Recortes de Prensa Sábado 10 Agosto 2024


Nuevo crimen de guerra: Rusia lanza un misil mortal contra un supermercado en Ucrania causando once muertos

Libertad Digital. 10 Agosto 2024


Un brutal ataque más perpetrado por las tropas de Vladimir Putin a vuelto a poner en el foco la despiadada naturaleza del conflicto en Ucrania. En un nuevo balance ofrecido por la Fiscalía de Ucrania, se ha confirmado la muerte de once personas y al menos 37 heridos tras el impacto de un misil de precisión lanzado por las fuerzas rusas contra un supermercado y zonas residenciales aledañas en Kostantínovka, una localidad próxima al frente oriental en la provincia de Donetsk.


Este ataque, ocurrido alrededor de las 12:40, hora local, ha sido descrito por las autoridades ucranianas como un "acto terrorista". El misil Kh-38, reconocido por su letal precisión, no solo destruyó el supermercado, sino que también arrasó cuatro viviendas particulares y un lavadero de coches cercanos, según informó el jefe de la administración local, Vadim Filashkin. La devastación ha dejado a la comunidad local sumida en el caos, mientras los servicios de emergencia luchaban por apagar el incendio que se desató tras la explosión.


Ucrania responde

El ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, informó que el fuego ha sido controlado, aunque la tragedia ya estaba consumada. "El enemigo ataca, nosotros salvamos y protegemos", afirmó Klimenko en su cuenta de Telegram, subrayando la constante labor de los bomberos y rescatistas que arriesgan sus vidas bajo fuego enemigo.


El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha denunciado con dureza este ataque como otro episodio del terror que Rusia impone en territorio ucraniano. Zelenski reveló que, además del supermercado, una oficina de correos cercana también fue alcanzada, y que aún se busca a personas atrapadas bajo los escombros. El mandatario ha sido contundente al calificar la acción como un "ataque terrorista", un término que pone en evidencia la percepción del gobierno ucraniano sobre la naturaleza de la ofensiva rusa.


El asesor presidencial ucraniano, Andrei Yermak, se sumó a la condena, señalando que "Rusia solo sabe atacar a civiles". En sus declaraciones, Yermak hizo un llamado a la comunidad internacional para que tome represalias contundentes contra el Kremlin por estos actos de barbarie. "Deberían ser objeto de una represalia total por todo lo que hacen", añadió, dejando claro que Ucrania considera este bombardeo como una evidencia más de los crímenes de guerra que el gobierno ruso está cometiendo en suelo ucraniano.


Según informa Europa Press, el Ministerio de Defensa de Ucrania indicó inicialmente que el ataque fue atribuido a un bombardeo de artillería, pero luego se confirmó que fue efectuado por un misil Kh-38. Este cambio en la evaluación subraya la complejidad de los ataques y la naturaleza letal de los misiles de precisión empleados por las fuerzas rusas.


Este ataque no es un hecho aislado, sino parte de una campaña de terror y destrucción que Rusia ha desplegado contra la población civil ucraniana, en lo que parece un intento por desmoralizar y someter a la nación a través del miedo y la violencia. La brutalidad de estos ataques, que no distinguen entre objetivos militares y civiles, refuerza la narrativa de que el Kremlin está dispuesto a llevar su agresión hasta las últimas consecuencias, sin importar el costo humano.


Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando, preocupada pero inactiva, cómo el conflicto en Ucrania arrasa con vidas inocentes. ¿Hasta cuándo seguiremos cediendo ante los caprichos de este ególatra desquiciado? ¿Hasta cuando está barbarie?


La finta de Kursk, ¿una aventura descabellada de Ucrania?

Juan Rodríguez Garat. el debate. 10 Agosto 2024

Hay buenas razones para pensar que, entre la montaña rusa de emociones que cada día nos traen los juegos olímpicos y las payasadas del inefable Puigdemont, no serán muchos los españoles que tengan interés en lo que ocurre en la guerra de Ucrania durante este caluroso mes de agosto. Yo mismo, a pesar de mi condición de militar retirado y mi afición a la historia, también preferiría escribir sobre el regreso a España del delirante líder independentista. Sin embargo, no cederé a la tentación. Tengo bien presente aquello de «zapatero a tus zapatos», sabio consejo que algún expresidente bien podría seguir en lugar de irse a Venezuela a poner en ridículo a quienes no hace tantos años fueron sus votantes.


