Recortes de Prensa Sábado 22 Febrero 2025


EEUU propone a la ONU una resolución sobre Ucrania sin mencionar la integridad territorial
Henar Andrés. Madrid. el mundo. 22 Febrero 2025

Cuando están a punto de cumplirse tres años del comienzo de la guerra en Ucrania, Estados Unidos ha propuesto un proyecto de resolución para la Asamblea General de la ONU del lunes que pide "el fin rápido" del conflicto sin mencionar el respeto a la integridad territorial.


El texto, al que ha tenido acceso AFP, "insta al fin rápido del conflicto y llama a una paz duradera entre Ucrania y Rusia", una fórmula alejada de las resoluciones previas, claramente favorables a Kiev.


El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, no ha ofrecido detalles de la propuesta pero aseguró que es "una resolución simple, histórica que urgimos a todos los Estados miembros a respaldar para trazar un camino hacia la paz".


10:15

Rusia afirma haber capturado otro pueblo en Lugansk

Las fuerzas rusas han capturado el pueblo de Novolyubivka, en la región oriental ucraniana de Lugansk, informó el sábado la agencia estatal de noticias RIA, citando al Ministerio de Defensa ruso.


El Ministerio de Defensa dijo que las fuerzas rusas habían atacado aeródromos militares ucranianos, lugares de almacenamiento de drones e instalaciones de almacenamiento de municiones y combustible, informaron las agencias estatales rusas.


9:30

Ucrania derriba 82 drones kamikaze rusos en 13 regiones

Las defensas aéreas ucranianas han derribado desde la pasada noche 82 drones kamikaze Shahed y de otros modelos lanzados por las fuerzas rusas sobre territorio ucraniano, según informó la Fuerza Aérea de Kiev en su parte de este sábado.


Las interceptaciones se produjeron sobre 13 regiones distintas del noreste, el norte, el centro, el sur y el sureste de Ucrania. Los drones rusos provocaron daños materiales en las regiones de Kiev, Járkov, Kirovograd y Dnipropetrovsk.


Las autoridades regionales de Kiev informaron de la muerte de un trabajador de la compañía pública ucraniana de trenes debido a la caída de un dron ruso.


9:15

Rusia y EEUU celebrarán una segunda ronda de consultas en un plazo de dos semanas

Rusia y EEUU celebrarán una segunda ronda de consultas diplomáticas en un plazo de dos semanas, anunció Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores ruso.


Dicha reunión, como la primera presumiblemente centrada sobre todo en la guerra de Ucrania y que se celebrará en un tercer país, tendrá lugar a nivel de directores de departamento, explicó a la agencia RIA Nóvosti.


Riabkov destacó que existe el acuerdo de abordar en profundidad por medio de "consultas integrales" todos los asuntos "molestos" que dificultan la normalización de las relaciones bilaterales.


9:00

EEUU propone en la ONU una resolución sobre Ucrania sin mencionar integridad territorial

Estados Unidos propuso el viernes un proyecto de resolución en la Asamblea General de la ONU que pide "el fin rápido" del conflicto de Ucrania sin mencionar el respeto a la integridad territorial del país, según informaron fuentes diplomáticas a la AFP antes del voto previsto el lunes.


El proyecto de resolución "insta al fin rápido del conflicto y llama a una paz duradera entre Ucrania y Rusia", una formulación lacónica muy alejada de anteriores textos de la Asamblea claramente favorables a Ucrania.


El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, no dio detalles de la propuesta pero aseguró que es "una resolución simple, histórica que urgimos a todos los Estados miembros a respaldar para trazar un camino hacia la paz".


La posverdad del presidente Trump
Agustín Rosety Fernández de Castro. el debate. 22 Febrero 2025

General de Brigada, CIM (R)

El pasado martes día 18 nos despertamos con una declaración inquietante de Donald Trump, si es que algo puede extrañarnos ya a estas alturas: «Nunca deberían haberla iniciado. Deberían haber hecho un trato». Se refiere a la guerra de Ucrania y al país agredido por la «operación militar especial» de Vladimir Putin. ¿Insinúa el nuevo inquilino de la Casa Blanca que el Gobierno de Ucrania debería haberse rendido entonces? ¿Está exigiendo que lo haga ahora? Pero lo que me desconcierta es que acuda a un instrumento tan propio del universo woke como es la posverdad. De ahí mi desconcierto y el particular amargor del café del desayuno esa mañana.


