras esferas de su acción política. También pudiera suceder que el presidente temiera que las acciones e inacciones económicas de su Gobierno acarrearan un desempeño económico peor que el que arrojan los datos. Si este fuera el caso, su alegría estaría espoleada por el alivio y sería comprensible, aunque no por ello dejaría de ser un error manifestarla públicamente.


En cuanto a la realidad económica de España, es innegable que las cifras de crecimiento del PIB en 2023 y las esperadas para 2024 son mayores que las del promedio de países de la UE. Es igualmente innegable, empero, que nuestra tasa de paro sigue siendo mucho más elevada que la de la mayoría de países europeos, casi el doble de la media, y la tasa de pobreza y exclusión social está aumentando en España y bajando en la mayoría de los otros países. Esto obedece a las disfunciones de nuestro mercado de trabajo, acentuadas por las medidas adoptadas por este gobierno en el ámbito de la política laboral y las cotizaciones empresariales a la seguridad social. Así sucede que el aumento de los trabajadores empleados es muy superior al del total de horas trabajadas, que apenas ha variado. Esto implica una reducción de las horas trabajadas por trabajador que en muchos casos es no deseada y entraña una situación de precariedad laboral.


Por otra parte, a pesar de las mejores cifras de crecimiento económico recientes, la renta per cápita de nuestro país es prácticamente la misma que hace cuatro años. Únicamente tres países, de los 27 de la UE, lo han hecho peor que nosotros en este periodo. Consecuentemente, el PIB per capita de España en poder de compra ha pasado de representar el 92,8% de la media de la UE, inmediatamente antes de la llegada de Sanchez al gobierno, a suponer el 88,6% en la actualidad. El débil avance de la formación de capital, en particular de la inversión empresarial, es una de las causas del estancamiento de las condiciones de vida en nuestro país. De hecho, la inversión empresarial aún se sitúa por debajo de los registros de 2019. Lo cual, por otra parte, es lo que suele ocurrir cuando el marxismo, aunque sea de baja o media intensidad, se encarama al poder. Siempre ha ocurrido en todo momento y lugar, y siempre ocurrirá. Diatribas contra empresarios y contra los beneficios, subidas intensas de impuestos, intervenciones absurdas en los mercados y un sin fin de sinsentidos económicos no configuran precisamente un clima que catapulte la inversión. Por cierto, la política de vivienda, tanto por acción como por omisión, está creando situaciones que recuerdan las vividas en el franquismo de la autarquía, con aquellos anuncios del tipo: “se alquila habitación con derecho a cocina y retrete”.


En cualquier caso, es lamentable la complacencia y la consiguiente falta de ambición económica de este gobierno. Se ha optado por la redistribución a costa del crecimiento lo que termina siempre perjudicando a los más débiles de la sociedad. La construcción de un proyecto creíble de convergencia con las condiciones de vida de los países más avanzados de la eurozona o al menos con el promedio de estos países debería ser la tarea ineludible de la política económica de nuestro país. Es lamentable la complacencia pero es inevitable por inherente a la naturaleza ideológica de la coalición gobernante. El marxismo de unos y el semimarxismo y las ansias de poder a cualquier precio de otros está completamente reñido con las reformas económicas necesarias para llevar adelante ese proceso de convergencia.


El verdadero programa económico del Gobierno es muy otro. Marx decía que el fin de la economía capitalista era reproducir las condiciones de explotación de los trabajadores y la consiguiente obtención de la máxima plusvalía posible. Mutatis mutandi, se puede decir que el verdadero objetivo económico del Gobierno es reproducir las condiciones de dependencia del presupuesto de amplias capas de la población. Se trata de maximizar el número de personas que total o parcialmente viven de lo público y advertir que la llegada al poder de la derecha destrozaría su modus vivendi. Es difícil predecir cuanto puede durar esta política porque la insostenibilidad de la deuda pública que genera depende de la interacción de varios factores de difícil precisión temporal. Lo que sí se puede afirmar con certeza es que cuanto más dure más infeliz será el final.


El autogolpe de Sánchez con la 'vergoña' de la autoamnistía y la 'Begoña' de la corrupción
Francisco Rosell. vozpopuli. 3 Junio 2024

En esta España que deambula sonámbula bajo un volcán presto a desfogar lava como en La Palma en 2021, aquello de “Eso no puede pasar aquí”, como chasqueaban los biempensantes venezolanos antes de que Hugo Chávez se erigiera en déspota valiéndose de las urnas para arribar al Palacio de Miraflores y pronto reventarlas, puede ser una certeza tras el autogolpe de Pedro Sánchez en este jueves de la infamia, festividad de San Fernando, salvo que haya jueces en Madrid y en Luxemburgo que frenen el desafuero y perviva lo que la “suspendencia” catalana. Satisfaciendo a los sediciosos del 1-O el precio de compra de su Presidencia en su execrable transacción, Sánchez deroga tácitamente el orden constitucional y suprime la igualdad de los españoles. Una arbitraria norma inconstitucional por la que los facinerosos condenan a quienes sofocaron su revuelta al preservar la legalidad a instancias de Felipe VI en su histórica alocución análoga a la de su padre en la asonada de Tejero del 23-F de 1981.