Con todo, lo que ocurre estos días en Kursk y en Cataluña tiene algunas cosas en común. El Ejército ucraniano, a la defensiva en toda la línea del frente, ha sacudido el espacio informativo ruso, ya resignado a una guerra larga y carente de toda brillantez, con una incursión en la región fronteriza con Ucrania. Las primeras noticias muestran avances de hasta diez kilómetros en un terreno sin valor estratégico —por ahí no se va a ningún sitio— pero de particular importancia para el sentimiento nacional ruso porque en él se libró la batalla del saliente de Kursk, quizá la más importante victoria estratégica del Ejército Rojo sobre los nazis después de Stalingrado.


¿Una aventura descabellada?

¿Es la incursión ucraniana una aventura tan descabellada como la vuelta a España del expresidente de la Generalidad? Muchos creerán que sí, pero ¿Qué hay de acertado en esa valoración? Sin ir más lejos, ¿es realmente descabellada la pantomima de Puigdemont o solo lo parece? Ambas acciones, frívolas en apariencia, hay que entenderlas de forma parecida. No se esperan de ellas resultados prácticos. Ucrania no quiere ni puede conquistar la región fronteriza rusa, y probablemente Puigdemont —aunque de lo que piensa tan disparatado personaje nunca se puede estar seguro— no aspira realmente a liderar un levantamiento popular que le devuelva la presidencia.


Sin embargo, las dos aventuras tienen objetivos claros en el entorno de la información. Por si no bastara la palabra «fastidiar» —hay otra más descriptiva que no emplearé por respeto a los lectores— añadiré que ambas aspiran a erosionar la credibilidad de las instituciones —la primera las rusas y la segunda las españolas— y persiguen la movilización de los partidarios de las causas que —con toda la razón en el caso de la invadida Ucrania y con ninguna en el caso del independentismo catalán— cada uno defiende.


La perspectiva ucraniana

Vaya por delante que, aunque fuerzas irregulares aliadas de Kiev hayan cruzado la frontera rusa en anteriores ocasiones, esta es la primera vez que lo hace el Ejército ucraniano. No es, sin embargo, la primera ocasión en la que Kiev ordena realizar incursiones que no tienen sentido aparente desde el punto de vista táctico. Todas las cabezas de playa que sus tropas crearon en la margen oriental del Dniéper, probablemente para obligar a Rusia a distraer fuerzas para la defensa del Jersón ocupado, han tenido que ser abandonadas. Era, desde luego, previsible. ¿Mereció la pena? Bajo la niebla de la guerra, es imposible asegurarlo. El esfuerzo militar y, en particular, las vidas perdidas en esa finta son todavía objeto de discusión en los medios ucranianos.


¿Es diferente lo que ocurre en Kursk? En parte sí, porque además de la posible finalidad táctica de distraer fuerzas rusas de los frentes más activos, la entrada del Ejército ucraniano en Rusia, después de las recientes declaraciones de Putin exagerando los daños sufridos por su enemigo en los últimos meses, puede contribuir a reforzar la moral del pueblo invadido y al descrédito del dictador ruso. Recuerdo que, en los primeros meses de la guerra, el Kremlin fue muy criticado en las redes sociales por los ataques de helicópteros que sufrió Belgorod poco después de que se hubiera anunciado la destrucción total de las fuerzas aéreas de Kiev.


Con todo, y a la hora de valorar los resultados de esta incursión, Kiev tendría que darse cuenta de que el espacio informativo ruso ya no es el que era en los comienzos de la guerra. Las sucesivas leyes contra la libertad de expresión y las condenas a largas penas de cárcel por criticar ya no la guerra sino la forma de conducirla, han ido acercando a Rusia a las prácticas amordazadoras de la URSS y la Alemania nazi. Puede que haya quien piense que Putin es un bocazas, pero nadie se atreverá a decirlo en voz alta.


La perspectiva rusa

Cualesquiera que sean los objetivos de Kiev, conviene recordar que ha sido Putin quien primero nos ha informado de la incursión del Ejército ucraniano. Mientras Zelenski guardaba silencio, la elaborada puesta en escena en Moscú —basta ver las fotografías del gabinete de crisis publicadas en los medios rusos— parece indicar que el golpe, insisto que irrelevante desde el punto de vista militar, le ha dolido al dictador.


