Recortes de Prensa Martes 13 Agosto 2024


Giro inesperado en la guerra: Ucrania invade territorio ruso y hasta el Kremlin reconoce que ha tomado 29 pueblos

La ofensiva ucraniana en la región de Kursk controla ya mil kilómetros cuadrados de territorio ruso, invadido por primera vez desde la II GM..

Agencias. libertad digital. 13 Agosto 2024


La guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania ha tomado en los últimos días un giro inesperado: fuerzas ucranianas han invadido territorio de Rusia y, según ha asegurado este lunes el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas, Oleksander Sirski, controlan ya unos 1.000 kilómetros cuadrados de terreno.


Por su parte, las autoridades rusas han reconocido que el Ucrania ya ha tomado 28 localidades de la provincia de Kursk. El gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, ha señalado durante una reunión con el presidente, Vladimir Putin, que las fuerzas ucranianas han logrado "profundizar" en su operación y han llegado ya a 12 kilómetros de la frontera, mientras que el frente de combate se extiende a lo largo de 40 kilómetros de ancho.


Smirnov, que ha tildado la situación militar de "difícil", ha aclarado que los ataques de las últimas horas han dejado a su vez 121 heridos, mientras que sitúa la cifra de evacuados a causa de los combates en unos 120.000, según informaciones recogidas por la agencia rusa de noticias Interfax.


"Rusia ha llevado la guerra a otros y ahora vuelve a casa"

Este lunes el responsable del ejército ucraniano, Oleksander Sirski, ha explicado que las "operaciones ofensivas en el territorio de la región de Kursk" siguen en marcha. "El combate continúa prácticamente en todo el frente. La situación está bajo control", ha indicado durante una reunión con altos mandos en la que también ha participado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.


Por su parte, Zelenski ha destacado en su discurso vespertino que estos territorios ahora controlados por Ucrania "eran las zonas desde las que el Ejército ruso lanzaba ataques sobre la región de Sumi", unos 2.100 lanzamientos desde el 1 de junio, según el mandatario.


"Es justo destruir a los terroristas rusos estén donde estén", ha argumentado. "Este es el desastre de la guerra. Siempre le pasa a quienes desprecian a la gente y las normas. Rusia ha llevado la guerra a otros y ahora vuelve a casa. Ucrania siempre ha deseado solo la paz y definitivamente vamos a garantizar la paz", ha subrayado.


Moscú lanza un ataque con 38 drones y dos misiles balísticos

Javier Munera. el mundo. 13 Agosto 2024

Ucrania afirmó ayer que dominaba al menos 1.000 kilómetros cuadrados de territorio ruso, en la región de Kursk, donde la ofensiva iniciada hace una semana sigue su curso.


Por su parte, el presidente Vladimir Putin elevó el tono en su intervención para asegurar que recuperarán la iniciativa y acabarán con la incursión "terrorista" de Kiev.


Este martes, de madrugada, Moscú ha lanzado 38 drones de ataque y dos misiles balísticos Iskander-M contra Ucrania. Treinta de los drones fueron destruidos en varias regiones ucranianas, asegura el ejército en un comunicado.


Las autoridades de la región de Sumy informaron que el ataque hirió a una persona y dañó una línea eléctrica y un gasoducto, dejando a algunos residentes de la ciudad de Sumy sin suministro de electricidad y gas.


9:50

La península de Kamchatka en Rusia se queda sin móviles ni internet

La península de Kamchatka en Rusia estaba sin internet y con comunicación móvil intermitente el martes después de que se rompiera un cable terrestre, informaron la agencia estatal de noticias TASS y el departamento de desarrollo digital de la región.


"En Kamchatka, en el área de Elizovo, ocurrió una ruptura en el cable terrestre principal", dijo el departamento de desarrollo digital en su aplicación de mensajería Telegram.


No se proporcionó información sobre lo que causó la ruptura. El departamento dijo que "se está realizando una transición parcial temporal a canales de comunicación por satélite" y que las reparaciones podrían tardar hasta 12 horas.


8:35

Zelenski está tomando "medidas insensatas", dice el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia

El presidente Volodimir Zelenski está tomando medidas "insensatas" que amenazan con una escalada mucho más allá de Ucrania, informó el martes la agencia estatal de noticias rusa RIA, citando a la oficina de prensa del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia.


"Zelenski está tomando medidas locas que amenazan con escalar más allá de Ucrania", dijo la oficina de prensa a RIA.


8:04

Un herido e infraestructuras dañadas por el ataque nocturno de Rusia sobre Ucrania

Las autoridades de la región de Sumy informaron que el ataque -con 38 drones y dos misiles Iskander- hirió a una persona y dañó una línea eléctrica y un gasoducto, dejando a algunos residentes de la ciudad de Sumy sin suministro de electricidad y gas.


El ataque también dañó un edificio hospitalario y varios automóviles en la región, dijeron las autoridades.


7:50

Una figura clave del programa de misiles norcoreano asiste a la feria de armas de Moscú

Kim Jong-sik, figura clave del programa de misiles norcoreano, asistió a una feria de armas en Moscú el martes, según han captado distintas televisiones, en un momento marcado por la cooperación militar cada vez más estrecha entre Pionyang y Moscú.


Kim, general de cuatro estrellas y vicedirector primero del Departamento de Industria de Municiones del partido único norcoreano, fue captado entre el público que asistió en la víspera a la inauguración de una feria militar y tecnológica en la capital rusa, en la que se proyectó un discurso de bienvenida del presidente ruso, Vladímir Putin.


El general norcoreano lució, al igual que otros representantes foráneos y rusos que se encontraban entre el público, su uniforme militar, en el que se aprecia un distintivo con su nombre y cargo oficial, según las imágenes emitidas por cadenas rusas o de Azerbaiyán.


7:30

El OIEA dice que no hay señales de restos de drones ni de fuego en la central de Zaporiyia

La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) dijo el lunes por la noche que sus representantes inspeccionaron la torre de enfriamiento dañada en la planta nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia en Ucrania, y no encontraron señales inmediatas de restos de drones.


El equipo también evaluó que era poco probable que la fuente principal del incendio hubiera comenzado en la base de la torre de enfriamiento, dijo el OIEA en un comunicado en su sitio web.


