Recortes de Prensa Domingo 9 Junio 2024


El «Día D» y el apoyo a Ucrania: ¿un aumento de escalada y hasta dónde?
Aquilino Cayuela. el debate. 9 Junio 2024

Aprovechando el 80º aniversario del «Día D» las grandes naciones occidentales y sus representantes han recuperado el recuerdo de la liberación del oeste europeo para reafirmarse en su apoyo a Ucrania. Volodimir Zelenski se ha reunido con varios dirigentes de otros países para sellar pactos y pedir un rápido cumplimiento de los compromisos asumidos. Concretamente, la presencia de Joe Biden ha agilizado que se haga efectivo ese nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania, valorado en 255 millones de euros.


Aunque las naciones de la OTAN niegan la posibilidad de intervención militar directa en el conflicto, desde el punto de vista de Estados Unidos y Europa se va abriendo paso, cada vez más, este argumento: «Sólo fijamos líneas rojas para nosotros, no para Putin».


Por eso se ha llegado a la decisión de: «A partir de ahora, las armas estadounidenses y alemanas podrán utilizarse, eso sí, de forma limitada contra objetivos en territorio ruso».


De la otra parte, Vladimir Putin ha respondido con la amenaza de entregar misiles a terceros países para poder atacar territorios occidentales. Putin responde a Europa tras estas últimas decisiones de apoyo a Ucrania que le permiten usar armamento de largo alcance contra Rusia.


Por ejemplo, Putin ha señalado que el uso del armamento alemán por parte de Ucrania contra su territorio podría acarrear «problemas muy graves». Ha añadido que Moscú podría proporcionar armas de largo alcance a otros países para atacar objetivos occidentales. Concretamente, así lo advirtió el pasado miércoles a Alemania, indicando que esta nueva escalada de atacar con armamento occidental objetivos dentro de Rusia supone un «paso muy peligroso».


Alemania sí se ha unido a Estados Unidos para autorizar a Ucrania a atacar algunos objetivos en suelo ruso con sus armas de largo alcance, pero el presidente ruso ha sido tajante: esta acción de Alemania podría arruinar las, ya deterioradas, relaciones entre Berlín y Moscú.


Moscú afirma que esta nueva escalada socava aún más la seguridad internacional y puede acarrear «problemas muy graves». Ellos podrían, asimismo, con sus armas de largo alcance, apuntar a importantes objetivos de la Europa occidental o suministrarla a terceros para atacar objetivos europeos. «Nos reservamos el derecho a actuar de la misma manera», ha dicho Putin.


El miércoles pasado, un funcionario occidental y un senador estadounidense afirmaron que Ucrania ya ha utilizado armas estadounidenses para golpear dentro de Rusia, bajo estas nuevas directrices aprobadas por Joe Biden que permiten el uso de estas armas con el objetivo limitado de defender Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania. Parece que el funcionario de la Administración norteamericana no estaba autorizado, según informan medios alemanes, a comentar públicamente este delicado asunto, pero habló bajo condición de anonimato.


Preguntado Putin por las bajas militares que está sufriendo Rusia dijo, el pasado miércoles, que ningún país revelaría esa información durante las hostilidades, pero afirmó sin dar detalles que las bajas de Ucrania son cinco veces superiores a las de Rusia. También afirmó que Ucrania tiene más de 1.300 soldados rusos cautivos, mientras que más de 6.400 soldados ucranianos están retenidos en Rusia. Todo esto lo ha dicho durante una conferencia de prensa en San Petersburgo ante medios extranjeros dejando claro que las entregas de armas occidentales a Ucrania, tendrá una respuesta. Afirmó, también, que quienes envían esas armas también las «controlan», por eso añadió que, si Alemania llega a enviar misiles Taurus, de largo alcance y capaces de golpear Moscú, las relaciones ruso-alemanas quedarían definitivamente aniquiladas.


Francia también aporta ahora aviones Mirage 2000-5, son cazas de defensa aérea que están destinados a, más que a atacar territorio ruso, defender el espacio ucraniano.


¿Este aumento de escalada es un error? ¿Vamos camino de una gran guerra nuevamente en Europa? La verdad es que la tesitura es importante y difícil: la defensa y seguridad de Europa se juega en suelo Ucraniano. Las elecciones europeas están ahí encima, las norteamericanas demasiado cerca, y el aniversario del «Día D» ha sido una buena pasarela de políticos que han dado un paso más en su determinación contra Rusia.


Esto invita a cuestionarse algunas cosas muy serias: ¿Tenemos políticos adecuados? ¿Políticos con altas miras más allá de sus intereses partidistas? ¿Políticos que velan por el bien de sus ciudadanos y sus pueblos? ¿Hasta dónde hemos de estar dispuestos a llegar en todo esto? ¿Realmente lo que se está cocinado «a fuego lento» es una nueva gran guerra en territorio europeo (lejos de EE. UU.)? ¿Estamos preparados algo así? ¿Estamos dispuestos a un Armagedón? ¿Sería factible recuperar un servicio militar obligatorio y, más allá, una capacitación militar de nuestros jóvenes?


Parece que estemos ya descarrilados en un trayecto sin paradas.


Ucrania afirma que Rusia ha reducido su actividad en Járkiv, pero sigue reagrupándose
Henar Andrés. Madrid. el mundo . 9 Junio 2024

Un mes después del inesperado ataque ruso en la región de Járkiv, las fuerzas de Moscú han reducido su actividad en la zona, pero continúan reagrupándose y los bombardeos no cesan, según ha desvelado el gobernador militar regional, Oleg Siniegúbov.


Además, fuentes de Kiev informaron de que el ataque con drones contra el aeródromo de Mozdok, en la región rusa de Osetia del Norte, en el sur del país, y desde donde despegan aviones utilizados para atacar Ucrania, fue una operación especial de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano. Además, confirmaron que se trata del primer ataque contra la base aérea y añadieron que la zona objetivo en el territorio ruso se está ampliando.


Por otra parte, los presidentes de Estados Unidos y Francia, Joe Biden y Emmanuel Macron, han vuelto a garantizar desde París que "no darán la espalda" a Kiev. Una declaración acorde con lo manifestado en los últimos días y que, junto a la ayuda militar, apunta a una mayor implicación de los aliados occidentales en la guerra en Ucrania.


8:50

Biden y Macron, en París: "Estaremos al lado de Ucrania, no le daremos la espalda"

Los dos mandatarios dan una imagen de unidad entre Estados Unidos y Europa en el momento más difícil que vive el continente desde la Guerra Fría. La reunión de este sábado es la última etapa de una secuencia de varios días en las que Joe Biden y Emmanuel Macron se han reunido con Volodímir Zelenski. Todos, además, participaron en los actos de conmemoración del desembarco de Normandía. En su discurso el 6 de junio, el Día D, Biden ya dejó claro que está con Europa en el respaldo a Kiev. Llamó tirano y dictador a Vladimir Putin y el viernes anunció más ayuda para Ucrania: 225 millones de dólares.


8:40

Ucrania: Rusia reduce su actividad en Járkiv

Las fuerzas rusas han reducido su actividad en la región nororiental de Járkiv, pero siguen reagrupándose e intentado adentrarse en la región, señalaron fuentes ucranianas, mientras Ucrania confirmó el primer ataque contra una base aérea en la región rusa de Osetia del Norte.


"A pesar de la relativa disminución de la actividad en la línea del frente, los rusos siguen reagrupándose e intentando avanzar más profundamente en la región. En Vovchansk hay combates. Sinkivka y Andrivka están bajo asalto constante. Los bombardeos tampoco cesan", indicó el jefe de la administración militar regional, Oleg Siniegúbov, en televisión, citado por la agencia Ukrinform.


Agregó que las fuerzas rusas volvieron a destruir un paso de transporte civil en Stari Saltov, que ahora está siendo reconstruido. Al mismo tiempo, indicó que algunos asentamientos del sector de Kupiansk ya han sido despoblados debido a las acciones de los ocupantes.


El 26 de agosto de 1944, el general Charles de Gaulle descendió los Campos Elíseos desde el Arco del Triunfo tras la liberación de París del yugo nazi. Lo hizo a pie, mientras era aclamado por la masa. Fue hace 80 años, tras el desembarco de los aliados el 6 de junio. Hoy ha sido Joe Biden el que ha bajado la mítica avenida acompañado del presidente francés, Emmanuel Macron.


El símbolo no es casual. Los dos mandatarios han dado imagen de unidad, a pesar de las diferencias políticas, frente a la agresión rusa en Ucrania, en el momento más difícil que vive Europa desde la Guerra Fría.


"El hecho de que estemos hoy juntos dice mucho de lo que nos une", hay un lazo "al servicio de la libertad y de la independencia de la nación", ha dicho Emmanuel Macron en una comparecencia conjunta.


"No sabemos que ocurrirá si Putin consigue ganar, no se parará en Ucrania, esto va más allá de Ucrania, toda Europa quedará amenazada y EEUU no lo permitirá", ha dicho Joe Biden.


Biden está en plena campaña electoral de cara a las presidenciales de noviembre, que le enfrentan a Donald Trump. Macron también tiene mañana una cita electoral: los comicios europeos, en los que la candidata de su bando, Valérie Hayer, parte como segunda, tras el aspirante de extrema derecha, Jordan Bardella.