Si la casi unánime amnistía preconstitucional de 1977 -sólo se opusieron dos socialistas rompiendo la disciplina de voto- abrió la puerta al mayor periodo democrático de España, esta autoamnistía de parte franquea una mudanza de régimen en el que medio Parlamento impone su voluntad al otro retrotrayendo a las dos Españas machadianas. Todo ello por la ambición de quien, en su regreso al futuro, retorna al socialismo comunistizado -ahora podemizado- de “Noverdad” Largo Caballero, timbre de gloria para Zapatero y Sánchez, frente al socialdemócrata González. ¡Que nadie inquiera luego, haciéndose el distraído, cuándo se jodió (y quienes) España! Como corolario a un sexenio sanchista edificado sobre el fuste torcido de una moción de censura obrada por una falacia, Sáncheztein consuma esta corrupción máxima.


La vergoña de este impúdico acto de simonía política coincide con el punto álgido de la corrupción familiar que acecha a los Kirchner de La Moncloa con Begoña Gómez inquirida por tráfico de influencias al prevalerse de su posición para sus tratos privados con empresas, así como para beneficiar a quienes sufragaban sus actividades con contratos de Consejos de Ministros presididos por su cónyuge. Junto a su aportación al rescate gubernamental de Air Europa y a que esta compañía cobrara la deuda de la Venezuela de Maduro a cambio de que Sánchez dejara en la estacada al opositor Guaidó, la sombra del “Begoñagate” ronda otros renglones del código penal por apropiación de un “software” de la Universidad Complutense, si su rector no se rebla.


En medio de la tormenta, el sofista Zapatero trata de echarle un capote negando que haya “caso Begoña Gómez” con una tesis estupefaciente: “Si la mujer del presidente quisiera hacer un tráfico de influencias, ¿firmaría un papel público?”. Lástima que Richard Nixon no se ingeniara tal necedad ante el Tribunal Supremo para que el “escándalo Watergate” no le desalojara de la Casa Blanca. Así, cuando se destapó la existencia de cintas secretas que probaban su implicación en el fisgoneo de la sede demócrata, “Dick, el mentiroso” se habría ido de rositas arguyendo que fue él quien dispuso el operativo clandestino de grabación del Despacho Oval. Con un perito en leyes como Zapatero, ser cogido con el cuerpo del delito sería un atenuante. Claro que, pensándolo bien, es lo que ha hecho el PSOE con una autoamnistía que su digno discípulo no tuvo la gallardía de defender desde la tribuna de un Congreso que abandonó con mueca sarcástica de perdonavidas de cantina.


Dado que a la corrupción familiar se suma la de partido con el “caso Koldo”, el PSOE requerirá de mejores letrados que Zapatero, aunque disponga de un doméstico de lujo como el Fiscal General del Estado, en su vuelta a las andadas. Si en 2012 se grababa a Laura Gómiz, al frente de la empresa pública andaluza de capital riesgo Invercaria, instruyendo cómo montar “a posteriori” expedientes de agraciados por los socialistas en base a que, “si me comprometiera con la ética, no estaría trabajando en esta organización”, ahora el secretario general de Puertos del Estado, Álvaro Sánchez Manzanares, al adquirir mascarillas defectuosas a la trama, escribía a su equipo: “Para vuestra tranquilidad, cuando el tema esté cerrado, el anuncio lo va a realizar el Presidente del Gobierno”. La jefa de contratación, Aránzazu de Miguel, acotaba: “Espero no acabar en el fondo del Manzanares con una losa de hormigón en los pies”, apostillando aquel: “Después de esto nos vamos a gestionar el cártel de Cali”.