Es sorprendente que, en un evidente empeño de marginar al Presidente ucraniano de una posible negociación con Rusia, le recomiende convocar elecciones por estimar su popularidad en un 4%. Otra posverdad. ¿Quién acredita esa apreciación? ¿Qué valor tiene, cuando las mayorías democráticas se establecen en urnas? ¿Cómo exigir elecciones a un país en guerra? El Presidente estadounidense no muestra empacho alguno, sin embargo, en negociar con el amo del Kremlin, cuya legitimidad y talante democrático muestra la propensión de sus rivales a fallecer para no perturbar la estabilidad de la «tercera Roma».


Con todo, tal vez lo peor de este alarde de «realismo» sea alzar sobre el pavés de vencedor al tirano ruso, instando al presidente ucraniano a aceptar su derrota porque, de no hacerlo «va a quedarse sin país». Seguro que a Donald Trump no le perturba esta antología del disparate, pero no comparto en absoluto su posición. Ucrania está semidestruida, es cierto. Ha perdido una sensible parte de su juventud, cuando su demografía no era ya muy boyante, muchas de sus ciudades están arrasadas y su PIB se ha reducido a la mitad. Pero, a despecho de la supuesta impopularidad de su Presidente, el país ha resistido con denuedo la agresión rusa, signo evidente de una legítima aspiración de su pueblo a la libertad reconocida por el derecho internacional.


¿Ha logrado Rusia imponer su razón?

La guerra es una ordalía bárbara que los europeos creíamos erradicada de nuestro continente, pero por desgracia, ha vuelto. Según sus reglas, la paz que de ella nace es hija de la victoria, y ésta se alcanza imponiendo por la fuerza la razón del vencedor. Pues bien, siquiera en este orden de ideas ¿ha logrado Rusia imponer su razón? Para formular una apreciación objetiva basta, con examinar los propios objetivos del agresor, que constan en los borradores de Tratado que, en octubre de 2021, Putin arrojó brutalmente sobre la mesa de la Alianza Atlántica y de los Estados Unidos. Brutalmente, porque de no aceptarse el órdago, se insinuaba el uso de la fuerza mediante el despliegue adelantado hacia Ucrania del Ejército ruso.


Los Artículos 4 al 6 del borrador «ofrecido» a la OTAN venían a exigir, de una parte, la retirada de las fuerzas del territorio de las naciones que se habían adherido al Tratado de Washington con posterioridad a 1997, es decir, de todas las que habían estado comprendidas en el Pacto de Varsovia, con excepción de Polonia, Hungría y Chequia; y de otra, la renuncia a cualquier ampliación ulterior de la Alianza («to refrain from any further enlargement of NATO, including the accession of Ukraine»). Ahí lo tienen, Ucrania. Ante la imposible aceptación por Occidente de tales términos, cabe presumir que la proposición rusa no era más que un burdo intento de justificar la agresión.


La «operación militar especial» contra Ucrania tenía por finalidad superior deponer al Gobierno ucraniano e imponer el diktat del Kremlin a una Administración Biden a la que se había visto retirarse de Afganistán en circunstancias ignominiosas y a una Europa complacida de su soft power, pero geopolíticamente irrelevante.


Según la estimación rusa, ambas se plegarían con toda probabilidad a los hechos consumados. Pero ni Ucrania ni su Ejercito eran ya los de 2014, ni Jarkov era terreno abonado para la estrategia híbrida de Gerasimov, como lo habían sido Crimea y el Donbás. El Ejército de la Federación Rusa se vio forzado a retroceder, las operaciones se estancaron conduciendo a una guerra de desgaste y, tres años más tarde, Rusia sigue sin alcanzar sus objetivos estratégicos. ¿Por qué habría que facilitárselo ahora a costa del país agredido?


La guerra «limitada» de Ucrania –que también se ha querido ver, con razón, como delegada o proxy– ciertamente, está envuelta en una crisis generalizada que se ha ido ampliando o complicando, mientras las operaciones se estancaban. La cuestión es que una crisis generalizada no resuelta a tiempo puede dar lugar a una «impensable» guerra generalizada con intercambio nuclear, Putin dixit; pero es que Trump acaba de coincidir con él. Mala cosa, porque debilita su posición negociadora, cuando el mismo Presidente norteamericano ha dicho «deberían haber hecho un trato». ¿Quiénes deberían haber hecho ese trato al que Trump se ha referido de modo ciertamente confuso?