La reunión de este sábado es la última etapa de una secuencia de varios días en las que Joe Biden y Emmanuel Macron se han reunido con Volodímir Zelenski. Todos, además, participaron en los actos de conmemoración del desembarco de Normandía. En su discurso el 6 de junio, el Día D, Biden ya dejó claro que está con Europa en el respaldo a Kiev. Llamó tirano y dictador a Vladimir Putin y el viernes anunció más ayuda para Ucrania: 225 millones de dólares.


Macron enviará cazas de combate y entrenará a pilotos ucranianos. Además, como ha destacado este sábado, trabaja en una coalición para enviar instructores sobre el terreno.


"Francia ha sido nuestro primer aliado, y esta semana lo hemos mostrado de manera significativa", ha dicho Biden, en una breve declaración, en la que no ha habido preguntas. "Ambos países permaneceremos al lado de Ucrania frente a la agresión rusa. No le daremos la espalda", ha añadido el estadounidense.


Con respecto al conflicto en Oriente Próximo, no han incidido mucho, pero Macron ha señalado que ambos países están alineados: piden la liberación de los rehenes y el alto el fuego. Israel ha anunciado este sábado la liberación de cuatro rehenes que estaban secuestrados por Hamas. "No dejaremos de trabajar hasta que todos vuelvan a casa y haya un alto el fuego", ha dicho.


Es la primera visita de Biden a Francia y la más larga que ha hecho el presidente de Estados Unidos al extranjero. Llegó el pasado miércoles para participar en los actos de conmemoración del desembarco de Normandía y se marchará este domingo tras la cena de gala de esta noche en el Elíseo.


Una oportunidad histórica para Europa
EDITORIAL. gaceta. 9 Junio 2024


Millones de europeos estamos llamados este domingo a elegir a los diputados que nos representarán en el Parlamento Europeo durante los próximos cinco años. De Laponia a El Hierro, de Galway a Constanza, los habitantes de 27 países del continente tenemos la oportunidad de detener el suicidio globalista y la hipertrofia institucional y burocrática de la Unión Europea.


Son unas elecciones decisivas que marcarán el futuro del continente tras décadas de decisiones impuestas por burócratas votados por nadie, de medidas que han empeorado la vida diaria de las empresas, las familias y los trabajadores, hoy más pobres y más inseguros en sus barrios, pueblos y ciudades.


Es una oportunidad histórica para que los europeos optemos por un cambio de rumbo en una Unión que hoy avanza hacia el superestado que relegará a nuestras naciones al estatus de región en ese ataque constante de la soberanía de los Estados miembros, frente a una Unión Europea de naciones soberanas que cooperen en libertad.


Una oportunidad de empezar a defender la soberanía energética, alimentaria e industrial; el bienestar de los agricultores, los ganaderos y los pescadores, quienes conocen de verdad y cuidan mejor que nadie el entorno rural, y hoy son criminalizados, sacrificados en nombre del Pacto Verde y la Agenda 2030, planes dictados por los lobbies climáticos que imponen una burocracia excesiva, fomentan la competencia desleal de terceros países y ponen en peligro la salud de los europeos.


Una Europa que defienda su identidad y sus raíces frente al fracasado multiculturalismo, y rechace la persecución por motivos ideológicos. Una Europa próspera y segura para sus ciudadanos; la Europa de la paz entre sus miembros que soñaron sus habitantes. Una Europa que sea Europa.


Hoy vota España, tan cerca del antisemitismo nazi, tan lejos de Omaha Beach
Federico Jimenez Losantos. libertad digital. 9 Junio 2024

Cerca de Omaha Beach, en una colina soleada, junto a un bosque en penumbra, hay dos cementerios. El de los soldados norteamericanos que murieron en el desembarco está coronado por un templo con aire griego y las tumbas están perfectamente, alineadas al modo de Arlington. Vistas en un día de verano, en la luz que filtran las brumas de Normandía, las cruces blancas parecen un homenaje a Grecia, Roma y la Ilustración. Es un réquiem de claridad, de geometría, de líneas puras y ángulos sin sombra.


En el bosque unos cientos de metros más allá, están las tumbas de los soldados alemanes, también muy numerosas, pero las cruces son color de bronce oxidado, lobuladas, y en vez del recuerdo rigurosamente individual de los americanos, se arraciman en grupos, bajo las ramas de los tilos y los sauces. Es un cementerio tan romántico como el otro clásico. Y es un canto a la paz que ambas estéticas convivan en la estela de la peor de las guerras. Como ganaron los americanos, cabe un cementerio romántico. De vencer los nazis, habría un obelisco al Reich, al Estado, no muertos de uno en uno.


Recordar la victoria sobre el nazismo en plena oleada de antisemitismo

La celebración del aniversario del desembarco norteamericano en Normandía ha ido acompañada de múltiples omisiones. La primera, el carácter ferozmente antisemita del régimen hitleriano derrocado. Había muchas variantes racistas en la Europa de finales del XIX y comienzos del XX, casi todas con un elemento en común: el antisemitismo. Los racismos vasco y catalán de Sabino o el doctor Robert, hoy homenajeados en sus respectivas dictaduras nacionalistas, achacaban la inferioridad de la "raza española" a su mezcla con judíos y moros, pero, muy en especial, judíos.


Se ha hablado de la lucha por la libertad, pero ese no era el caso de la URSS, que luchó contra los nazis cuando no tuvo más remedio, después de dos años de complicidad y tras repartirse Polonia y otros países europeos, cuando Hitler atacó la URSS. La propaganda occidental, dirigida, como casi siempre por la izquierda, asimiló el régimen soviético, incluso en los documentales de Capra y otros directores anticomunistas de Hollywood, con las democracias, y su régimen, con la defensa de las libertades, cuando sabían que la URSS fue el modelo de Estado totalitario fascista y nazi. La mentira sobre el carácter "liberador" del Ejército Rojo duró, sin embargo, más allá del fin de la guerra, como los mitos sobre la guerra civil española.


Pero no incidir en el carácter definitoriamente antisemita del nazismo ha tenido otra razón, la oleada de antisemitismo que, en las universidades de todos los países occidentales, empezando por los USA, constituye una de las pruebas más evidentes de que Hitler es una referencia política actual en un área tan importante como la islámica. La liberación de la inexistente Palestina "desde el río hasta el mar" es el lema del exterminio de los judíos, que sería la única forma de destruir el Estado de Israel. Y la condena de ese Estado, el único democrático del Cercano Oriente, en favor de las tiranías islámicas feudatarias del Teherán de los ayatolás, es la forma de nazismo moderno del anticapitalismo verde y woke o el narcocomunismo de Puebla.


La reacción antiislamista en Europa

Los seis millones de judíos asesinados por Hitler serían hoy ocho millones, para cumplir el proyecto genocida de la izquierda internacional. Si Biden disimula para no contrariar, en plena campaña electoral, al sector nazisoviético de su partido, violentamente antiisraelí, el Gobierno Sánchez ha ido mucho más allá, reconociendo por su cuenta un Estado Palestino que no es sino la manada de violadores y asesinos de Hamas o Hizbulá, ambos, criaturas de Teherán.


En cuanto a Podemos, parte del bloque de investidura de Sánchez, ha llevado al Parlamento a una propagandista de los violadores y asesinos de Hamas que denominó la masacre de Octubre "una valiente iniciativa".


No hay en la historia del terrorismo un caso de cobardía racista más abyecto que el del asalto a la gente indefensa en un festival de música. Sin embargo, en nombre del antisemitismo, plenamente asumido por toda la izquierda, el valor es el de violar y el heroísmo el de acuchillar ancianos.


Así que recordar el desembarco de Normandía resulta fatalmente melancólico. Millones de alemanes creyeron que los judíos eran ratas (ver El judío Süss) que destruían la nación alemana, y debían ser eliminados. La "solución final" ya está en Mi lucha. Hitler hizo lo que Gobineau y otros racistas soñaban. Un sueño muy vivo en los países musulmanes.


Claro que esto no sucede en toda su población, pero sí en estudiantes y profesores en general, amén de periodistas, y es un recurso infalible para cohesionar a la gente en torno a regímenes teocráticos o dictatoriales. Un personaje muy señalado en la era hitleriana, el autoproclamado Gran Muftí de Palestina, que merodeaba por las tierras del futuro Estado de Israel, está tan documentalmente acreditado como escondido. La Alemania de Merkel ocultó la violación masiva en nochevieja de cientos de jóvenes, por musulmanes para no alentar la "islamofobia". Nada puede extrañarnos la reacción que se verá hoy en las elecciones europeas. Pero en el hartazgo del buenismo islamófilo, inseparable de la inmigración ilegal -de nuevo Merkel, la gobernante europea más siniestra hasta Putin, marcó la pauta diciendo que Alemania podía asumir un millón anual de refugiados, entonces sirios. De aquel alarde a costa del bolsillo y la seguridad de los pobres, esta ruina.


La liberación de los secuestrados israelíes de Hamas

Una semana después del aniversario de la derrota del nazismo en Normandía, han sido liberados cuatro rehenes judíos, victimas del racismo islamista de Hamas. Una de ellas es una muchacha utilizada junto a otros dos secuestrados para hacer propaganda terrorista contra el Gobierno de Netanyahu, elegido democráticamente en Israel, cosa que no pueden decir sus enemigos, pero que nada importa a Sánchez y los antisemitas vicarios. Los otros dos muchachos que alentaban, bajo el terror, a rebelarse contra el gobierno de Israel han sido asesinados.