Levantado el secreto judicial del “Begoñagate”, donde se patentiza que su fingida “pájara”, según el argot ciclista, no era tal, sino un ardid para montar una “pájara” que escamoteara el gatuperio, Sánchez secunda el golpe catalán desde La Moncloa con esta autoamnistía. Una ley de impunidad y amnesia que mina los fundamentos constitucionales por la vía arbitrada por Carl Schmitt, arquitecto jurídico del nazismo, para que Hitler derribara la República de Weimar al dotar al führer de legitimidad superior a la del Parlamento y del Poder Judicial. De este modo, casi medio siglo de democracia puede ser asolada por un presidente en fuga permanente y aferrado al poder sobre las ruinas de la Carta Magna. En su huida del Derecho, coloniza instituciones, socava poderes, envenena la atmósfera política, polariza la sociedad, sitúa bajo su férula a empresas y relega al Rey a figurante de sus enredos como en su espantada por amor a sí mismo y para sacudirse el escándalo con el nombre de su mujer, pero que es suyo por ser inviable sin su concurso.


Tras prometer por su conciencia y honor cumplir sus obligaciones “con lealtad al Rey y guardar y hacer guardar la Constitución”, deja en suspenso esas exigencias -no protocolarias, como le afea García-Page para salvar la honrilla- quien se tiene por “el puto amo”, como le da gusto su esclavo moral, el ministro Puente. “Hacerse el amo -aclara Julio Camba- es todo lo contrario de serlo. El amo de una cosa la cuida o la descuida, allá él, pero no hay temor alguno de que, para demostrar sus derechos de propiedad o dominio, coja la cosa en cuestión y la destruya, que es, precisamente, como procede aquel que quiera hacerse el amo”.


Así, después de negar de nuevo lo que termina haciendo, Don Bulo promulga la autoamnistía al prófugo Puigdemont que garantizó que pondría a recaudo de la Justicia. No obstante lo cual, saca pecho tras claudicar ante quienes auspician una consulta separatista -pronto Sánchez la blandirá como legal- en pos de una Confederación Balcánica de cuyos desastres avisa él mismo en su Manual de Resistencia. Siendo becario del exministro Westendorp como Alto Representante para Bosnia y Herzegovina tras saltar por los aires Yugoslavia, testimonia que su experiencia en Sarajevo le vacunó contra el nacionalismo. “Vi a políticos -asevera su hoy socio- sin escrúpulos que no calibran las consecuencias de sus soflamas de odio (…) Mejor dicho, no es que no las calibren, es que alimentan lo peor de sus pueblos porque ellos viven a costa de esa confrontación.”


De esta guisa, Sánchez cumplimenta en un sexenio el plan de devastación democrática que a Chávez le costó dos decenios sin las cortapisas de la UE. Si la satrapía caribeña ilustra cómo se echan a perder las democracias, la España constitucional se suicida con la misma cantinela del “eso no puede pasar aquí” cuando ya está sucediendo. Como explicó el escritor Ibsen Martínez evocando un candoroso artículo suyo sobre “Por qué no me asusta Chávez”, pocos cavilaron que aquel petroestado trocara en narcodictadura. Seguro de lo inconmovible del bipartidismo de socialdemócratas y demócrata-cristianos alternándose en el mando en las cuatro décadas trascurridas desde la caída del caudillo Pérez Jiménez en 1958, Ibsen Martínez interpelaba a sus compatriotas en términos parejos a los de la prensa sanchista de hoy: “Dejen la alharaca, señores, y sírvanse otro whisky. (…) ¡Compórtense! ¿Tragedia? Trágico es lo que pasa en Kosovo.”


No era una opinión excepcional la suya, sino que estaba instalada en el establishment de Caracas que, sintiéndose irremplazable, entendía que la “tonificante” derrota del bipartidismo cleptómano por Chávez era un mero cambio en el elenco de actores que, con los días, se integraría en el sistema. En todo caso, se refugiaban en la “singularidad venezolana”. “No somos violentos -referían- como los colombianos, ni adoradores perpetuos de Eva Perón; nuestro bipartidismo (…) no se parece en nada a la dictadura perfecta del PRI; somos la democracia más antigua y sólida de la región.” Aquella crédula Venezuela de hace un cuarto de siglo embocaba una distopía del tenor de la que narra el británico Sinclair Lewis en Eso no puede pasar aquí bajo las botas de un tirano populista que, con ropaje democrático, disfrazó su autocracia comunista tras indultarse su fallido alzamiento. Pese a la exhortación de exiliados venidos de aquel futuro, hay españoles emperrados en que “no sea verdad nada de lo que sabemos”, según el proverbio machadiano. Singularmente los ciegos ideológicos -más cegados que los biológicos- que anteponen a sus ojos lo que oyen por boca de los trileros que les estafan.