"El equipo no ha podido sacar conclusiones definitivas (sobre la causa del incendio) en función de los hallazgos y observaciones hasta ahora", dijo la agencia.


7:15

Rusia dice que derribó 14 drones que Ucrania lanzó sobre las regiones fronterizas

Las unidades de defensa aérea de Rusia destruyeron 14 drones que Ucrania lanzó durante la noche con el objetivo de atacar las regiones de Kursk, Voronezh y Belgorod, informaron las agencias de noticias rusas el martes.


Doce de los drones fueron destruidos sobre la región fronteriza de Kursk, y uno sobre las regiones de Voronezh y Belgorod, según informó la agencia RIA citando al ministerio de defensa de Rusia.


No se proporcionó información sobre cuántos drones en total había lanzado Ucrania durante la noche.


7:00

Rusia ataca Ucrania con 38 drones de ataque y dos misiles balísticos

Rusia lanzó 38 drones de ataque y dos misiles balísticos Iskander-M contra Ucrania durante la noche, informó la fuerza aérea de Ucrania el martes.


Treinta de los drones fueron destruidos en varias regiones ucranianas, según la fuerza aérea en la aplicación de mensajería Telegram. No estaba claro qué sucedió con las armas aéreas que no fueron destruidas.


A las 04:20 GMT, toda Ucrania estaba bajo nuevas alertas de ataque aéreo debido a la amenaza de nuevos ataques, añadió la fuerza aérea en un comunicado en Telegram.


¿la llave de las negociaciones?

Kursk revienta la baza de Putin en la mesa negociadora: "Es más importante que 100 cumbres de paz"

La incursión fronteriza de Kursk se ha interpretado como una posible moneda de cambio para Ucrania si decide pisar el acelerador de las conversaciones de paz

M. Redondo. el confidencial. 13 Agosto 2024


En el cantón suizo de Nidwalden, más de 80 líderes mundiales de diferentes países se reunieron el pasado junio para hablar sobre un acuerdo de paz que pudiera poner fin a la guerra de Ucrania. La única silla vacía fue la del presidente que ordenó el inicio de la invasión: Vladímir Putin. Hasta ahora, las negociaciones para el final del conflicto se vislumbraban como un laberinto de condiciones que alejaban un acuerdo en un corto y hasta mediano plazo. En pocos días, las cosas han cambiado. Ucrania lanzó el pasado miércoles una incursión fronteriza en la región rusa de Kursk. La ofensiva ya está considerada como la más importante del Ejército de Kiev desde 2022 y que puede marcar el inicio de una nueva fase de la guerra. Este fin de semana, Rusia ha admitido que la incursión fronteriza de las fuerzas de Kiev en territorio ruso ha provocado la pérdida de 28 municipios, que supone un área de cerca de 12 kilómetros de profundidad y 40 kilómetros de ancho. En total, se calcula que han avanzado cerca de 30 kilómetros. En la región fronteriza, más de 76.000 personas han sido evacuadas y las autoridades han declarado el estado de emergencia. Además, otras 11.000 personas han sido desplazadas en Bélgorod por la ofensiva que el presidente ruso ha calificado de "provocación". También ha anunciado la estrategia que cree que puede estar detrás. "Parece que el enemigo está tratando de mejorar sus posiciones de negociación", dijo Putin. Los analistas militares y algunos funcionarios ucranianos apuntan a que uno de los objetivos de la operación es obligar a Rusia a retirar las tropas en frentes como el de Donetsk y Járkov para defender Kursk y, de esta forma, Ucrania puede aliviar la presión sobre sus soldados. Por otro lado, si los soldados de Kiev consiguen mantener el control de los territorios rusos atacados, podrían usarlos como moneda de cambio en unas hipotéticas negociaciones con Rusia.


A pesar de que Kiev no ha hablado directamente sobre la estrategia de la incursión de Kursk y las teorías han crecido en los últimos días, la idea de que esta misión podría llevar a un final más rápido de la guerra ha ganado impulso. La operación relámpago ucraniana ha conseguido, una semana después de llevarse a cabo, acabar con la idea prácticamente generalizada de que Putin tiene todas las cartas para marcar las condiciones de un alto el fuego.


Esta creencia ha empezado a tener un eco entre políticos ucranianos como el diputado Oleksiy Goncharenko, quien afirmó que la incursión es tan importante porque "nos acerca mucho más a la paz que 100 cumbres de paz". "Cuando Rusia necesita contraatacar en su propio territorio, cuando el pueblo ruso huye, cuando la gente se preocupa, esa es la única manera de mostrarles que deben detener esta guerra", dijo a la BBC. Las declaraciones del diputado ucraniano se alinean con las recientes insinuaciones de Zelenski sobre qué podría estar dispuesto a negociar. "No tenemos que recuperar todos los territorios (por medios militares). Creo que eso también se puede lograr con la ayuda de la diplomacia", señaló.


Un acuerdo 'tierra por tierra'

La condición a la que Putin no ha querido renunciar a la hora de llegar a un acuerdo de paz consiste en que el Kremlin debe tener el control de los territorios anexionados en Moscú en 2022, así como la península de Crimea. En un escenario en el que Ucrania tiene el control de una parte, la negociación podría basarse en un intercambio. "Durante los primeros días de la incursión, hubo especulaciones sobre la posibilidad de que el objetivo principal de Ucrania fuera la planta nuclear de Kursk, con vistas a canjearla por la de Zaporiyia, ocupada por Rusia. Un eventual intercambio de tierras a una escala mucho mayor puede ser parte de los cálculos de Kiev", señala Peter Dickinson, investigador y editor del servicio UkraineAlert de Atlantic Council. Hasta ahora, la carta a la que podía jugar el Gobierno ucraniano en unas hipotéticas negociaciones pasaba por un intercambio de tierra a cambio de paz. Ahora, ha pasado a un acuerdo de "tierra por tierra", como apunta Andreas Umland, analista del Instituto Sueco de Asuntos Internacionales, en un análisis publicado en Foreign Policy.