La muchacha, ha sido liberada por las tropas israelíes tras intensos bombardeos de la red de túneles de Hamas y sus cuarteles ocultos bajo esas escueles y hospitales que sirven de excusa al antisemitismo izquierdista, que parece disfrutar llamando "genocidas" a las víctimas del mayor genocidio de la historia, el Holocausto. El segundo ha sido la masacre de Hamas, para provocar que Israel entrara en guerra. Lo ha hecho, claro está, pero en la doctrina progre, los judíos no tienen derecho a defenderse de cualquier ataque, que está justificado de antemano.


Las imágenes de Noa Argamani, resucitada, más que rescatada por los soldados de Israel, abrazando a su madre, enferma de cáncer terminal, habrán compensado levemente el ternurismo hipócrita de esta gentuza, que enarbola el total desprecio por la vida humana que llevó a Omaha Beach. Hoy, el primer antisemita de España, que es el peor enemigo de Israel, se llama Pedro Sánchez, inaugurador de una cleptocracia que tiene en Begoña Gómez su modelo y su patrona, su mito y su símbolo, como Evita de Perón.


Y hoy tenemos la posibilidad de derrotarlo electoralmente, pero, como ya ocurrió en tiempos de Hitler, las democracias que podían haberlo frenado se desentendieron, o pactaron con el III Reich o apostaron por el folklore político local. La desunión, como en la derecha española, fue absoluta. Lo más parecido a Hitler hoy en Europa es Putin, pero putinejos declarados son los antivacunas, anticapitalistas o fascistoides que han tomado Vox. Al margen de los alvises que promociona descaradamente Sánchez, porque le sirven, esa brecha en los partidos antisanchistas es letal para la causa de la libertad. El búnker de Sánchez es la Ley de Amnistía, que es para nuestra Constitución, lo que las Leyes Habilitantes de 1934 para Hitler, copiadas por Chávez y los suyos. Y aquí estamos nosotros, lejos de Omaha Beach.


Bilis contra Vox
Nota del Editor. 9 Junio 2024

Todo esto queda registrado. Hay que ser tremendamente deshonesto para afirmar "putinejos declarados son los antivacunas, anticapitalistas o fascistoides que han tomado Vox". Lo que hay que analizar son las "razones" de quienes han abandonado Vox de mala manera.

Vox es la última oportunidad para España.

Feijóo se la juega
Pablo Molina. libertad digital. 9 Junio 2024

Las elecciones de este domingo se celebrarán en clave nacional, como corresponde a un proceso destinado a renovar una cámara tan inútil como el Parlamento Europeo. En otras ocasiones la gente se iba a la playa o al campo y solo votaban los muy cafeteros o los ociosos, que aprovechan esos días para pasarlo muy bien participando en "la fiesta de la democracia". Esta vez me temo que va a votar todo Dios, porque un batacazo socialista podría acelerar los tiempos de la legislatura y poner fecha a la salida de Sánchez de La Moncloa, el único objetivo de fuste que se va a dilucidar este 9 de junio.


Al marido de Begoña le da exactamente igual, porque está dispuesto a tirar adelante sea como sea, a poco que los apoyos parlamentarios le den para seguir al frente del Gobierno. Un trompazo electoral más o menos (el tipo ya lleva varios seguidos en los últimos dos años) no va a quebrar su voluntad férrea de agotar la legislatura, como paso previo para acudir nuevamente a las elecciones y tratar de formar otro Gobierno de desechos de tienta. Caso muy distinto es el de su principal rival, Alberto Núñez Feijóo, que estas elecciones europeas se juega su liderazgo al frente del centro-derecha español y su imagen como referencia única para sustituir a Sánchez en La Moncloa.


A los populares les ha salido un problema gordo con Vox, claro, que se ha hecho con una bolsa nada desdeñable de votantes cautivos del PP y que, después de verse traicionados una y otra vez, han decidido entregar su confianza al partido de Abascal. Sánchez no tiene ese problema porque ha ido ocupando las parcelas ideológicas de la ultraizquierda hasta hacer al PSOE indistinguible de cualquier partido antisistema. El PP se ha movido también hacia la izquierda para ocupar esa porción de centro, lo que ha dejado a Vox en una posición muy cómoda, en la que tan solo los errores de sus cuadros (y ya van unos cuantos) pueden descabalgarlo como referente del mundo conservador.


Vox surgió porque así lo quiso el PP. Los populares sangran por esa herida, pero han de asumir que un par de millones de antiguos votantes se han cansado de aceptar el mal menor (votar al PP con la nariz tapada, conscientes de que no cambiarán ninguna política progre) y ahora prefieren a Vox aunque eso beneficie al sanchismo.


Todo eso puede cambiar este 9 de junio porque, en política, nada puede darse por supuesto. El interés radica, precisamente, en ver si Feijóo recupera la confianza de los votantes de Vox o el miedo de estos a que Sánchez envejezca con Begoña en el Palacio de La Moncloa les hace volver a la casa común del centrismo vergonzante pepero. El domingo por la noche tendremos más datos para opinar al respecto.


Sobran millón y medio de funcionarios
GRACIANO PALOMO. okdiario. 9 Junio 2024

Es una falacia amasada decir que en España faltan funcionarios, máxime cuando hay nuevas tecnologías implantadas en el sector privado (el que paga) y todavía el público ni las han tocado.


Un estudio sesudo realizado por la Universidad CEU confirma la percepción general al respecto. El mismo concluye que en España hay un asalariado público por cada 4, 9 ocupados en la economía privada. En total, 3,6 millones de trabajadores del Estado, de los cuales 1,5 millones serían excedentes, y que cobran más de media que sus paisanos en el privado, nada menos que un 45% por ciento en el ejercicio del 2022.


Más cifras interesantes y difícilmente cuestionables. El coste laboral de ese exceso habría superado en el 2023 los 66.700 millones de euros, un 5% de todo el Producto Interior Bruto de la nación. Además, cada empleado público genera un gasto asociado entre el 10 y el 30%, entre espacio para oficinas y su limpieza, ordenadores, material de oficina, consumo eléctrico, viajes, gastos administrativos , formación, seguros, etc… Concluyendo: más de 70.000 millones de euros sólo en ese 1,5 millones excedentes.


Vamos a peor. No es de extrañar que la morterada de millones que el Estado recauda de los contribuyentes prácticamente todo se consuma en burocracia y quede muy poquito para la inversión productiva. En 1976, dos años antes de aprobarse la Constitución, había un asalariado público por cada 8,4 empleados en la economía privada. En este sentido, subrayar que el empleo público del que tanto presume la señora Díaz (ella en realidad sólo cree en lo público como buena comunista de manual) ha crecido muchísimo más que en las empresas privadas, donde el inversor se juega su dinero.


Y con estos datos irrefutables en el frontispicio, pregunten a los españoles si les parece que su Administración Pública les ofrece en tiempo y forma los servicios que demandan.


Es una gran asignatura pendiente que pese a los requerimientos de Bruselas los gobiernos de turno, especialmente el actual, se lo vienen pasando por el arco de triunfo. Hacen justamente lo contrario en una especie de clientelismo político corrupto.


Si alguien piensa que el actual ministro, José Luis Escrivá, es capaz de poner orden en el desmadre va listo. De digitalización no sabe nada (le importa poco, nadie ama lo que no conoce) y el lío funcionarial le viene grande, además de no disponer de fuerza política dentro del Gobierno. A una incapacidad tan manifiesta resulta difícil creerle algo. Él está a colocarse en el Banco de España… Menos mal que no le dará tiempo.


El honor perdido de Begoña Ceausescu
Jesús Cacho. vozpopuli. 9 Junio 2024

Durante mucho tiempo dimos por sentado que si un juez imputaba a Begoña Gómez a cuenta de sus habilidades para meter la mano en el bolsillo del prójimo, su marido, a la sazón presidente del Gobierno, saltaría de la presidencia de forma automática porque lo contrario no sería de recibo en una democracia mínimamente aseada. Pero ahí tenemos a Pedro, ahí sigue fumándose un puro, más dispuesto que nunca a pasarse por la entrepierna el prestigio de las instituciones. Cuenta Diane Ducret (“Las mujeres de los dictadores”, Aguilar), que Nicolae Ceausescu quedó deslumbrado en un viaje de Estado que realizó a la China comunista del papel que Mao Zedong, el gran timonel, tenía reservado a su esposa, Jiang Qing, como modelo a seguir por las mujeres chinas. Fue entonces cuando el “conducator” rumano decidió elevar a su compañera Elena a la condición de estrella del socialismo rumano. Nicolae, misógino a más no poder, quiere que las rumanas acepten sus retrógradas ideas sobre el papel de la mujer como ama de casa, pero al mismo tiempo pretende presentar a Elena como arquetipo de la moderna mujer socialista, libre, intelectual y emancipada. Y así ocurre que, desde su previo papel de segundona, Elena se transforma en “la camarada inteligente, reina de las ciencias rumanas, la honorable ingeniera, doctora, dirigente del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología rumano”. Si la revolución cultural china camina del brazo de la “mujer nueva” siguiendo a Jiang Qing, la transformación de Rumanía en gran potencial industrial se hará de la mano de una Elena convertida en “la mujer más grande jamás vista en toda nuestra nación”. Elena como encarnación del progreso de Rumanía.