Para Putin, la incursión ucraniana es una «provocación en gran escala». No deja de sorprenderme que, en cambio, la invasión de Ucrania no le parezca provocadora. Es, por supuesto, otro de los milagros de los nacionalismos llevados al extremo. Tanto el ruso como el catalán existen para reivindicar que lo que para ellos son derechos que no tienen aplicación a los demás pueblos. No todos podemos ser rusos o catalanes ¡qué le vamos a hacer! Lo malo es que esa asimétrica forma de ver las cosas, a la larga, solo puede conducir a la aplicación de la ley del más fuerte. Y, por ahora, no parece que Rusia esté en condiciones de imponerla.


Unas líneas de relleno

Cuando acabe la guerra —para lo que no me canso de repetir que habrá que esperar bastantes años— la incursión ucraniana en Kursk apenas ocupará algunas líneas de relleno en los textos de historia. Los éxitos militares en el espacio informativo pueden ser rentables a corto plazo, y por eso atraen a los políticos. Pero sus efectos se disipan muy pronto. Dentro de pocos días, Putin volverá a asegurar que el Ejército ucraniano ha perdido toda su capacidad de combate. Y, bajo la amenaza de la cárcel, ¿quién va a decir en Rusia lo contrario?


Es verdad que, si nos centramos en la perspectiva militar, los argumentos tienden a ser más sólidos. Pero la escala de la incursión —no más de un millar de soldados, según el Kremlin— no permite soñar con que Kiev recupere la iniciativa que perdió hace casi un año. Es cierto que el Ejército ruso se verá obligado a desplazar tropas para expulsar al enemigo del suelo propio, aceptando además un coste adicional porque Putin exigirá que se haga más deprisa de lo razonable. También es cierto que, de cara al futuro, el Kremlin se verá obligado a emplear algo más que inexpertos reclutas en la defensa de sus fronteras.


Desde la perspectiva de Kiev, ¿justificarán ambas ventajas el coste de la incursión? Dependerá de que sus mandos militares sepan replegar sus tropas en el momento oportuno, antes de que la presión de las fuerzas rusas provoque un alto número de bajas en la operación de retirada, siempre delicada cuando se hace bajo el fuego enemigo. Y dependerá también de las defensas que Zelenski haya preparado en la región de Sumy, donde sus fuerzas deberán atrincherarse y frenar a sus enemigos cuando se dé por finalizada la incursión.


La dinámica de la guerra

Zelenski ha vuelto a demostrar que no teme a Putin, y eso está bien. Pero lo que no cabe esperar, por el momento, es que cambie la dinámica de la guerra. Hoy por hoy, Rusia goza de superioridad numérica en el frente. Una superioridad que, a la vista está, no es suficiente para romper las líneas enemigas y que no durará para siempre.


Las fotografías de los satélites nos demuestran que los almacenes de armas de origen soviético, muchos de ellos al aire libre, van disminuyendo rápidamente. Mientras, los medios oficiales rusos nos confirman que las primas de reclutamiento que se ofrecen a los voluntarios van aumentando y que se redoblan las presiones a los inmigrantes para que sirvan en el Ejército. A la vista de ambas tendencias, que Putin conocerá mejor que nosotros, el dictador tendría motivos para estar preocupado… si no fuera porque, como él mismo dice, el Ejercito de Kiev ha sido destruido en su práctica totalidad y el pueblo ucraniano ya está agotado.


Es probable que ya sean muchos los rusos que creen que es una lástima que el único argumento que tenga el dictador para dar credibilidad a sus declaraciones sea la amenaza de la cárcel. Cuando los que se atrevan a decirlo en público sean más que los que caben en las prisiones del régimen, habrá llegado el final de la guerra.


Ucrania avanza en territorio ruso: Bélgorod, Briansk y Kursk en estado de alerta antiterrorista

Europa Press. vozpopuli. 10 Agosto 2024


El Comité Nacional Antiterrorista de Rusia ha declarado este sábado el estado de alerta por terrorismo en las regiones fronterizas de Bélgorod, Briansk y Kursk, una medida que capacita a las fuerzas de seguridad para restringir el movimiento y suspender el derecho de privacidad de los residentes afectados, en respuesta, particularmente, a la entrada esta semana de fuerzas ucranianas en territorio ruso a una escala sin precedentes desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.