Este cambio de paradigma puede poner a Vladímir Putin en un aprieto, porque la pérdida de control de una parte de su territorio supone una humillación para el líder que anunció una "operación especial" en Ucrania en 2022 prometiendo que duraría unos pocos días. A pesar de que el Kremlin considera que los territorios anexionados en Ucrania pertenecen a Rusia, en unas supuestas negociaciones tendrían prioridad aquellos lugares que forman parte de las fronteras legítimas. "Sin embargo, nada de esto cambia el problema más fundamental de un resultado negociado: el hecho de que Rusia ha ignorado prácticamente todos los acuerdos que ha firmado con Ucrania. Pero para los ucranianos y sus partidarios occidentales que esperan el fin de la guerra, pronto pueden estar sobre la mesa algunas posibilidades interesantes", sostiene Umland. Ucrania tener un as bajo la manga si se sienta con Rusia a negociar, aunque está llevando los detalles de la operación bajo un alto secretismo. Volodímir Zelenski mencionó este fin de semana tímidamente la incursión de Kursk y dijo que había sido informado sobre las acciones de su Ejército "por empujar la guerra hacia el territorio del agresor". "Estoy agradecido a cada una de las unidades de defensa que trabajan allí. Ucrania está demostrando que puede hacer justicia y ejercer presión en el agresor", añadió.


A pesar de las incógnitas, el interés por esta ofensiva podría ser una manera de allanar el terreno hacia unas negociaciones que podrían ser también una respuesta por parte del Gobierno de Zelenski después de más de dos años de guerra. La población y los soldados ucranianos muestra cada vez más signos de cansancio y desesperación en un momento en el que, además, Kiev está teniendo muchos problemas para contener los avances rusos. Esta situación ha derivado en que, por primera vez desde febrero de 2022, ha aumentado el número de personas que están a favor de unas conversaciones para llegar a un acuerdo de paz. Una encuesta publicada por el medio local Zerkalo Tizhnya el pasado julio arrojó que el 44% de los ucranianos están listos para las conversaciones de paz. Un año antes, solo el 23% estaba de acuerdo en dar este paso, según una encuesta similar publicada en ese momento, antes de que fracasara la contraofensiva ucraniana. Por otro lado, Ucrania se enfrenta a un futuro poco alentador si Donald Trump gana las elecciones estadounidenses del próximo noviembre. El candidato republicano ha mostrado su intención de acabar con la guerra lo antes posible y su victoria pondría en peligro las ayudas estadounidenses. Ucrania tampoco lo tiene del todo fácil si Kamala Harris gana las elecciones, porque la demócrata puede tener cada vez más problemas para aprobar los futuros paquetes de ayuda si los republicanos mantienen su mayoría en la Cámara de Representantes. Todos estos factores pueden haber ayudado a Zelenski a tomar alguna decisión que pueda acercar unas negociaciones que parecían muy lejanas antes de la incursión fronteriza en Kursk.


'Todo está siendo atacado de la misma manera'

Además de los objetivos estratégicos, esta operación también ha supuesto un subidón para la moral de los ucranianos. Los soldados de Kiev han conseguido acabar con los esfuerzos de Putin por evitar que la guerra llegara a su población. Y, además, la ofensiva sorpresa es un impulso para un Ejército que busca, ahora con dificultad, un éxito militar. Mientras las tropas avanzaban en Kursk, en los otros frentes Ucrania continúa haciendo frente a la presión rusa. En la ciudad de Toretsk, en Donetsk, los soldados de Moscú han intentado seguir avanzando e intentaron atravesar las defensas ucranianas hasta cuatro veces. Dos ataques fueron repelidos y otros dos siguen en curso. Este tipo de ataques chocan con la teoría de que la incursión de Kursk podría obligar a Rusia a redistribuir sus tropas y, con ello, aliviar la presión para Ucrania en frentes como el Donbás. Es posible que todavía sea demasiado temprano para ver unos cambios que los soldados ucranianos esperan angustiados. "No siento que haya disminuido la intensidad. Todo está siendo atacado de la misma manera", concluye Yevhen Strokan, teniente superior y comandante de una unidad de drones en Donetsk, a The New York Times.


Ucrania retoma la iniciativa contra la invasión de Rusia: las nuevas claves de la guerra

Alberto Alonso. esdiario. 13 Agosto 2024

Ayer se cumplieron 900 días de guerra en Ucrania. Sin cifras oficiales de bajas, el balance estimado es de más de 600.000 muertos o heridos entre ambos contendientes en un conflicto que desde hace aproximadamente un año recordaba a la Gran Guerra de principios del siglo XX. Tras el estrepitoso fracaso de las primeras semanas de invasión rusa y la posterior contraofensiva ucraniana, la guerra había entrado en una fase ralentizada con un frente estático de más de 1.000 kilómetros plagado de campos de minas, trincheras zigzagueantes, búnkeres de hormigón y sacos terreros. Si no fuera por la constante presencia de drones merodeando en el cielo, uno podía confundir fácilmente las imágenes que se reportan desde el frente actual con el Verdún de hace 108 años.


Hace un año, Rusia se apresuró a construir un frente defensivo al Este de Ucrania que resguarda el Dombás y acortaba sus líneas logísticas. Conocedores de su superioridad numérica y en consonancia con su tradición militar, desde entonces, los rusos han lanzado incontables incursiones logrando algunos avances y tomando varias pequeñas localidades a un coste humano altísimo (70.000 bajas sólo en los meses de mayo y junio, según el Ministerio de Defensa británico).


Con todo, el cuerpo de ingenieros ruso demostró su competencia dotando de una gran solidez a la Línea Surovikin -llamada así por su promotor, el cesado general Serguéi Surovikin- que deja sin posibilidades de tomar la iniciativa a las fuerzas ucranianas, que solo podían aguantar una guerra de desgaste en la que Rusia y sus gigantes magnitudes en casi todos los órdenes (población, capacidad industrial, combustible… abnegación y tiempo) tenía las de ganar.


La nueva estrategia de Ucrania en la guerra

La población ucraniana daba síntomas de cansancio tras dos años y medio de sacrificios, y Occidente de perder el interés en seguir sufragando un conflicto enquistado… Ante la imposibilidad de reconquistar los territorios del Este y con la previsible llegada de Trump a la Casa Blanca, los tambores de conversaciones de paz han resonado con más intensidad en los últimos meses.