Sánchez no solo no ha presentado su dimisión a cuenta de los abrumadores indicios de corrupción que acechan a su señora, a su hermano y a casi toda su camarilla, sino que ha decidido convertirla en su valladar, ha optado por salir al rescate del honor perdido de Begoña Ceausescu, ha decidido parapetarse tras ella, imponer su imagen a la militancia izquierdista como nueva virgen negra del socialismo hispano a la que adorar y a la que a partir de ahora veremos escalar cada día un peldaño más por la escalera de la inmortalidad. Lo vimos esta semana en el mitin de Benalmádena, vimos a la militancia gritando enfervorizada “be-go-ña, be-go-ña” cuando, al lado de su imponente marido, el hombre más guapo del occidente cristiano, la bella hizo su aparición en el recinto. Benalmádena marca la senda, el curso que viene plagado de elogios a “la mujer más grande jamás vista en España”, el culto a la personalidad que se avecina sobre esta madre de la patria socialista. Begoña está hasta las orejas de mierda, asediada por la corrupción, pero Pedro ha decidido convertirla en sacerdotisa de la nueva religión destinada a machacar a la derecha y la ultraderecha, en ariete de esa nueva Venezuela paria en que Sánchez y su banda quiere convertir España. ¿Alguien se imagina a Mariano el Bobo presentándose en un mitin del PP previo a las generales de diciembre de 2015 del brazo de Luis Bárcenas? Si Elena representaba el progreso de Rumanía, Begoña encarnará la modernidad en la miseria que en el futuro aguarda a los españoles.


Por obra y gracia de una abrasadora propaganda, Elena acabó convertida en la mujer más sabia de Rumanía y del universo socialista. Según Álvaro Corazón (“Elena Ceauşescu, celebrity odiosa”, Jot Down), “Hubo miles de horas en televisión y radio dedicadas a la madre de la nación. Se mentía sobre su edad y su educación, se inventaron sus logros científicos y se desarrolló toda una industria para rendirle homenaje”. Todo para ocultar la abismal ignorancia y la infinita vanidad de una mujer áspera y caprichosa, poseída por un complejo de inferioridad sólo equiparable a su afán de poder. Tampoco Begoña sabe hacer la o con un canuto, lo que no es óbice para que dirija una cátedra (o dos, que el frufrú que rodea a esta mujer resulta desconcertante). Elena Ceasescu provocaba una insoportable sensación de bochorno cada vez que, honrada por la corrupción de claustros universitarios dispuestos a colmarla con toda clase de títulos, se veía obligada a decir unas palabras. Es el sentimiento que embarga a cualquiera que hoy sea capaz de soportar las disertaciones de Begoña sobre esas cosas que “vende” en sus másteres. Traducción literal de un video donde la doña aparece impartiendo clase magistral en una de esas canonjías que le ha conseguido el Barrabás de Benasque: “Porque tú puedes decir tu restaurante qué hace, tu restaurante qué hace, ¿dar comidas? o tú restaurante qué hace… Mi restaurante lo que hace es… eeee… generar educación… eeeee… a ver si me sale ahora… eeee… mi restaurante lo que hace es… eeee… generar… eeeee… educar en comida sana a mis clientes a través de productos ecológicos de proximidad… esta frase es completamente diferente a simplemente doy comidas”. ¿No es genial mi Begoñita, no es adorable nuestra Elena Ceausescu?


Elena era fea como un demonio, una mujer a una nariz pegada, érase una nariz superlativa, una extraña nariz respingona y plebeya, presidiendo una cara redonda como un pan gallego, un rostro zafio carente de encanto, vulgaridad que los tristes vestidos salidos de la nueva industria textil creada por su marido -la moda socialista con la que Elena pretendía desbancar a París-, no contribuía a ensalzar. Begoña es bien parecida y desde 2018 ha mejorado notablemente su ajuar y su compostura. Hay en ella, sin embargo, algo inasible, indefinible, algo extraño que impide calificarla de mujer bella al uso. Ambas se parecen, sin embargo, como dos gotas de agua en lo que a mandar en sus respectivas casas se refiere. Mihai Pacepa, general de los servicios de información rumanos que huyó a Estados Unidos (la deserción de mayor rango de todo el bloque del Este) con todos los secretos, incluidos los de alcoba, del matrimonio, ha contado en sus memorias (“Red Horizons”) que Nicolae se desempeñaba en palacio, lejos del servicio, como un manso corderito ante los ataques de furia que solían asaltar a una Elena que, por encima de todo, no podía soportar los celos que le producía cualquier sospecha de coqueteo de Nicolae con alguna de sus colaboradores, celos que llegaban al paroxismo con las mujeres de los ministros de su Gobierno. En Moncloa también parece que hay alguna colaboradora enfermera que ha levantado las sospechas de Begoña, y sería la segunda vez, que se sepa, que Pedro tropieza en la misma piedra, aunque la balanza de las supuestas infidelidades parezca ahora mismo equilibrada por el peso y el paso de “Javier Aviones” por la vida de la dama, y él lo sabe. Es Begoña la que manda en casa, la que lleva los pantalones.


Pacepa centró su denuncia en demostrar cómo los regímenes comunistas, haciendo del control de la información, es decir, de los medios, un arma de destrucción masiva, se han empleado siempre en la tarea de conquistar la mente de los gobernados, sabedores de que jamás podrían ser aceptados por los resultados de sus políticas. Les suena, ¿no? Por sus obras les conoceréis. Y es así que los tiranos que en el mundo han sido terminan siempre siendo temidos, puesto que no pueden aspirar a ser amados. La traición de Pacepa puso al descubierto el despotismo y megalomanía de los Ceausescu. La necesidad de adulación de Elena. Su obsesión por acumular doctorados con los que decorar su falso currículum de académica brillante. Y aquí hay un pero que ponerle a Pedro, marido profundamente enamorado, y es que seis años lleva el galán como presidente del Gobierno, en realidad como jefe del Estado, para qué negarlo, y todavía ninguna universidad, ni siquiera de segunda fila, se ha dignado honrar a su Elena con un doctorado honoris causa, a pesar de lo que ella sabe de todo, de comida vegana, por ejemplo, aunque es muy posible que a estas horas el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, esté ya ocupado en poner fin a tan lamentable olvido.


Honores y riqueza. Poder y dinero. Si el Madrid del chismorreo se solazaba durante el franquismo con los chismes que apuntaban a los agujeros que doña Carmen Polo provocaba en las joyerías de la calle Goya y aledaños, de Elena se hicieron célebres los sablazos protagonizados con ocasión de las visitas de Estado realizadas por el matrimonio. Se le antojó un yate propiedad del rey Hussein de Jordania. Se las ingenió para que los Carter le regalasen abrigos de visón. Exigió perlas negras a las empresas japonesas interesadas en comerciar con Rumanía. También los Sánchez han venido a hacer dinero. En realidad es designio escrito en el frontispicio de esta pareja desde mucho antes de su llegada al poder, a tenor de lo que vamos conociendo de su relación con Barrabés, con los Hidalgo y con el resto de nombres que van apareciendo ligados a la imparable corrupción del sanchismo. ¿A cuánto asciende en este momento la fortuna de la pareja? Difícil saberlo, aunque solo una operación como el rescate de Air Europa (algo más de mil millones entre rescate, créditos ICO y demás), que en cualquier país de nuestro entorno hubiera tumbado al Gobierno entero hace tiempo, es susceptible de dejar una buena suma en forma de las correspondientes comisiones.


¿Hasta dónde llegará la carrera de honores iniciada esta semana por Begoña en Benalmádena? Cuentan que la servidumbre, es decir, los Bolaños de turno, se refieren a ella en Moncloa como “la presidenta”. ¿Sueña Begoña con suceder a Pedro en la presidencia de esa Republiqueta Confederal en la que quieren convertir España? Al fin y al cabo ella ha sido siempre la rica de la familia, la chica con posibles, la mantenedora de los delirios del marido. En la cabeza de Elena se instaló esa idea con motivo de un viaje oficial que el matrimonio realizó a Argentina en 1973. La Ceausescu queda fascinada por el glamur de Isabelita Perón, una mujer tan distinta a “esas rumanas que acaban apestando a perfume barato importado de Bulgaria”, a quien Juan Domingo acaba de ascender a vicepresidenta de su Gobierno y de quien se dice que aspira a sucederle en caso de fallecimiento del general, cosa que ocurrió en 1974, apenas unos meses después del viaje a Buenos Aires. Isabel Perón despierta el instinto del poder en Elena, que en 1980 se hará nombrar viceprimer ministro por su marido. “Si una prostituta de un night club de Caracas ha podido, ¿por qué no una científica como yo?”, se la oye comentar en Bucarest. Si una puta caraqueña puede, ¿por qué no la hija de Sabiniano Gómez, dueño de una cadena de saunas muy popular entre la grey gay de Madrid?