Descartada, por absurda, la idea de que Donald Trump no sabe lo que hace y la no menos disparatada de que, con todo su brillante equipo es víctima de la desinformación rusa, sólo me queda pensar en que, apartando de la negociación a Europa y a la misma Ucrania, persigue una finalidad concreta, como es simplificar el tablero.


Si hablamos de la guerra, los actores serían los contendientes, representados por sus líderes, Putin y Zelensky. Pero si nos referimos a la crisis, que es el fondo de la cuestión a resolver, los actores serían Trump, líder de la superpotencia en la que descansa la seguridad de Occidente, y Putin, líder de una gran potencia que dispone de miles de cabezas nucleares, el mayor arsenal del mundo, por cierto. Los demás no cuentan.


No pretendo penetrar con tan escaso bagaje en una mente semejante, aparentemente rectilínea y con seguridad calculadora, pero cabe explicar la aproximación de Trump a Putin por la necesidad de practicar el pivot al Pacífico y hacerlo cuanto antes, porque por experiencia sabe que cuatro años pasan pronto, y debe hacerlo sin dejar cabos por atar.


Lo hemos visto presionar a Arabia Saudita para que se concierte con Israel en los Acuerdos de Abraham, aislando a Irán y desactivando la amenaza que representaba. Acaso pretenda ahora que, en la pista europea de este circo multipolar, Rusia salve al menos la cara y no corra a refugiarse en su «amistad eterna» con China, rival de Occidente en el Indopacífico. Pero, por más que lo demande su «patriotismo» no puede crear una posverdad a costa de los inocentes sin caer en el cinismo.


En un ejercicio de realismo, lo que cabría afirmar es que, en Europa, la cuestión es tan compleja como en Oriente Medio, pero también tan distinta como lo son las tallas de Rusia e Irán, o las viejas naciones de Europa del dinámico Israel y las monarquías del Golfo.


Desactivar el polvorín europeo, visible en el órdago de Putin tres años atrás, no es posible sin la garantía de Estados Unidos a Ucrania, aunque el país, libre de aspirar a ello en todo caso, no cuente con la unanimidad necesaria para unirse a la OTAN. Porque a este lado del Atlántico, aunque no nos guste oírlo, no hay ningún «gendarme» con la talla estratégica suficiente para equilibrar a Rusia. O no lo hay todavía. La Alianza Atlántica debe ser preservada a toda costa, e incluso revitalizada. Especular con su disolución es una grave imprudencia.


Ahora bien, más allá de la indignación que el impecable discurso de Vance en la Conferencia de Munich o la asertiva exposición de Hegseth ante el grupo Ramstein han suscitado entre los líderes europeos, más allá de la desagradable impresión causada por «la posverdad de Trump» en la opinión pública europea, las naciones de Europa deben ponerse a la tarea de superar e integrar nuestros disfuncionales sistemas de defensa para constituir un sólido pilar en la Alianza Atlántica y recuperar así el protagonismo en su propia casa. Otro día, si les parece hablamos de un desafío procedente del Este como en los ya lejanos tiempos de la Guerra Fría. Sólo que la guerra con la que lidiamos hoy es más bien caliente, y que ninguna potencia extracontinental amable parece ya dispuesta a desplegar euromisiles como entonces.


Cosas del realismo, diríamos. «America First» ¿recuerdan? Un nuevo orden mundial multipolar, anunciado en Munich el fin de semana pasado, está surgiendo. El idealismo que ha inspirado el viejo orden basado en normas parece en claro retroceso. Pero cuidado, hay un límite moral muy claro que ni aún los Estados Unidos podrán cruzar sin alentar nuevos conflictos.


Este límite es la adhesión a la verdad, legado de la cultura occidental. Si para ganar la voluntad de una potencia revisionista como Rusia Trump se allana convirtiendo a la víctima en provocadora de la agresión para justificarlo, se estará destruyendo la seguridad de Europa y la cohesión de la civilización a la que la propia gran nación americana pertenece.