Pero Ucrania no tiene nada en su haber con lo que negociar, lo que precipitaría un acuerdo más parecido a una rendición: renuncia a los territorios ocupados del Dombás y Crimea, renuncia al ingreso en la OTAN y status de neutralidad a cambio de alto el fuego y un plan de reconstrucción europeo del país restante.


Pero Ucrania ha vuelto a sorprender a los analistas con una estrategia creativa y bien trazada. Hace seis días, las tropas regulares ucranianas cruzaron la frontera llevando la guerra a suelo ruso por primera vez desde la II Guerra Mundial. Los ucranianos han retomado la iniciativa y expuesto mundialmente las vergüenzas del Kremlin, que aún no ha podido contener la situación y ha perdido el control de 250 kilómetros cuadrados teniendo que evacuar decenas de miles de ciudadanos rusos de sus casas.


La operación en Kursk ha elevado la moral

Más importante que esto, la operación en Kursk eleva la moral ucraniana y fuerza al Estado Mayor ruso a liberar presión en la línea de frente para cubrir su retaguardia además de tener que desviar los itinerarios de varios de sus hubs de suministro.


Ucrania está decidida a desbloquear el conflicto y se ha revuelto con un éxito inesperado que podría cambiar por completo el guion prestablecido a corto plazo. Independientemente de cuántos días logren aguantar las tropas ucranianas en territorio ruso, el mensaje a sus aliados es que a Ucrania aún le quedan recursos e iniciativa.


Si desde Ucrania se cree que la guerra no está vista para sentencia y que aún es pronto para darles por perdedores, desde Occidente hemos podido comprobar que Putin se está quedando sin líneas rojas que marcar. El ataque relativamente profundo en su territorio no ha desatado represalias -ni siquiera amenazas- nucleares. Al contrario, el régimen se esfuerza por restar importancia a los acontecimientos tildándolos de “provocación”, omitiendo cualquier referencia a la defensa de la Rodina -la madre patria-, y ofreciendo 10.000 rublos a los desplazados. Se rompe así un tabú en la gestión de la escalada del conflicto por parte de los gobiernos occidentales que podría hacerles ser menos timoratos en su apoyo a Ucrania.


Si bien, el conflicto está destinado a concluir sentando en una mesa a Putin y Zelenski, Ucrania tiene hoy mayor poder de negociación que hace una semana.


Como ven, en los últimos 6 días, han acontecido hechos más relevantes que en los 600 anteriores.


Lo más importante que ha pasado

José Javier Esparza. gaceta. 13 Agosto 2024


Lo más importante que ha pasado en Europa en el último mes es que el premier del Reino Unido de la Gran Bretaña, el aséptico y al parecer eficiente Starmer, ha señalado con el dedo a su propio pueblo para que otras gentes venidas de fuera lo apaleen. Esas otras gentes venidas de fuera son el nuevo pueblo británico. Si no te gusta tu pueblo, invéntate otro.


Por si usted ha tenido una visión incompleta del asunto (cosa enteramente natural, dada la distorsión mediática del suceso), le resumo lo fundamental. Desde hace muchos años, el problema de la inmigración islámica en Gran Bretaña es un auténtico tabú social; tanto que cuando saltó el espantoso caso de las menores violadas de Rotherham, la policía, los medios y los políticos prefirieron encubrirlo por temor a irritar a la población musulmana. Desde entonces el problema no ha hecho otra cosa que crecer, sobre todo después de la insensata crisis migratoria estimulada por Bruselas (y Londres, y París, y Berlin…) en 2015. Las olas de los últimos años han traído tal cantidad de trastornos de todo género que la ira social ha acabado estallando, y así hemos visto masas de ciudadanos incendiando establecimientos destinados a acoger a inmigrantes ilegales. Cómo será de grave el caso, que los últimos gobiernos británicos han optado por suscribir un acuerdo con Ruanda para, previo pago, empaquetar hacia el país africano a los solicitantes de asilo rechazados, que son ya casi todos (por cierto que Starmer, aséptico, quizá no tan eficiente, dice que va a cancelar el cambalache).


En ese contexto explosivo (y es esencial dibujar el contexto para entender lo que ha pasado), un chaval de raza negra se lio a puñaladas en Southport y mató a tres niñas, además de herir a otras personas. De inmediato se extendió en redes sociales la noticia (objetivamente falsa) de que el agresor había sido un «refugiado» musulmán. Acto seguido, diferentes agentes de la órbita identitaria convocaron a la población para movilizarse contra los inmigrantes musulmanes y, en efecto, hubo movilizaciones, aunque, hasta donde sabemos, incruentas. Ahora bien, fue entonces cuando el aséptico y al parecer eficiente Starmer incurrió en una irresponsabilidad mayúscula: denunciar a los que protestaban, acusarles de encender el odio y defender a los ofendidos (o sea, a los musulmanes), con lo cual éstos, hiperlegitimados, no tardaron ni un minuto en tomar las calles y manifestarse en hordas armadas asaltando comercios, destrozando el mobiliario público y apaleando a cuanto blanco se encontraban por el camino.


La policía británica, fiel a su fama, reprimió con dureza las manifestaciones de los identitarios, pero no así las de los musulmanes. Si usted ha seguido el asunto sólo por las cadenas de TV de la oligarquía, tal vez haya visto sólo el primero de estos fenómenos, es decir, las manifestaciones identitarias, y no el segundo, las protestas violentas de los musulmanes. Esto es porque estas últimas sólo han podido verse en cadenas de TV disidentes (El Toro, por ejemplo) y, sobre todo, en redes sociales, y en particular en Telegram y en X (antes Twitter). En las redes sí se podía ver todo, y por eso el patrón de X, Elon Musk, pudo decir que el Reino Unido estaba al borde de la guerra civil. Ahora bien, eso era justamente lo que menos quería escuchar el gobierno de Starmer y la mayoría mediática (valga la redundancia), que desde el principio se habían esforzado por mostrar los sucesos como un mero fenómeno de extremismo blanco vinculado a las fake news de la ultraderecha asociada con la permisividad intolerable de Musk.