La crisis de deuda de los ochenta, con su cohorte de inflación, desabastecimiento y cortes de energía, terminó por poner a los Ceausescu contra las cuerdas, con los rumanos convertidos en pequeñas humildes hormigas enfrascadas en la búsqueda desesperada de comida. Conforme se acercaba el colapso del sistema, más crecía el culto a la personalidad de la pareja, más arbitrarias se hacían sus decisiones, más despóticas sus injusticias. Como nuestro Pedro ahora. Con Begoña muda, ¡habla, mudita!, el tipo con quien comparte cama se muestra más agresivo, más faltón, más peligroso cuanto más acorralado. Más mendaz también. Capaz de tomar decisiones que traerán graves consecuencias para nuestro país, como esa práctica declaración de guerra a Israel efectuada por el ministrillo de Exteriores en vísperas de las europeas. Cuando, a cuatro días de su ejecución, el “conducator” rumano apareció en el balcón del Versalles que se había hecho construir en Bucarest para anunciar una importante subida del salario mínimo, la multitud empezó a abuchearlo sin recato. Le habían perdido el respeto. Había huido el miedo. Enfrentados al tribunal que habría de condenarlos a muerte ante esas mismas cámaras de las que tanto habían abusado, Nicolae se mostró incapaz de asumir que había perdido el poder: “Pero, ¿cómo consientes que te hable así?, reprendió a su mujer, indignado por las preguntas del fiscal. Nicolae pretendía rescatar el honor perdido de Elena, una Elena que, al contrario que su enloquecido esposo, había comprendido que la singladura de sus vidas se acercaba a su fin.


Las elecciones europeas de hoy pueden marcar el principio del fin de Sánchez, mostrarle la puerta de salida, o, por el contrario, consolidar para mucho tiempo la alternativa de este aprendiz de tirano dispuesto a convertir España en la Venezuela depauperada de Europa si así conviene a sus intereses. Razón fundamental para que, por encima de lo mucho que hoy se juega una Europa agobiada por problemas de todo tipo, estas sean unas elecciones que hay que entender y afrontar en clave estrictamente española. O Sánchez o democracia. O Sánchez o libertad. Por desgracia, las cosas no pintan bien si de las encuestas hemos de fiarnos. Que tras el paisaje de escombros que hoy luce la España constitucional, el pigmeo intelectual y moral que nos preside se encuentre en disposición de presumir mañana lunes de haber salvado este match-ball con apenas 2 o 3 diputados menos (en el mejor de los casos, que tampoco está claro) que el primer partido de la oposición, no solo supondrá una amarga victoria para el PP, sino una derrota en toda regla para la España Constitucional, la España de la separación de poderes y del Estado de derecho. La España de ciudadanos iguales ante la ley. La España del “caminar erguido del hombre libre” de que hablaba Ernst Bloch. Como la esperanza nunca debe perderse, estamos obligados a acudir hoy a las urnas para depositar nuestro voto, incluso tapándonos la nariz. Y a movilizar a todo nuestro entorno. En nombre de la libertad.


206.777 normas impuestas a los empresarios: el milagro de sacar adelante un negocio en España
La sensación de inseguridad jurídica no es achacable sólo al caos político. La 'hiperregulación' se ha convertido en un problema perenne para la actividad empresarial en nuestro país
Juan T. Delgado. vozpopuli. 9 Junio 2024

En una UE que aspira a avanzar en la integración económica, hay un país cada vez más fragmentado. Hablamos de España y su mercado interior, condenado a una asfixia de normas que emana, más que de Bruselas, de sus propias administraciones. La imposición de los convenios laborales autonómicos sobre los nacionales es el ejemplo más reciente del empeño gubernamental por poner trabas a la actividad empresarial. Una tendencia -o vicio- que se ha intensificado en los últimos lustros, coincidiendo, paradógicamente, con el desarrollo de la unión monetaria en la Eurozona.


El cambio del marco laboral con los convenios es un ejemplo simbólico y evidencia que los pasos se dan por razones más políticas -es una cesión al PNV- que prácticas. La ausencia de una visión de estado, a largo plazo y coordinada entre todas las administraciones, ha colado en la estadística datos tan inquietantes como el que sigue: en España se han aprobado 206.777 normas entre 1995 y 2020. La actualización de esta cifra -aún no disponible- empeorará aún más el balance, ya que los tres últimos años de mandato de Pedro Sánchez se han caracterizado, precisamente, por la aprobación de nuevas trabas fiscales, laborales y regulatorias.


Las 206.777 normas acumuladas hasta 2020 forman parte del recuento elaborado por los economistas Juan S. Mora e Isabel Soler. El análisis está publicado en un documento de trabajo del Banco de España con el título: 'La regulación sectorial en España. Resultados cuantitativos'. Del informe se desprende que el Estado, las comunidades autónomas y los ayuntamientos han aprobado casi 8.000 normas al año en los últimos cinco lustros.


Antes de aprobarse la Constitución, en nuestro país veían la luz menos de 3.000 anuales. El desarrollo de las autonomías propició, como es lógico, una mayor actividad normativa. Lo que sorprende a economistas y empresarios, sin embargo, es que esa actividad haya alcanzado un grado tan 'febril'. Y no sólo porque la media anual triplique a la existente antes de 1978, sino porque la aprobación de normas sigue creciendo más y más. Dos ejemplos: en 2020, se aprobaron 12.250 nuevas normas; y en 2021, otras 2021. Aunque los totales están inflados a causa de los ajustes obligados por la pandemia, suman más de 4.000 en comparación con la media.


La tentación regulatoria está desbocada en algunas comunidades autónomas. El 70% de las normas generadas en el plazo que abarca el estudio tienen el sello de los Gobiernos regionales. El 15% corresponde a la administración central y el resto a los ayuntamientos. Lo llamativo es que la profusión normativa se ha acentuado recientemente. Son los últimos años los que empujan la media hacia arriba y no los primeros, como podría parecer (por la puesta en marcha de los gobiernos autonómicos). Otro botón de muestra: en 2020, la hiperactividad de las CCAA elevó casi al 80% la aprobación de normas, frente al 15,7 % de la Administración Central y el 5 % de las locales.


Cataluña lidera la 'fiebre' de normas

A la cabeza de la fiebre normativa se sitúa, con mucha diferencia, Cataluña, con una media anual de 772 y un 'pico' de 1.825 registrado en un año concreto. Sólo la supera Castilla-La Mancha en los niveles máximos, que llegó a aprobar en una ocasión 1.917. Tras Cataluña se sitúan Andalucía, Castilla y León y Galicia. Madrid, cuya economía es comparable en términos de PIB, está en el otro extremo, con una media anual de 390,5, casi la mitad. Los autores del informe del Banco de España advierten que "una mayor complejidad regulatoria tiene un efecto negativo sobre la tasa de empleo y un impacto negativo sobre el valor añadido“.


"El problema es cuando la regulación se vuelve anticompetitiva y pone en riesgo a nuestras empresas respecto a otros países europeos", recordaba este jueves en Madrid el presidente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), José María Bonmati. El sector de la distribución es uno de los que soporta mayor carga normativa en España. No extraña que todas las patronales estén sumando fuerzas para luchar contra la hiperregulación.


Esta semana, sus líderes se reunieron en la capital para advertir de las consecuencias que acarreará la nueva regulación de los envases y el reciclado de los mismos. Otra traba más, que lleva el sello del Ministerio de Transición Ecológica y que indigna particularmente a los empresarios por dos razones. La primera es que la ministra del ramo no se ha dignado a dialogar con las compañías afectadas (de El Corte Inglés a Mercadona, pasando por Ikea o Dia). La segunda es que el Gobierno va muy por delante de Bruselas en la regulación de los envases (la UE da de margen hasta 2030, pero España exigirá los cambios ya en 2025).


El impacto de la hiperregulación de normas para los empresarios

Los empresarios afectados admiten que hay ministerios más sensibles con las barreras que implica el exceso de regulación. Ponen dos ejemplos: uno es el de Agricultura, liderado por Luis Planas; y el otro de Industria, cuya cartera está en manos de Jordi Hereu. En el otro extremo está el de Transición Ecológica, en manos de Teresa Ribera, a quienes muchos empresarios critican por su predisposición negativa al diálogo.


"¿Qué sentido tiene adelantarse cinco años a la normativa europea? ¿Queremos ser los primeros a costa de romper el mercado único?", se preguntaba esta semana la presidenta de ANGED, Matilde García Duarte, que representa los intereses de los gigantes de la distribución.


ANGED forma parte de CEOE, la patronal que lidera Antonio Garamendi y que alertó recientemente sobre el mismo problema. En un informe difundido en mayo aseguraba que el Gobierno central aprobó 683 normas en 2023, prácticamente dos al día. CEOE aporta un dato muy ilustrativo: el número de páginas publicadas por los Boletines Oficiales de ámbito estatal y autonómico alcanzó los 1.275.465 el año pasado. "Para que una persona pudiera estar complemente actualizada sobre las novedades legislativas publicadas el año pasado tendría que leer cerca de 3.494 páginas al día", recuerdan desde la patronal.


La cifra es anecdótica, pero también esclarecedora. Permite visualizar el milagro diario que supone para miles y miles de empresarios sacar adelante cada día su negocio en España.


Un libro sobre el Islam
RICARDO RUIZ DE LA SERNA. gaceta. 9 Junio 2024

Ediciones Encuentro acaba de publicar hace pocos días Sobre el Islam, de Rémi Brague, profesor emérito de Filosofía Medieval en la Universidad de la Sorbona y galardonado, en 2012, con el premio Ratzinger. Se trata de uno de los humanistas más importantes de la Europa de nuestro tiempo y su libro no puede llegar en un momento más oportuno.