En su anuncio, recogido por la agencia rusa Interfax, el comité esgrime que la declaración obedece a un "intento sin precedentes" por parte de Ucrania de desestabilizar la situación en varias regiones, Kursk en particular, donde las fuerzas ucranianas han causado "bajas entre la población civil, destrucción de edificios residenciales y otros bienes civiles".


Así pues, y "para garantizar la seguridad de los ciudadanos y reprimir la amenaza de actos terroristas cometidos por formaciones enemigas de sabotaje y reconocimiento, el presidente del Comité Nacional Antiterrorista y director del FSB de Rusia, Alexander Bortnikov, ha decidido emprender operaciones antiterroristas en las regiones de Bélgorod, Briansk y Kursk a partir del 9 de agosto de 2024".


Durante esta situación de alerta, las fuerzas de seguridad rusas están capacitadas para suspender la prestación de servicios de comunicación o limitar el uso de redes y medios de comunicación, detener inmediatamente a ciudadanos sin identificación, retirar vehículos, seguir comunicaciones telefónicas o efectuar rastreos informáticos a discreción y trasladar por la fuerza a residentes de estas regiones a "zonas seguras".


Kursk lleva bajo estado de emergencia desde la tarde del 7 de agosto, día y medio después de las primeras noticias de las incursiones de Ucrania -aproximadamente 300 efectivos con once tanques y 200 vehículos blindados que cruzaron la frontera desde la región ucraniana de Sumi, en el norte del país- y que han dejado hasta el momento, según Rusia, cinco muertos y 66 heridos, entre ellos nueve niños.


En un balance posterior, el ministro de Salud ruso, Mijail Murashko, ha precisado que 55 de los heridos se encuentran hospitalizados y 12 de ellos se encuentran en estado grave.


Asimismo, varias localidades de la provincia rusa de Bélgorod, en la frontera con Ucrania, han sufrido cortes en el suministro eléctrico a causa de los ataques perpetrados durante las últimas horas por las fuerzas ucranianas contra la zona.


La necesidad de creer

Alfonso Ussía. el debate. 10 Agosto 2024

Bélgica funcionó normalmente durante dos años sin Gobierno. No pasó nada. Bueno, será más justo decir que pasó mucho. Se demostró que, cuando las instituciones de un Estado cumplen con su cometido, el gobierno resulta innecesario. En España tenemos gobierno, un gobierno aniquilador de España, y unas instituciones, en su mayoría, colonizadas por un presidente del Ejecutivo que ha superado con creces los límites de la traición. Además de tan bochornosos límites superados, parece ser que se ha dedicado a promocionar a sus familiares y amigos más cercanos enriqueciendo sus patrimonios con una desfachatez asombrosa. El grave problema, no obstante, no lo protagoniza exclusivamente el depredador, sino un alto porcentaje de votantes que se ha dejado engañar por el hábil manejo de los sinvergüenzas de importantes medios de comunicación públicos y privados que dependen de las subvenciones que facilitan su existencia, y en algunos casos de empresas de comunicación privadas, que mejoran y aumentan las cuentas corriente de sus dirigentes y principales accionistas.


Para dificultar la invasión de la corrupción del sanchismo, y de la entrega de España a los antiespañoles, es necesaria una metódica, firme, estudiada y decidida labor de la oposición. Y en España, no tenemos una oposición política convencida de su labor. El PP no sirve y Vox no alcanza. No se trata de preferir pactar con el PSOE que con Vox, como han reconocido muchos dirigentes del PP empezando por Feijóo. No se puede elegir como compañero a un socialcomunismo, separatista y terrorista, cuando la oposición lógica y valiente, no tiene otro objetivo que librar a los españoles de quienes la están extinguiendo. Y Vox, que ha dado también bandazos incomprensibles e inesperados, carece de base suficiente para ser determinante. Me entristece, que muchos votantes del PP y de Vox, interpreten las críticas al PP y Vox a través de la intolerancia partidista. Usted dice que Feijóo no sirve, usted es de Vox. Usted afirma que Abascal no llega, usted es del PP. Nada me gustaría más que la interpretación fuera más sencilla. Usted, vote al PP o a Vox, es antisanchista, anti social-comunista, anti separatista y anti terrorista. Retornemos al principio y aceptemos la desunida unidad del gran espacio conservador, liberal e incluso socialdemócrata que, superando miedos, recelos y majaderías, podría enviar al carajo a este gobierno de peligrosos mamarrachos, y a muchos de sus ministros, presidentes y miembros de las instituciones que garantizan el funcionamiento de un Estado, a la cárcel.