En el momento de escribir estas líneas, la cosa está como sigue. El ya no tan aséptico, pero palmariamente eficiente Starmer ha anunciado medidas drásticas de control de cualquier expresión que pueda «incitar al odio» (es decir, al odio contra los inmigrantes, no al otro). En consonancia, los tribunales británicos, con sorprendente celeridad, condenaban a un tipo a tres años y dos meses de cárcel por incitar al odio (anti musulmán) en redes sociales, y a un niño de doce años (doce) por participar en las movilizaciones. El periódico The Guardian pide que Musk sea juzgado por los altercados de las islas y la alcaldesa de Derry, una señora de manifiesto origen africano que se llama Lilian Seenoi Barr, propone que cualquier crítica a la inmigración sea considerada como integración en grupo terrorista organizado. Nuestros medios oligárquicos, por su parte, han dedicado páginas y páginas a explicarnos cómo las redes sociales pueden ser malísimas si caen en las manos equivocadas, o sea, en otras que no sean las suyas, pero apenas ninguno se ha tomado la molestia de explicar cuál es el origen del polvorín británico con la inmigración y por qué bastó una chispa para que estallara.


Como por una macabra broma del destino, en el momento de cerrar estas líneas un ciudadano de identidad no revelada (ergo…) apuñalaba en el centro de Londres a dos mujeres. Seguramente The Guardian seguirá echándole la culpa a Musk, por haber exacerbado los ánimos, y tal vez (sólo tal vez) el ejemplo del pobre diablo condenado a tres años y pico de cárcel provoque que otros se inhiban a la hora de decir cualquier cosa. La consigna general es esta: prohibido decir que el modelo multicultural es una fuente infinita de conflictos. Pero aquí sí podemos decirlo. Esto es Gaceta. Y Gaceta es… un tercio español.


******************* Sección "bilingüe" ***********************


El camino de perdición de Cataluña que Illa piensa continuar

EDITORIAL. libertad digital. 13 Agosto 2024

El Gobierno de Illa ha echado a andar en Cataluña, y lo ha hecho con no pocos deméritos. En primer lugar, arranca con dieciséis consejerías. Emulando a Sánchez, Illa ha configurado el gobierno autonómico con mayor número de consejeros. Tiene el doble que Murcia (con ocho) y casi el doble que Madrid (con nueve). Además lo hace bajo un pacto que rompe casi todos los compromisos que adquirió el propio PSOE en su último Congreso. Es decir, que si ya podíamos sospechar que el PSC dejaba el constitucionalismo para militar en el separatismo, ahora es abiertamente golpista.


Y toda su agenda rupturista, que es la continuación de lo que han hecho en Cataluña Junts y ERC durante las últimas dos décadas, tiene una base financiera fundamental, perpetrar el golpe definitivo a España. El pacto de Sánchez y ERC para la investidura de Illa, el traspaso de la recaudación, gestión y liquidación de todos los impuestos en Cataluña, la llave de la caja, rompe el principio de igualdad y solidaridad entre los distintos territorios españoles, dinamita la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA), y condena a la infrafinanciación a las comunidades autónomas con menos recursos.


Pero, ¿para qué quiere el dinero el señor Illa? Hasta la fecha la Generalidad ha ido marcando récords de gasto público año a año. Su gasto público ha subido a un ritmo mucho mayor, y esto es decir mucho, de lo que lo ha hecho en proporción el Gobierno central. En el periodo que va desde 2019 a 2023, el gasto público catalán ha crecido un 13%, un 2% superior que el ritmo de incremento del gasto público del Gobierno central de Pedro Sánchez. Si nos vamos hasta 2003 para explorar las dos últimas décadas de proyecto separatista, el incremento del gasto público ha sido del 49%, 17 puntos porcentuales más que la media española de los últimos 20 años (un 32%). Ahora el gasto no financiero supera los 43.600 millones de euros en Cataluña, (53.000 si incluimos las amortizaciones pendientes de deuda).


¿Y cuáles son los logros de la Comunidad Autónoma que justifiquen semejante incremento de gasto público? Ha convertido a sus ciudadanos y empresas en los más castigados fiscalmente de España, ha perdido su posición como locomotora de España en favor de Madrid. La renta per cápita en Cataluña no ha hecho más que bajar desde 2008 hasta caer por debajo de la media de la UE en 2012.


Desde el golpe del 1 de octubre de 2017, han abandonado la comunidad autónoma catalana más de 9000 empresas y el sector turístico en Cataluña sigue sin recuperar todavía los datos de visitantes y gasto por visitante previos a la pandemia.


Por si esto fuera poco, en los planes de Illa no figuran reducir los impuestos ni las trabas burocráticas, mucho menos reducir el gasto público. Lo que sí tiene previsto es paralizar infraestructuras como el Aeropuerto de Barcelona, o desnuclearizar Cataluña para convertirla en una "isla energética" con cooperativas de instalaciones renovables.


Además, según un estudio de la universidad de Gotemburgo con el apoyo de la Unión Europea, Cataluña es la región más corrupta de España, y otro estudio, el índice de calidad de Gobierno de las regiones Europeas, coloca a Cataluña a la cola en cuanto a la percepción de la calidad de los servicios públicos por parte de sus ciudadanos.


No serán pocos los que en Cataluña empiecen a estar hartos de ser los que más impuestos pagan de Europa, para encima obtener los peores servicios públicos. Otro gallo cantaría si la intención de Illa fuera la de reducir trabas burocráticas, eliminar todos los impuestos propios, bajar los tramos autonómicos de IRPF y Sociedades, reducir el gasto y dedicar los recursos propios a hacer más eficiente la administración y ponerla al servicio de los ciudadanos, tal y como ha hecho la comunidad de Madrid. Una región que se ha convertido en la antítesis de Cataluña. Si de Cataluña huyen las empresas, a Madrid llegan. Si en Cataluña cae la renta per cápita, en Madrid sube por encima de la media de la UE. Si la seguridad y el turismo son un simple anhelo en Cataluña, en Madrid son una relidad cotidiana.


Más le valdría a Illa imitar a Isabel Díaz Ayuso que tratar de seguir la estela dejada por Puigdemont, Torra y Aragonés, siempre, con el permiso de Pedro Sánchez.