En efecto, la actual hora de Europa y de España impone una reflexión sobre el islam y su presencia hoy en el continente tanto a través de la inmigración como de los conversos. Desde la imposición de normas de corrección política —por ejemplo, las instrucciones para evitar mencionar la Navidad— hasta los atentados yihadistas que cada cierto tiempo siembran el terror, el islam obliga a plantearse una reflexión crítica acerca de su doctrina y su Derecho, su expansión a través de las conquistas, la Yihad, el sentido islámico de tolerancia y otros muchos asuntos que afectan no sólo a la vida religiosa, sino a la convivencia y la conformación de nuestras sociedades. Sirva sólo como ejemplo el examen que hace de las distintas acepciones del término «islam»: una actitud hacia Dios, una religión, una civilización y unas poblaciones. Brague se une al procedimiento de escribir «islam», con minúscula, para referirse a la religión e «Islam», con mayúscula, para designar la civilización. Con mayúscula viene, por cierto, en el título. Abundan este tipo de distinciones, matices y precisiones.


En este sentido, el libro de Rémi Brague resulta una obra interesantísima. Estructurado en 14 capítulos con un prólogo, un epílogo y una generosísima y actualizada bibliografía, no hay tema que deje de lado. Aunando el rigor universitario —la mayoría de las citas no se refieren sólo a fuentes doctrinales islámicas sino también a bibliografía universitaria sobre ellas— con un evidente afán divulgativo, el profesor formula una crítica respetuosa y matizada a algunas de las cosas que suelen decirse sobre el islam.


Por ejemplo, es interesante el análisis de la tolerancia islámica a partir de la noción de minoría. Frente a la noción de minoría como grupo menor en comparación con otro mayor, Brague se centra en la idea de minoría considerado como «grupo menor de edad», es decir, «sujetos de segunda fila» o «inferior en estatututo». Este segundo sentido resulta iluminador para comprender cómo pudo conquistar, sobrevivir y expandirse el islam entre poblaciones que, en términos numéricos, eran mucho mayores que la musulmana. Piénsese, por ejemplo, en el dominio islámico de la India, donde los musulmanes gobiernan como minoría religiosa una inmensa masa de súbditos que no ha abrazado el islam.


Este modelo de «tolerancia» de una minoría respecto de una mayoría se ilumina con el estudio que Brague hace de la violencia y otros instrumentos de dominación en el islam. En este sentido, el capítulo XI sobre los «medios pacientes» resulta inquietante. Al uso del terror, que ya aparece en la propia vida del Profeta («la vida del fundador contiene ejemplos en los que el terror real o posible hasta la sola determinación de los adeptos basta para llegar a la sumisión») se suman otras causas de la conversión como la presión social, la política fiscal —que implica la imposición de un tributo a los no musulmanes que es, al mismo tiempo, una carga y una humillación— y lo que Brague llama «las cunas», es decir, «la intención de ganar en número a las demás comunidades». Brague cita un hadiz del Profeta que dice «Casaos y multiplicaos, pues por vosotros yo rivalizaré con las naciones […] en el día de la resurrección e incluso por los abortos». Añade el autor del libro que «la cantidad en la primogenitura puede bastar por sí misma para asegurar la superioridad de un grupo por la simple presión del número».


Lejos de dar pábulo a teorías de la conspiración, Rémi Brague ha escrito un libro necesario para la reflexión acerca del islam —en su doble acepción de religión y de civilización inspirada por ella— que los europeos hemos de afrontar. No tiene sentido cerrar los ojos a la transformación que nuestras sociedades están experimentando a ambos lados del Atlántico. En el fondo, hay todo un debate en torno a la identidad europea del cual forma parte la presencia histórica y actual del islam en nuestro continente.


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O movemos el trasero o Bego gana hoy
EDUARDO INDA. okdiario. 9 Junio 2024

En la política, como en el atletismo, la foto finish suele ser esencial para determinar quién se lleva la gloria y quién acarrea con el fracaso. Raras son las carreras, deportivas o políticas, sentenciadas de antemano. Más en estos tiempos en los que el bipartidismo o el monopolio han pasado a mejor vida, en la vida pública y en el atletismo, por mor de una competitividad sobrehumana y una competencia que se ha disparado exponencialmente. Antes los 100 metros lisos eran cosa de uno, Carl Lewis en los 80 o Usain Bolt en los dosmiles, ahora hay seis o siete malas bestias que te pueden ganar un Mundial o unos Juegos. La política era un negocio de dos, PSOE y PP, y se sabía qué iba a acontecer semanas antes en una suerte de perfecto bipartidismo imperfecto, ahora el pluripartidismo es la marca de de la casa. Un don nadie te puede jorobar la suerte electoral y también la gobernabilidad.


Aunque suene a lugar común, ya no hay enemigo pequeño. Que se lo cuenten a los que despreciaron a Pedro Sánchez cuando conquistó la Secretaría General del PSOE y no digamos ya a quienes lo dieron por muerto-mortísimo tras el putsch que acabó con el sujeto en la puñetera calle en 2016. Algo de eso le sucedió al PP en un julio de 2023 para olvidar en el que vendieron la piel del oso antes de cazarlo incurriendo en lo que los psiquiatras denominan la estrategia del error permanente: cometes uno, luego otro, más tarde un tercero y entras en una dinámica en la que no puedes dejar de fallar, en la que la vida es pura equivocación.


La historia misma de Génova 13 en esa campaña del 23-J en la que no mandaron callar a quienes osaron poner en solfa los pactos con Vox, otorgando implícitamente la razón a ese enemigo en cuyo diccionario pareciera haber un solo palabro, «ultraderecha»; en la que se dedicaron a pedir el voto «a los antiguos votantes de Podemos [sí, sí, como lo oyen]»; en la que convirtieron un lema genial, «derogar el sanchismo», en papel mojado al anticipar Feijóo que con el primero que se sentaría a la hora de intentar formar Gobierno sería con ¡¡¡el PSOE de Pedro Sánchez!!!; y en la que dieron calabazas al segundo debate generando inevitablemente la sensación de miedo cerval al satrapilla. Las consecuencias no se las voy a contar porque son perogrullescas y porque continuamos padeciéndolas a día de hoy en forma de autocracia, chavismo a gogó, canibalismo fiscal, abolición de facto de la España del 78, ridículo internacional, destrucción del Estado de Derecho y triunfo de sediciosos y etarras.


El PP ha vuelto a hacerlo. La campaña ha sido un completo dislate con la ocultación de la candidata Dolors Montserrat en la manifestación del 26 de mayo en la Puerta de Alcalá como inexplicable epítome y con un sinfín de contradicciones añadidas que han sido convenientemente aprovechadas por la mayoritaria prensa woke. Cierto es que Begoña Gómez ha sido el tema que ha marcado la campaña, y que quien marca el debate suele ganar, pero no lo es menos que Pedro Sánchez ha convertido el problema en una oportunidad uniendo a los suyos, explotando cínicamente el victimismo y paseando a su mujer como si nada hubiera pasado. El PP esconde a Montserrat, el PSOE se enorgullece de «Bego», como la llama su maridísimo.


El escoramiento de un Pedro Sánchez, que como recuerda Gallardón «era más de derechas» que cualquiera de los concejales del PP de su Corporación, no es casualidad. No es que, de repente, le haya sobrevenido un vahído al socialdemócrata con ínfulas liberales y consorte de la hija de un renombrado militante de Fuerza Nueva. No es que se haya podemizado por generación espontánea. No. Simplemente, quiere comerse todo lo que existe a su izquierda para aproximar su PSOE al del felipismo, dentro de un orden, naturalmente, porque los 202 diputados de 1982 son física y metafísicamente irrepetibles.


Pedro Sánchez detesta depender de Yolandas o de delincuentes coletudos y, a más a más, sus extraordinarios spin doctors tienen meridianamente claro que es la única forma de sorpassar al PP. No se les escapa el perogrullesco hecho de que la unión hace la fuerza, algo que nuestra cainita derecha no termina de comprender pese a que sea de primero de política.


Hoy, desgraciadamente, habrá foto finish. Digo desgraciadamente, y por partida doble, porque la continuidad de Sánchez en Moncloa representa una tragedia y porque hace un par de meses el PP goleaba al PSOE en la intención de voto de las elecciones europeas. Los sondeos eran inequívocamente favorables a los de Génova 13 a la vuelta de la Semana Santa: le metían 10 puntos de media a los de Ferraz 70. La diferencia era ostentórea, que diría Jesús Gil, en escaños en el Europarlamento: 26 frente a 18. Alguien en el Partido Popular me tendrá que explicar cómo se logra pasar de esa descomunal ventaja al cuasiempate técnico de esta semana: 22 escaños de promedio el PP, por 20 el PSOE, con una diferencia porcentual de 2,5 puntos.


Algunos de los eficaces gurús que gestionan el mal en Ferraz dan por sentada una victoria socialista, circunstancia que se repite entre alguno de los augures de enfrente, especialmente a principios de semana cuando un escalofrío recorrió el organismo de los gerifaltes de Génova 13. No creo que la sangre llegue al río. Sean churras, resulten merinas, una cosa está clara: un triunfo por la mínima constituiría una amarga victoria para Alberto Núñez Feijóo, que al final es el que ha puesto la cara en esta campaña aun a riesgo de que se la partieran —gesto que le honra—, y un aval al Pedro Sánchez de las corruptelas por cónyuge y hermano interpuestos, al de la amnistía, al de los indultos, al de la mano tendida a ETA, al que nos fríe a impuestos, al que se casa con los asesinos, violadores y secuestrabebés de Hamás y al que quiere ser Hugo Chávez en versión guay y europea. No quiero ni pensar la que se puede liar si el que finalmente se lleva el gato al agua, aunque sea por ese único voto del que hablan los ingenuos barandas populares, es el tipo que comparte alcoba con Begoña Gómez.