Lo que está claro es que este gobierno de forajidos sólo es vencible si existe una oposición firme, unida y dedicada exclusivamente a la recuperación de España, la limpieza de sus instituciones, la lucha contra la corrupción y la decidida necesidad de eliminar las leyes del odio, el resentimiento y las estupideces que han aprobado los grupos de la ultraizquierda desde que Zapatero llegó al poder de aquella manera tan rara y sospechosa. Si yo escribo que, para culminar esa gran empresa, ni Feijóo, ni Pons, ni Gamarra, ni Bendodo, sirven, no estoy apoyando a Vox. Y si es al revés, tampoco apoyo al PP. Me limito a decir que ante la dureza de un socialismo fortalecido por la corrupción sistemática y su odio a España, las diferencias entre el PP y Vox tienen que desaparecer. Y para ello, es necesario que sus dirigentes abran la puerta, se vayan, y la dejen abierta para que entren los nuevos.


El Gobierno es traidor y corrupto. La oposición, blanda y melindrosa o bronca y extravagante.


Y los millones de españoles, mansos pero decentes, necesitan otros líderes para seguir creyendo en algo.


Churras o merinas

Nota del Editor. 10 Agosto 2024


Del pp, ya casi sabemos de lo que es capaz, todavía puede cometer más tropelías. Así que hay dejarse de despistar y apoyar a Vox, la última esperanza para España.


Una huida que provoca vergüenza infinita

Graciano Palomo. okdiario. 10 Agosto 2024


¿Imagina el avieso lector que algo de lo ocurrido el pasado jueves en la decadente Barcelona pudiera darse en países como Alemania, Francia, Reino Unido, Holanda o Italia, incluso en países que ni siquiera están en nómina como socios en la Unión Europea o forman parte del mundo libre?


Decididamente, no. El prófugo de los siete años y aumentando, jaleado como un Wallace de hace seis siglos por una pléyade de ganapanes al uso que se han creído que un pequeño territorio de 32.000 kilómetros cuadrados es el epicentro del universo y que todo aquello que no lleve encima la barretina carece de valor y de futuro. El líder del 1-0 es el héroe irredento de una parte de la locura independentista catalana. Este inmarcesible libertador es el coprotagonista de la última gran vergüenza para el Estado y para la nación española de la que se mofa y descojona cada vez que tiene ocasión y el poder de ese Estado se lo permite y aún coadyuva entre la incredulidad de propios y, sobre todo, extraños.


Describiendo por corto y por derecho la situación, Puigdemont es un prófugo perseguido por dos probos jueces. Simplemente un prófugo sin más recorrido que la dimensión de la cuerda que le ofrece Sánchez, auténtico culpable de la vergüenza infinita a la que lleva tanto tiempo sometiendo al pueblo español y a las instituciones democráticas. Puigdemont se burla de 48 millones de españoles porque hay un jefe de Gobierno que se lo permite; a cambio, el huido le garantiza seguir utilizando las bicocas que suponen ser primer ministro. Algún día tendrán que responder uno y otro de su alianza malvada y antidemocrática para descarallarse del inerme y sufrido pueblo español. A Puigdemont ya le conocemos; al otro, también.


Lo vivido el pasado jueves, con el juez Pablo Llarena esperando en su despacho su detención, sobrepasa cualquier límite de decencia en un país serio en el que el poder constituido respeta el origen de su poder. La ignominia la describió el nuevamente huido en dos palabras: «Ni detenido, ni localizado». El resto de las conclusiones se las dejo al lector.


Otro pacto de la vergüenza

Editorial. ESdiario. 10 Agosto 2024


Que Puigdemont no nos impida ver a Illa y su corrupción política: investidura comprada


Si grave es lo sucedido este jueves en el exterior del Parlamento de Cataluña con la llegada triunfal, el discurso exaltado y la huida vergonzosa de Carles Puigdemont, no menos grave es lo acontecido dentro: el candidato del PSC, Salvador Illa, proclamado presidente de la Generalitat después de comprar su investidura a ERC con el concierto económico a la vasca, que es inconstitucional además de insolidario e injusto para el resto de los españoles. Se repite la misma historia que en la investidura de Pedro Sánchez, es decir, pura corrupción política para investir a un presidente socialista.