12 años después del desafío de Mas, comienza el procés de Illa

Pedro Gil Ruiz. libertad digital. 13 Agosto 2024

Sin novedad. Ningún presidente de la Generalitat ha tomado posesión con la bandera de España presente en el Salón Sant Jordi. Al igual que el pabellón, el idioma que nos une está proscrito. Ni un "buenos días" a los asistentes. Descorteses. Hoy envanecidos, ayer acoquinados y siempre supurando rencor. El salón había sido despojado de las pinturas "españolistas y anacrónicas". Entre ellas, la representación de la llegada de Colón a Barcelona ante los Reyes Católicos. Gastaron dos millones de euros para borrar nuestra historia común. Es la nueva convivencia.


Pero sí ha sido una novedad en las tomas de posesión de presidentes socialistas: la escena consentida por Salvador Illa. El decorado de sus lealtades. El añadido visual a sus palabras. Les explico por qué.


Desde la última toma de posesión de Jordi Pujol (1999) a la de Artur Mas (2012), pasando por Maragall y Montilla, el protocolo del acto tenía el mismo formato: una mesa con cuatro personajes. Colocados de izquierda a derecha, un ministro del Gobierno de España, el presidente saliente, el entrante y el presidente del Parlamento catalán. Detrás de ellos, un gran retrato de Juan Carlos I con uniforme de marino. Puigdemont lo cambió. Con un telón negro ocultó al rey y el consejero catalán Jordi Baiget ocupó el puesto del ministro español. En el centro, Mas y Puigdemont; al otro extremo de la mesa, la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell (esa "entrañable"abuela que no quería ir a prisión).


El socialista Illa ha mantenido el formato de Puigdemont con diseño de Ikea. Detrás de él una pared blanca y vacía. Flanqueado en la mesa por el presidente saliente (Aragonés) y el del Parlamento (Rull). Ni rastro del Estado. Él solo debe lealtad al pueblo de Cataluña.


Socialistas, independentistas y comunistas (estos antes vanguardia, hoy rebaño alimentado por sociatas) arrimaron el ascua a su sardina y reprodujeron un Tripartito inconcluso. El cervantista y paremiólogo Francisco Rodríguez Marín (autor de Más de 21.000 refranes castellanos no contenidos en la copiosa colección del maestro Gonzalo Correas..., Madrid, 1926) explica el origen del refrán: "antaño solían dar a los trabajadores de los cortijos sardinas, que ellos asaban en la candela de los caseríos; pero como cada uno cogía ascuas para arrimarlas a su sardina, la lumbre se apagaba, por lo cual tuvieron que prohibir el uso de ese pescado". Avisados estamos.


El 25 de julio de 2012 el Parlamento de Cataluña aprobaba la Resolución 737/IX sobre el pacto fiscal. El PSC del hoy amortizado Iceta apoyó la mayoría de los puntos y se puso un poquito estrecho con la Agencia Tributaría. El numero 362 bis del Boletín Oficial publicó las enmiendas socialistas. "La gestión, la recaudación, la liquidación y la inspección de todos los impuestos soportados en Cataluña corresponden a la Agencia Tributaria de Cataluña, salvo los de naturaleza local" (Enmienda 5 de modificación). "En cuanto a la aportación a la solidaridad y los mecanismos de nivelación, se establecerán los mecanismos adecuados para garantizar que Cataluña no pierda capacidad fiscal una vez hecha su contribución a la solidaridad, respetando escrupulosamente el principio de ordinalidad" (Enmienda 8 de modificación). En virtud del citado principio, "una comunidad autónoma no debe perder puestos en el nivel de renta per cápita como consecuencia de la aplicación de los mecanismos de nivelación entre comunidades". Diccionario panhispánico del español jurídico.


Dos meses después de ese acuerdo, el 20 de septiembre de 2012, Artur Mas pide un encuentro con Mariano Rajoy en Moncloa y le exige un pacto fiscal. Fue una reunión trampa. Tras la negativa del presidente del Gobierno, se convocan elecciones en Cataluña para noviembre de ese año. CiU acude con un programa electoral en el que reclama un Estado propio y una consulta soberanista. Comienza el procés liderado por CiU y el PSC entra en crisis. El 28 de octubre el Consell Nacional aprueba una resolución programática: "El PSC reclama el derecho a decidir de Cataluña en un referéndum". Rubalcaba —secretario general del PSOE— no está de acuerdo, pero lo entiende. Los estadistas son así.


Catorce años después, los socialistas reconocen que existe un conflicto político (entre Cataluña y el Estado) y acuerdan con los independentistas que "esta nueva etapa debe centrarse en su resolución". El resultado del "debate sobre el reconocimiento nacional de Cataluña" debe concluir en un referéndum: "los acuerdos fruto del diálogo y la negociación sean refrendados por la ciudadanía".


Y catorce años después, el presidente Sánchez firma con los independentistas un pacto fiscal que va más allá de lo aprobado por el Parlamento catalán en 2012. El acuerdo con ERC incluye, entre otros disparates, un inciso declarado inconstitucional: "La Generalitat debe contribuir a la solidaridad con las demás comunidades autónomas a fin de que los servicios prestados por los distintos gobiernos autonómicos a sus ciudadanos puedan alcanzar niveles similares, siempre que lleven a cabo un esfuerzo fiscal también similar". Ese "siempre…" que figuraba en el artículo 206.3 del Estatuto de Autonomía de Cataluña fue anulado (Sentencia del TC 31/2010). Y por supuesto, la ordinalidad que pedía el PSC en 2012 (no los independentistas): "Esta solidaridad debe estar limitada por el principio de ordinalidad".


Ahora comienza un nuevo procés, el de Illa. El socialismo, con Pedro Sánchez a la cabeza, ha tomado el relevo del independentismo catalán en el desguace de España. Olvidan que cada ruin tiene su alguacil.


Incluye a consejeros de Junts y cargos de ERC

El socialista Illa habla de «nación catalana» y avanza mayor persecución al español en la toma de posesión de sus consejeros

Carlos Rioba. gaceta. 13 Agosto 2024


El nuevo presidente de la Generalidad, Salvador Illa, ha organizado un Gobierno con consejeros de Junts y cargos de ERC, y se ha referido hasta en dos ocasiones a la «nación catalana» en su discurso durante en la toma de posesión de los 16 consejeros.


El socialista Illa ha mencionado específicamente el nuevo departamento de Política Lingüística, una imposición de ERC para apoyar su investidura. En este sentido, el presidente ha asegurado que esta consejería y la promoción del catalán «no son un ataque contra nadie». «Con el catalán se defiende columna vertebral nación catalana», ha abundado.