Hoy, seguramente más que nunca, nadie se puede quedar en casa. Hay que acudir a las urnas como si no hubiera un mañana. No nos va la vida en ello pero sí la democracia, la Constitución, la legalidad, la ética y la estética. Nada de largarse a la playa hasta las nueve de la noche, quedarse en casa tumbados a la bartola, pasar el día enterito en la montaña o en el campo, en definitiva, de pensar que está todo hecho. A mover el trasero, tocan. Eso o que Bego ejecute esta noche la V de victoria a modo de metafórico corte de mangas a todos los españoles decentes.


ENTREVISTAS

IÑAKI ARTETA: «QUE EL TERRORISMO SE DESPACHE CON DOS LÍNEAS EN LOS LIBROS DE TEXTO ES PERVERSO»
El director vasco conversa con LA GACETA sobre su gran proyecto, el Archivo Audiovisual de las Víctimas del Terrorismo de España
Nieves B. Jiménez. gaceta. 9 Junio 2024

De entre las muchas frases que destacaría de esta conversación con Iñaki Arteta (Bilbao, 1959), decido comenzar con la que mejor resume el sentimiento de las víctimas de la violencia terrorista: “Sólo nosotros, que lo hemos vivido, podemos poner palabras y emociones a nuestra historia y transmitirla”. Toda la razón. Ellos han sido también claves en la lucha contra ETA. Pero todavía queda mucho trabajo por hacer.


El fotógrafo, cineasta y productor, hace un alto en las grabaciones que lleva a cabo con familiares de víctimas del terrorismo. Estos documentos formarán parte del gran Archivo Audiovisual de las Víctimas del Terrorismo en España, que servirá para preservar y divulgar su memoria como reconocimiento a su dignidad. Asimismo, acaba de presentar la web (archivoau.org) que recogerá estas voces como documento indiscutible sobre la memoria reciente de nuestro país, un deseo y un afán por el que lleva tiempo luchando y ya ve cumplido.


Arteta se está convirtiendo en uno de los símbolos y altavoz de la lucha contra el terrorismo y el chantaje de los totalitarismos, prácticas que desgraciadamente parecen no desaparecer del todo cuando algunos de nuestros políticos ni disimulan cediendo al chantaje para sacar alguna ventaja electoral y, por otra parte, la sombra de los verdugos sigue aquí, ocupando cargos en las instituciones. Su objetivo prioritario es la defensa de las víctimas, que jamás caigan en el olvido, propósito que ha ido plasmando en películas como Sin libertad, Trece entre mil, Bajo el silencio y el libro Historia de un vasco.


Llega Arteta enérgico y muy educado a esta conversación con IDEAS en la que reflexiona sobre sí mismo, la pasión que supone su trabajo y su idea de España. Lucha para que nadie pueda decir que los años de terrorismo no ocurrieron. Ojalá en unos años, con el objetivo totalmente cumplido, pueda decir como Catulo, “hoy en recóndita paz envejece”.


Tomemos conciencia de nuestra historia. Si usted se pregunta, ¿qué puedo hacer yo para que algunos de estos sentimientos de crisis se atenúen y, al menos, me despoje de esta inquietud permanente? aquí tiene una buena opción: www.archivoau.org.


Porque la memoria se construye no con monumentos a los muertos, sino con la comprensión de sus vidas.


¿Cómo está? ¿En qué momento vital le encuentro?

Estamos bien. Yo soy un tío animado, en el sentido de que procuro hacer cosas positivas y no me va el estar parado, tengo siempre varios proyectos a la vez. Respecto al Archivo Audiovisual sobre Víctimas del Terrorismo, ya te anticipo que no ha habido nunca tiempos buenos. Cuando empezamos allá en 2001 con la primera película, Sin libertad, ya me decían, “¿por qué no lo dejas para otro momento?”. En fin, me di cuenta hace tiempo de que para desarrollar cosas complicadas nunca es buen momento. Así que las haces o no las haces. Todo está en la voluntad de hacer. Y en creer que aquello que te has propuesto es algo muy conveniente y necesario. Y, sobre todo, porque sé que será para el futuro de nuestros hijos, de nuestros nietos, para que cuenten con la verdad. Eso me anima mucho. Saber que hay cosas que tienen sentido, más allá de lo que pase.


¿Cómo ve España? Disparatada, agónica, en su punto, hecha un dolor…

Disparatada es un buen adjetivo. Estamos asistiendo a muchas cosas salidas de madre, a una provocación constante para llevarnos a la crispación. Y no es una crispación espontánea, es un enfrentamiento que nos llega desde un par de gobiernos antes del actual. En 2018 ya se lanzaban mensajes sibilinos, agresivos, para que la sociedad se polarizara. Y era una crispación estudiada, forzada desde la izquierda y la ultraizquierda, para dividirnos y hacerse con la hegemonía cultural. Se han encargado de señalar al que ellos consideran disidente, demonizar todo lo que no sea izquierda, como si no fuera honorable votar a la derecha, y todo en ese espacio que Sánchez define como fachosfera, a sabiendas de que ahí estamos media España o más. Todo ello crea apatía, degeneración…


Y sin límites. Vemos que no dudan en saltarse más líneas…

Claro. Y, lo peor, reitero, es que están logrando adormecer a gran parte de la sociedad. Con tanto desvarío llega un momento en que uno no sabe ni lo que ha pasado ayer… Nos la cuelan por todas las esquinas. Una desafección hacia la política y los políticos provocada por tanta acumulación de informaciones, que es lo mismo que “desinformación”. Esto genera y crea aturdimiento en una sociedad que, cada vez más, prefiere alejarse. Y este alejamiento cae en beneficio, precisamente, de los promotores de esta cosa. Son estrategias totalitarias de libro.


“Adoro mi tierra, adoro mi mar, adoro el aire que antes fue humo. Aquí he vivido siempre y aquí acabaré de vivir. Por eso me empeño tanto en señalar el mal que lleva tantos años incrustado en este rincón de España”, le leía hace poco. ¿Por qué considera este Archivo Audiovisual su gran proyecto?

Porque de alguna manera es inabarcable. La grabación de los testimonios para mi primera película supuso uno de los primeros momentos que me hicieron darme cuenta de que había muchas, pero muchas historias, que necesitaban ser contadas. Entendimos lo trascendente de cada historia individual porque estas tragedias han ocurrido a personas, únicas e irrepetibles, no a una estadística más ni a algo invisible.


Y se encuentra inmerso en una nueva batalla que dará un nuevo empujón al proyecto

Sí, así es. Al conocer de cerca la Shoah Foundation, de Steven Spielberg, decidimos reemprenderlo. Nuestro propósito es tener el máximo posible de testimonios de víctimas del terrorismo de España. Hasta la fecha tenemos grabados 400 testimonios, casi mil familias, diez mil heridos, pero también hablamos de víctimas del atentado del 11 de marzo y otros atentados de corte islamista, así como de los grupos terroristas GRAPO, FRAP… Es un universo enorme, desgraciadamente. Sé que no tengo medios suficientes para darle más estructura, que estoy solo, de ahí lo del “proyecto de mi vida”. Cuantitativamente es un reto enorme y el tiempo que lleva realizarlo igualmente, muy grande. Podríamos definirlo como una especie de Biblia, ya que será un recopilatorio de testimonios en un solo espacio además de acoger información, localizaciones, qué pasó después con aquellos que quedaron, derivas familiares… A pinceladas, es un mapa de lo que ha sido España, estos últimos años, verdaderamente importante.


España, lo vemos a diario, se va construyendo paso a paso. Su labor está siendo ardua ya que navega sin ayudas. Construye a través de la respuesta de la gente. Estas condiciones de trabajo limitan, pero también fortalecen, sabe que cuenta con el respaldo de muchas personas que aportan su granito de arena.

Sí, hemos recaudado hasta la fecha como unos 40.000 euros y vamos a seguir estirando el dinero hasta donde se pueda. Seguiremos construyendo la web —archivoau.org— a la que ya se puede acceder y en la que mostramos el trabajo que estamos haciendo, lo que hemos hecho hasta ahora así como la manera de involucrarse en el proyecto. Me anima mucho ver la reacción de la gente cuando ve el trabajo que estamos haciendo. Reside en la esencia de los buenos españoles estar con las víctimas.


Si estrenar una película ya es difícil, hablar de un documental es como intentar subir a Primera desde Tercera División. La exhibición es muy compleja. Qué pocas películas y documentos históricos, con una historia tan grande y compleja como la nuestra, se hacen en España. ¿Somos los españoles incapaces de enfrentarnos de una forma natural con nuestra historia?

La verdad es que no tengo la respuesta. Me resulta también un poco difícil entenderlo porque es cierto que existen innumerables historias y no se hace nada para contarlas. Es un gran espacio vacío. Parece mentira… Se podría hablar de las víctimas, de la época, de cómo la sociedad se sintió tan acosada mientras vivían los años marcados por la violencia terrorista. Recuerdo que se decía, “bueno, esta gente —productores, directores— tiene miedo…”. Antes era miedo y ahora no les importa… Vemos cientos de películas sobre el nazismo o Vietnam desde puntos y miradas diferentes, incluso en algunos casos sigues descubriendo cosas que te sorprenden. Y todo gracias a la forma de contar. Imagínate cómo sería en España, que ni siquiera hemos empezado a retratar la verdad. Mira, tengo, desde hace años, un proyecto de ficción, con guion acabado y supervisado por un escritor, y simplemente no me contestan.