La máquina del fango, como Berlusconi

Para salir del atolladero político-judicial, a Sánchez no le basta dividir a los ciudadanos, sino que multiplica los enemigos agravando la vulnerabilidad de España con trifulcas con Argentina, Italia, Israel… y reconociendo por cuenta y riesgo de los españoles a Palestina tras la acción de guerra de Hamas impulsada por Irán. Ello desguarnecerá a Ceuta y Melilla ante un Marruecos que integra a ambos ciudades autónomas en su mapa y que suscribió una alianza con Israel que empujó a Sánchez -espionaje telefónico de por medio- a dimitir de sus responsabilidades en el Sáhara sin venia del Consejo de Ministros ni plácet de las Cortes. Por eso, mueve Roma con Santiago y mantiene a la gente en un ¡ay! para que nada se clarifique manejando la máquina del fango como Berlusconi con sus detractores y espumagea la boca tildando de fascista a quien le planta ante el espejo de la realidad al refleja la genuina faz del Narciso de la Moncloa. Ya Orwell aludía a que, “tal como se usa hoy tanto en las conversaciones como en la prensa, la palabra fascismo ha quedado desprovista de sentido”. “La he oído -enumera- aplicada a granjeros, a tenderos, al castigo corporal, a la caza del zorro, a las corridas de toros (…) y a no sé cuántas cosas más”. Cual disco rayado, Sánchez estira la lista ameritando lo que un diputado británico, parafraseando a Cromwell, le espetó a Chamberlain por su nefando apaciguamiento con el nazismo: “Lleváis sentados demasiado tiempo para el bien que hacéis últimamente… (…) Por Dios, ¡marchaos ya!”.


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Seis años con Sánchez: España es mucho peor ahora
Editorial. ESdiario. 3 Junio 2024

Este fin de semana se han cumplido seis años de la moción de censura contra Mariano Rajoy que llevó a Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno. Nadie podía imaginar en aquel momento todo lo que vendría después, las líneas rojas que ha ido saltándose y que nos han conducido a un galopante deterioro de nuestra democracia.


España es mucho peor ahora que entonces, sobre todo en falta de calidad democrática, en la debilidad de sus instituciones y en la degradación moral del país, que ha ido aumentado año tras año. Las mentiras de Sánchez por su tesis doctoral plagiada e incluso los falsos comités de expertos durante la pandemia, parecen juegos de niños al lado de lo que estamos viviendo desde que Sánchez llegó al poder y, de manera más acentuada, desde que pactó su investidura con el prófugo Puigdemont, comprando los siete votos que necesitaba mediante la ley de amnistía que borra sus delitos.


Su excusa para aprobar la amnistía ha sido siempre el intento de apagar un incendio político en Cataluña. La realidad es que ha incendiado el resto de España de manera consciente. Su estrategia de división, ese muro que ha prometido levantar frente a medio país, ha crispado y dividido a los ciudadanos como nunca antes.


Sánchez, por mera necesidad política de buscar apoyos debajo de las piedras para llegar al poder y mantenerse allí, ha puesto todo su empeño en blanquear a Bildu. Para el PSOE, los proetarras son mejores que Vox, a pesar de que en las filas de Bildu están algunos de los que apretaban el gatillo y en las de Vox muchos de los que ponían la nuca.


Con Pedro Sánchez, las instituciones y organismos del Estado han perdido buena parte de su credibilidad. Su objetivo ha sido colonizarlas y ponerlas a su servicio. Y lo ha logrado. La fiscalía, el Tribunal Constitucional, la presidencia del Congreso y el CIS son algunos ejemplos, los más graves, pero no los únicos.


España ha tocado fondo con Sánchez. Su ambición personal y su falta de escrúpulos le han hecho justificar cualquier atropello a la ley. Parecía que, en esa deriva hacia el abismo, el presidente del Gobierno había tocado fondo con la amnistía.


Sin embargo, para asombro de propios y extraños, nos tenía guardada la farsa de su amago de dimisión, utilizando su cargo, al Rey y a los ciudadanos en una estrategia propagandística que solo buscaba su beneficio personal: poner un cortafuegos al ‘caso Begoña’, la presunta corrupción de su esposa en connivencia con él mismo.


Esa farsa forma parte de un plan que ahonda aún más en la degradación de la democracia para hacerse con el control de todos los tres poderes del Estado. Por eso Sánchez denuncia un complot de la derecha y la extrema derecha política, mediática y judicial que tiene como objetivo acabar con él a cualquier coste. De esa manera intenta justificar sus próximos pasos: el asalto al CGPJ y una ofensiva contra la prensa crítica.


España es mucho peor ahora que antes de Sánchez. La gobernabilidad está en manos de los independentistas que buscan acabar con nuestro país y de los comunistas que tampoco creen en nuestra Constitución. De eso no puede salir nada bueno, nunca. Y todo por la ambición de un hombre.


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