El hasta ahora secretario general de Política Lingüística con el Govern de ERC, Francesc Xavier Vila, es el consejero de Política Lingüística de la Generalidad, un departamento que tiene como objetivo blindar el sistema de inmersión que persigue el español.


En su intervención, Illa ha apostado por «una España plurinacional» en «una Europa de horizonte federal»: «Asumiremos nuestra responsabilidad, en todo momento y circunstancia, con la búsqueda del bien común y la defensa de Cataluña como únicos criterios de actuación». También ha agradecido a Pere Aragonés y a su Gobierno el «traspaso modélico».


No son guiños al independentismo, eso es pornografía

Gorka Maneiro. vozpopuli. 13 Agosto 2024

Cataluña ya está gobernada por un nacionalista supremacista de nombre Salvador Illa que aplicará el programa político que históricamente ha defendido y aplicado el nacionalismo


Cabe la posibilidad de que el socialista Illa sea un nacionalista convencido, crea en la superioridad racial de los catalanes, sea favorable a la independencia fiscal del territorio que ya gobierna, abogue por que los que menos tienen financien a los que tienen más por razones étnicas, considere negativo que se pueda estudiar en español en Cataluña y, en fin, sea defensor de que la comunidad autónoma de la que ya es president tenga el derecho a impedirnos al resto votar sobre cuestiones que son de nuestra competencia (como el modelo de Estado o el futuro de España); es, desde luego, lo que parece, aunque también cabe la posibilidad de que, en el fondo, carezca de ideología alguna y de que su único objetivo, como el infame Sánchez, sea alcanzar y mantenerse en el poder aunque caiga España.


Sea como fuera, el desenlace es el mismo: a efectos prácticos, Cataluña ya está gobernada por un nacionalista supremacista de nombre Salvador Illa que aplicará el programa político que históricamente ha defendido y ejecutado el nacionalismo como forma de avanzar paso a paso hacia la independencia: primero, la bolsa; luego, los derechos de ciudadanía. Y todo ello gracias al PSOE, que, tras liberar a delincuentes con condena firme y negarse ahora a detener a Puigdemont tras pactar con el prófugo por conveniencia política, es ya, sin duda alguna, un partido autocrático y el principal enemigo de España.


Se confirma lo que se sabe desde hace décadas y está demostrado por la experiencia sufrida: que el PSC no es otra cosa que el caballo de Troya del nacionalismo y que solo lo votaban como supuesto muro frente al independentismo los más tontos, los más acomplejados o los más sectarios. Y ahora llegamos a su máxima expresión plástica y a su corolario político. El nacionalista Illa ya es president de Cataluña, esa comunidad autónoma carcomida por la corrupción, el egocentrismo y el independentismo sin otro propósito que hablar de sí misma. Y ahora, en la progresiva degeneración de algunos de quienes fueron luz y referencia, ni siquiera Josep Borrell es capaz de abrir la boca, algo que, por otro lado, nos temíamos.


El Ejecutivo de Salvador Illa contará con dieciséis consejerías para dar continuidad y profundizar en el programa nacionalista. Entre ellos estará Ramón Espadaler, quien fuera consejero con Artur Mas y Jordi Pujol, y que ahora asumirá la cartera de Justicia y Calidad Democrática; con semejante currículum, podemos esperarnos lo contrario de lo que titula el cargo. Y también Miquel Sàmper, cuyo mérito es haber sido consejero de Torra, el que definió a los españoles como "bestias taradas", para asumir la cartera de Empresa y Trabajo. Para la consejería de Política Lingüística cuenta con Francesc Xavier Vila, un experto en sociolingüística catalana que ya trabajó en el gobierno de Pere Aragonés y que, por razones obvias, profundizará en las políticas de discriminación lingüística, si es que puede profundizarse más en el fango. Y para Cultura, con Sònia Hernández, hasta ahora directora general del Patrimonio. Por si cupiera alguna duda, Josep Lluís Trapero regresará al frente de los Mossos. La economista Mónica Martínez Bravo será la consellera de Derechos Sociales e Inclusión. Según leo, Martínez Bravo cuenta con investigaciones en el campo de la igualdad de oportunidades, algo muy coherente con la desigualdad que implica el pacto fiscal que consiste en reducir la redistribución, limitar la solidaridad y destruir la igualdad, y con el perjuicio que provoca especialmente a los sectores más vulnerables la inmersión lingüística en catalán. A quien no le guste tiene la opción de hacer las maletas, ahora que por fin gobierna un supuesto constitucionalista rendido en la práctica al independentismo y que en su primera presentación pública se ha negado a mostrar la bandera española, como si ya fueran un Estado independiente. No son guiños al independentismo, es pornografía.


Incluso Estefanía Molina puede entenderlo: si conformas un gobierno con nacionalistas del PSC e independentistas de ERC o Junts, este gobierno será una mezcla de nacionalistas e independentistas, o sea, cualquier cosa menos constitucionalista, y avanzará en la práctica hacia la independencia. Si ya tiene la independencia fiscal con el concierto económico, solo le quedará por alcanzar la política. Porque la judicial ya la tiene vía indultos, amnistía y la colonización corrupta del Tribunal Constitucional. A este paso, al PSC van a condenarlo por apropiación indebida del programa de los independentistas.


Con la investidura de Illa, se da vía la libre al reconocimiento de Cataluña como nación política, al concierto económico que asegura la independencia fiscal y a la modificación del modelo de Estado actual para ir hacia una configuración confederal de España, y todo ello sin modificación constitucional y sin que los restantes ciudadanos españoles hayamos podido decir esta boca es mía; o sea, por sus santos cojones. Son las exigencias de la convivencia: todos nacionalistas y aquí paz y después gloria. Después, cuando toque y con la excusa que convenga, vendrá la plasmación práctica y el ejercicio del derecho a decidir para que una parte siga decidiendo por el todo sin que los pagadores de sus deudas y de la fiesta tengamos ni voz ni voto en el entierro de la España constitucional que ejecuta Sánchez. Y para que todo tenga apariencia de legalidad, aunque sea un ataque constitucional de libro, nos queda Conde-Pumpido en el Tribunal Constitucional para redondear el atropello. Y es que la independencia en el siglo XXI es esta independencia que se nos presenta como pacto entre diferentes tras la pertinente impunidad garantizada a los golpistas: quedarse con la educación y el adoctrinamiento y con la pasta. Para que no nos amenacen con otro procés, ya lo ejecutamos nosotros, han decidido los socialistas. Como ha dibujado Daniel Gascón, no es que nos tomen por tontos, es que lo somos.