Qué significará este archivo en un futuro

Será un gran monumento a la memoria de las víctimas. Escuchar su voz, ver sus rostros, a sus familias… Por otra parte, adquiere un valor educativo e histórico incuestionable. Lo que me motiva es que contenga toda la totalidad de testimonios. Es nuestra responsabilidad preservar la voz de cada superviviente que nos da su historia. Asegurarles que están aquí y seguirán estando dentro de 100 años. Y accesible para todos: particulares, centros educativos, historiadores, periodistas…


Confiesa que después del gran número de entrevistas que lleva grabadas se sigue emocionando

Mira, hace unos minutos acabo de estar con unos familiares y salgo emocionado, muchísimo. Claro que te toca. Y no puedes llorar delante de la persona, ya ves que estoy sentado frente a ellos, pero es verdad que, además de la tragedia vivida, hay personas que tienen una forma de contar muy especial. Si ya es grave lo que están contando, la forma de hablarlo te estremece. Cuántos particulares con problemas para seguir sobreviviendo tras los atentados, algunos no rehacen su vida; algunas ayudas tardan, mucho; familias que sufren, en ocasiones, derivas muy dramáticas, con hermanos o padres que enferman, mueren jóvenes o algunos entran en fases destructivas. Es una carga emocional impresionante.


Y qué no le da miedo

Nunca he tenido miedo. Si lucho contra algo es contra el tiempo y la imposibilidad de no poder sacar los proyectos adelante. No sé si llamarlo miedo, pero desde luego sí es una presión enorme. Me quita el sueño no poder hacer más cosas por falta de medios. Me encantaría tener un equipo de personas que multiplicara por cinco lo que hacemos. Lo crítico para mí es no poder hacer más de lo que creo que se debería hacer y que sería muy valioso. Y, te topas con muchas trabas. Luchas a menudo contra la incomprensión. Es verdad que el sentimiento hacia las víctimas es de afecto mayoritariamente, pero en la práctica eso se diluye, se hace casi invisible. Te dicen algo así como que ya no tiene sentido llevarlo a cabo, que ya pasó, que ya les llegan sus ayudas…


Eso he visto con algún testimonio. Se te cae el alma a los pies al escuchar a familiares confesar que nadie se acercó a preguntarles, a interesarse por ellos. ¿Cómo se explica este olvido hacia las víctimas?

Ten en cuenta que en su momento fue más que olvido. Fue condenarlos al ostracismo, condenarlos al abandono. Y ahora es el olvido, la dejadez. De vez en cuando algún monumento de homenaje, las ayudas, pero son cosas efímeras, solidaridad puntual. Más allá de esto es necesaria la construcción de la memoria, construir un relato del terrorismo que cuente qué ocurrió de verdad. Es una tragedia amplia y larga en el tiempo. Es mucho tiempo haciendo daño esta gente…


Compasión es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y entender su sufrimiento. ¿Podríamos decir que virtudes como la piedad, la compasión, están amenazadas? Piedad, que en la concepción humanista griega era uno de los pilares sólidos de la democracia

Lo que existe hoy es un importante sesgo ideológico, y eso afecta a cómo se ve el dolor de los demás. Impera el qué le ha pasado a quién. En el País Vasco hemos sido maestros en eso. En los años del terrorismo, cuando mataban a alguien, para muchos había que saber antes de qué bando era, por decirlo de algún modo. Si la víctima era relativa a ETA la gente se volvía loca, salía a la calle y hacía huelgas. Si era un guardia civil no pasaba prácticamente nada, no se alteraba el pulso de la sociedad. Todo esto tiene que ver, precisamente, con la ideología. La ideología relativiza esa piedad. Aún hoy, esta sobreideologización de la sociedad hace que todo se relativice. La auténtica solidaridad y compasión están bajo mínimos; sobre todo desde la izquierda y la ultraizquierda, que son los que lideran la batalla cultural.


De los prejuicios sociales y usos y desusos tan arraigados en nuestra sociedad, ¿cuáles considera más peligrosos?

Sobre todo, lo que han conseguido es la apatía de la sociedad. No contestar a los desmanes de este Gobierno. Sabemos que ningún gobierno va a hacer todo bien, pero es que éste tiene una lista interminable de tropelías; para empezar, contraviniendo la Constitución… Una sucesión de hechos que no son suficientemente contestados ni siquiera por la oposición.


La memoria distorsionada por Bildu y avalada por el sanchismo. Han ido, como dice usted, mordisqueando nuestra moral hasta hacerla cada vez más pequeñita, tanto que los jóvenes no conocen casi nada. Pero, creo que esto está cambiando

Sí, vamos a más centros educativos, colegios, universidades. Y ahí te das cuenta de que el problema es que nadie les había contado, nadie les había explicado qué fue lo que ocurrió. Y su reacción es totalmente receptiva. Los chavales son muy receptivos. Repito, si no saben es porque no se les ha contado. He visto a chicos de veinte años llorando tras la proyección de alguna de mis películas, y te dicen “madre mía, no sabíamos…”. La vocación de este Archivo Audiovisual nace especialmente hacia la juventud presente y futura, con el fin de que los efectos del terrorismo sean entendidos en toda su dimensión humana e histórica. Luego hablas con ellos y notas cómo reavivas en ellos una preocupación, una sensibilidad, que te lleva a pensar que no estamos equivocados, que no son insensibles, sólo hay que exponerles las cosas. Esa dejadez, que hablábamos antes, tiene que ver mucho con la educación también. Que algo tan grave como el terrorismo se despache en los libros de texto en dos líneas es perverso.


Tras las Elecciones vascas nos preguntamos en qué va a quedar eso que llaman la memoria del terror. Decía usted hace poco, “la justicia nos sacará de esta”, pero la gente se siente aún sola, no lo ven tan claro, se preguntan a qué precio


Sí, creo en la justicia totalmente. Se pueden saltar algunos temas, no te niego que eso crea incertidumbre, pero todo este terrible entramado no puede salirles bien. En la justicia deben estar las personas más rectas, con los valores más claros y más democráticos. Habrá de todo, claro, pero se puede confiar en la inmensa mayoría de los jueces igual que en la policía. Todo no se puede tapar. Si no crees en nada ya te da igual todo, y así no se puede vivir. Creo que hay que tener esperanza y creer en que hay gente buena y gente profesional, gente que tiene principios y apoyarles. Son parte fundamental de nuestro funcionamiento como país.


En la acción reside la esperanza, dice

En efecto. Yo no habría hecho ninguna de mis películas si me hubiera quedado esperando a que me dieran todas las facilidades y todo el dinero que se necesita. Y no habría podido tampoco si, con el dinero suficiente, no hubiera tenido el valor para hacerlas. Muchos en mi lugar habrían salido corriendo y habrían optado por hacer una película de amor o sobre los bosques de mi tierra. Hay que tener mucha voluntad para levantar los proyectos y tener muy claros los contenidos y los objetivos. Pese a quien pese. Requiere mucha responsabilidad. La cosa es hacer, hacer.


Lo que alarma es que el terrorismo acabe no porque ha sido derrotado, sino porque ha conseguido sus objetivos de hegemonía impuesta y tengamos que quedarnos con eso para los restos. Qué sociedad es esta que tiene a Bildu en las instituciones públicas y a muchos no les parece mal que siga la violencia en nombre de unas ideas…


Ya no sólo es que estén en la política como un partido más, es que contaminan donde están. Donde participan ellos, evidentemente, reside la sombra de su pasado. Donde están ellos existe aún una cercanía con los terroristas. Lo vemos con los que están en la cárcel, con los homenajes hacia lo que sigue siendo su mundo. Y, lamentablemente, puede que sea irreversible. El paso aquel de legalizarles fue definitivo. Entraron de aquella manera, por la puerta de atrás, pasándose por el forro la sentencia del Supremo que no permitía la legalización, y ahí se han quedado. Tirarse de los pelos ahora porque acompañan a los etarras a la Audiencia Nacional o participan en homenajes llega tarde. Algo ha fallado, ¿no?


¿Cuál sería la pauta moral imprescindible? ¿Ve signos de esperanza?

Sí, hay esperanza, sí. Hay que tener esperanza siempre. Desde mi punto de vista, todos podemos hacer algo para cambiar las cosas, al menos debemos tener esa sensación de que podemos hacer algo, y si no podemos nosotros encargarle a alguien que lo haga, en este caso a los políticos. El relevo generacional, desde luego, es importante. España no es igual que hace cincuenta o sesenta años, y nadie por aquellos tiempos se imaginaba que cambiaría. De estos chavales de hoy, de muchos jóvenes, saldrá la fuerza y el empuje suficiente para que las cosas sean de otra manera. Las civilizaciones avanzan a través de las nuevas generaciones. Por eso es importante dejarles toda la información posible, todo lo que tenga sentido común, valores, sentido histórico, todo será bueno como testimonio para los que vengan tras nosotros. Yo soy una persona esperanzada. Ahora no puedo ser optimista, pero esperanzado sí.


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