La aparición y fuga de Puigdemont solo se explica de dos maneras: incompetencia o complicidad. Resulta complicado creer en tanta incompetencia policial a la hora de detener a un individuo que anuncia sus intenciones y las lleva a cabo a plena luz del día, sin esconderse y de forma pública y notoria. Así que habrá que acudir a la explicación más lógica y más probable, que suele ser la correcta. Hay complicidad política, un plan para que esto haya sucedido, auspiciado desde La Moncloa. Encaja perfectamente en el modus operandi de Pedro Sánchez, el hombre sin principios ni límites.


En todo caso, el ridículo descomunal y la humillación para España no deben eclipsar lo que sucede dentro del Parlamento catalán. Salvador Illa, presidente gracias a un nuevo pacto de la vergüenza con ERC que le ha arrancado un concierto económico que el propio Gobierno negaba que fuera posible hace unas pocas semanas, que rompe la caja única y que es un agravio para el resto de los españoles de fuera de Cataluña.


Es falsa la imagen de hombre moderado que los socialistas tratan de colgarle a Salvador Illa. Detrás de esas maneras ciertamente educadas están sus actos. Y comprar su investidura con un concierto económico que atenta contra la Constitución no tiene nada de moderación sino de corrupción política.


Pedro Sánchez, que prometió “cumplir y hacer cumplir la ley”, ha vuelto a perpetrar este jueves un golpe a la igualdad entre españoles por partida doble, es decir un golpe doble al Estado de Derecho. No somos todos iguales ante la ley ni ante Hacienda. Y todo para conseguir el poder o mantenerse en él.


Como expresaba un conocido tuitero que se identifica como Pastrana en esa red social: "Si se decide a quién no detener de forma arbitraria, el siguiente paso es decidir a quién detener de forma arbitraria". En otras palabras, el deterioro de la democracia en España sigue adelante cuesta abajo y sin frenos. Pedro Sánchez vuelve a demostrar que no tiene límites. Si lo necesita, el siguiente paso, por qué no, será el referéndum de independencia en Cataluña.


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Cataluña nos roba

Jimmy Giménez-Arnau. okdiario. 10 Agosto 2024


El cínico Gobierno de Sánchez simula no saber nada sobre la sorprendente desaparición de Puigdemont en el acto frente al Arc del Triomf, antes de la sesión de investidura de Salvador Illa en el Parlament. Cómo no iban a saberlo si todo estaba pactado, por mucho que lo nieguen Bolaños y Marlaska. ¿O acaso no viajaron a Suiza los tres para planear el escándalo con el propio prófugo? No olvidemos que Sánchez sueña con tener atados los votos de Junts para que esta legislatura dure otro trienio. Flipar en Moncloa vale la trampa. Mayores obscenidades hace y ahí sigue el déspota.


Kiko Matamoros se pregunta: «¿Puede haber alguien con medio dedo de frente que se crea que todo esto no estaba más que pactado? Somos la democracia más ridícula del mundo, gracias a unos políticos corrompidos hasta el tuétano. Lo más grande es que Puigdemont es la pata que sostiene al gobierno del progreso. El alcance de este vodevil nos lo va a dar la intervención de Junts en el parlamento. Pase lo que pase hoy, estamos ante una de las páginas más tristes y patéticas de la historia de la democracia en España. Ya no hay vuelta atrás. El equipo de información sincronizada demoniza, responsabiliza a Puigdemont y a los Mossos. Sois unos sinvergüenzas serviles sin parangón en la historia del periodismo universal. CATALUÑA NOS ROBA», resumió en un tuit. (Esa es la gran verdad).


El escritor Arturo Pérez-Reverte ha firmado con sólo tres palabras su reacción después de que dicho prófugo burlase a los Mossos tras dar un discurso en pleno centro de Barcelona: «Mortadelo y Puigdemont». No se conoce su paradero actual, pues cuando se esconde no hay quien lo encuentre, es un reo a la fuga.


Puigdemont se ha reído del estúpido Sánchez y lo ha doblegado a sus intenciones. Ha hecho con él y con Illa, otro lerdo, lo que le da la gana, es un experto en la doma de gansos. La prensa internacional habla de la entrega de los débiles a los deseos de los separatistas para conservar el poder. Sánchez ha caído como una piedra en la cotización de la bolsa de la UE. Ya sólo le queda Begoña para darle una alegría.


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