La pena es que, cuando pase Sánchez y el PSOE se vaya al carajo, es posible que sea demasiado tarde para reconstruir la España constitucional que han demolido.


La pela es la pela

José María Rotellar. okdiario. 13 Agosto 2024


Sánchez ha concedido a los independentistas, además de los indultos y la amnistía, el pacto para otorgar a Cataluña un sistema fiscal propio que, con la normativa actual -y no parece que tenga fuerza parlamentaria para cambiarla- es ilegal, y que siempre, incluso si emplean algún subterfugio legal como plan B deslizado por ERC, será injusto e insolidario, además de hacer un gravísimo daño a toda España, incluyendo a las dos regiones forales y a Cataluña, por el debilitamiento e incremento de riesgo-país que tendrá toda la economía española, ante el descuadre presupuestario que generará.


Sin embargo, la patronal catalana, Foment del Treball Nacional, ha corrido a celebrar la investidura de Illa para que no hubiese, de nuevo, elecciones, y se ha ofrecido a colaborar para que Cataluña vuelva a ser una potencia industrial y económica, líder en España, según afirma dicha patronal. Eso sí, se lamenta de que el pacto con los Comunes añada más dosis de intervencionismo a la economía y que esto pueda paralizarla.


¿De qué se extraña la patronal catalana? ¿Del intervencionismo de la izquierda? ¿Es que acaso los socialistas no intervienen a diario la economía nacional, ora sea poniendo trabas para que una empresa no se deslocalice, ora sea arremetiendo contra otras con impuestos específicos para las mismas? ¿Cuántas veces tienen que caer en el mismo error para darse cuenta de que se equivocan?


El problema, al final, es que lo resumen al dinero, que no es el problema de Cataluña, porque lo es la mala gestión de los recursos, no la escasez de los mismos, pero ellos lo limitan todo a este aspecto. Ese problema que crean fijándose sólo en el dinero de corto plazo es lo que ha hecho que Cataluña se haya quedado rezagada en los últimos cuarenta años. Realmente, Cataluña sólo ha despuntado bajo el abrigo protector del Estado: primero con el proteccionismo impulsado por Cambó como ministro; después, con el mimo económico que les dio el franquismo para ganarlos para su causa; esquilmando al resto de España con sus constantes reclamaciones en época de Pujol y sucesores de todos los partidos gobernantes allí; y, ahora, viendo con buenos ojos o, al menos, no manifestándose en contra del sistema fiscal propio que han pactado ERC y el Gobierno, con el PSC de intermediario.


Gran parte -no todo- del empresariado catalán se ha plegado siempre al poder del momento tratando de conseguir beneficios para su industria y tejido empresarial, a costa del resto de España. Cuando tensaban la cuerda los nacionalistas -no olvidemos que el presidente de la patronal catalana fue portavoz adjunto de CiU en el Congreso, siendo él entonces militante de UDC-, lo tomaban como una estrategia para negociar mejor y obtener mejores réditos.


Eso mismo siguieron pensando cuando ese nacionalismo pujolista fue transformándose en independentismo: para ellos, sólo era una estrategia más de la negociación. Y ahora, con el cupo catalán, vuelven a lo mismo: muchos de ellos piensan que, al fin y al cabo, Cataluña contará con más recursos con los que poder reactivarse económicamente.


En esto hay que decir que no sólo es una gran parte del empresariado catalán el que ha actuado así, sino también una buena parte de la sociedad catalana de la parte constitucionalista, que siempre pensó que no era más que una estrategia para tirar sin romper y obtener réditos para los catalanes. Se asustaron -empresarios y ciudadanos- cuando se proclamó la declaración unilateral de independencia y se veían fuera de la Unión Europea y de la zona euro, con un horizonte de empobrecimiento: entonces sí que se unieron a los valientes que desde siempre defendían a Cataluña como parte de España y se manifestaron con ellos, para salvar, de nuevo, sus intereses personales, no por verdadero apego a la causa constitucionalista.


Ahora, con el cupo catalán, vuelven a las andadas, porque ven como una oportunidad, a costa del empobrecimiento de muchas otras regiones españolas, ese sistema fiscal propio para Cataluña, haciendo bueno el lema de la pela es la pela. Sin embargo, se equivocan, porque ese sistema ilegal, injusto e insolidario generaría un cataclismo presupuestario en toda España del que no podría librarse ninguna región: con bajada de la calidad crediticia de todas ellas, aumentando la inseguridad jurídica y no teniendo quiénes les compren sus productos, por empobrecimiento de sus principales compradores -el resto de españoles-. Mientras Cataluña, con el ejemplo de su mala gestión de los últimos veinte años, seguiría gastando a manos llenas todo céntimo que recaudase y más, no mejorando su endeudamiento, pese a exprimir al resto de españoles al llevarse una parte importante del dinero para la sanidad y la educación de otras regiones.


Su problema es de mala gestión, de proteccionismo, de encerrarse en sí misma, confiando todo, una vez más, al proteccionismo intervencionista -para Cataluña, sistema fiscal propio, pero para Madrid y el resto de regiones, la homogeneización para que no le hagan sombra- para despuntar, porque han destrozado de tal manera la economía productiva que no pueden liderar la economía nacional si no es con ayuda pública.


El fijarse sólo en la pela es la pela les lleva al empobrecimiento a medio y largo plazo o, mejor dicho, a profundizar en él, pues hay que recordar su mediocre desempeño desde el inicio del Estado de las Autonomías, pues la región catalana ha pasado de ser una de las tres primeras en PIB per cápita a ser la quinta, seguida de cerca por Aragón; y de ser la primera en volumen de PIB a ser la segunda. Si siguen así, continuarán retrocediendo, fruto de no apostar por un verdadero capitalismo de libre mercado, sino por el mercantilismo e intervencionismo empobrecedores.



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