El interés vital de los Estados Unidos «con sus valores nacionales y el propio honor intactos», en palabras de Collins, no dejaría de sufrir las consecuencias. Esperemos contra toda desesperanza, que todo esto no pase de ser un gambito más del nuevo sheriff de Washington, que unir a sus balandronadas de Groenlandia, Canadá o a la Costa Azul de Gaza.


Nacionalismo eurocrático contra Trump
Fran Carrillo. okdiario. 22 Febrero 2025

Europa no puede estar al son de lo que dicten desde Washington, gritan desde Bruselas los burócratas de escritorio y dietas suculentas. Europa no puede ser el patio trasero de los caprichos de Trump, afirman con soberbia los que trincan de la UE algo más que subvenciones públicas. Europa debe mirar a China y su mercado como alternativa al imperialismo de los Estados Unidos, exigen los lobbistas chinos que trabajan para Pekín, como Zapatero y Borrell, entre otros. Europa no puede rendirse al dictador Putin (hasta ahí correcto) dicen los mismos a los que no les ha importado que el ciudadano europeo sufrague ad nauseam la corrupción del gobierno de Zelenski (que también existe) y de las empresas -la mayoría europeas- que han hecho negocio con la guerra.


Desde la convicción profunda de que ésta es una guerra asimétrica iniciada por quien considera la democracia un invento y a Occidente una molestia, lo que uno lee en los medios tradicionales es la constatación, una vez más, de que los conflictos y decisiones políticas se analizan según quien las toma y no lo que hacen y el porqué. Es perfectamente compatible esgrimir que Trump se está equivocando con sus declaraciones sobre el conflicto con la comprensión de que su papel no reside en contentar a la Europa buenista que entregó el Nobel a Obama, sino que consiste en representar y beneficiar los intereses de la nación que preside, y esto es lo que pedimos a un comandante en jefe por encima de todo.


En España, acostumbrados a tener un presidente que trabaja cada día contra los intereses de los ciudadanos que representa y la nación que dirige, nos parece raro cuando un líder ejerce como tal, imbuidos de ese antiamericanismo tan indómito como lamentable. Ahora, resurge una especie de nacionalismo europeo cuando la Unión que soñaron los padres fundadores, al igual que Estados Unidos, basaba su fuerza en la nítida distinción entre libertad y totalitarismo, entre lo correcto e incorrecto, entre el bien y el mal. Mientras se posiciona a favor de Ucrania (obligación moral) adquiere gas a Rusia para seguir calentando a la población (necesidad económica). No entienden los que ahora posicionan su intelecto en un bando y otro, que es perfectamente compatible cuestionar y condenar las declaraciones de Trump con lo que en Múnich dijo su vicepresidente acerca de la Europa que ha dejado a Ucrania morir y que acalla su conciencia con dádivas económicas permanentes que nadie fiscaliza. Así no se acaba con un conflicto bélico. Quizás es que, a cierta parte de Bruselas, no le interesaba acabarlo.


Cuando Vance cantó las cuarenta a la Europa pusilánime y burócrata, ya avisamos de que las convicciones de la nueva Administración Trump iban a oscilar entre la diplomacia de fuerza y la realpolitik, esto es, ofrecer a la ciudadanía una dosis de realidad que el wokismo globalista había silenciando y ocultado hasta ahora entre leyes, regulaciones e industrias ideológicas de causitas políticas. Si su alegato ha servido para despertar de su siesta woke a la Europa de los padres fundadores, bienvenido sea.


Ucrania es hoy un país devastado, saqueado por quienes dicen querer ayudarla, cuyos recursos dependen constantemente de una intervención exterior que Trump ha entendido que no puede extenderse sine die. Sus erróneas declaraciones sobre Zelenski obedecen al intento de satisfacer a una contraparte que verá satisfechos sus deseos, pero no al extremo que muchos suponen. Trump compensa su desafuero retórico con una visión empresarial que debe equilibrar su posición geo estratégica en el mundo con los intereses comerciales de los Estados Unidos. Porque el mismo Occidente que se estremece por las decisiones de Trump, financia las atrocidades y asesinatos de Hamás a niños israelíes y callará cuando China invada Taiwán sin previo aviso. Los mismos nacionalistas europeos que seguirán dándose golpes de moralina eurócrata sobre lo que Estados Unidos debe hacer o dejar de hacer, cuando hace tiempo que Europa no es más que el dibujo estropeado de lo que un día soñaron quienes la unieron de verdad.


Denuncia «las constantes cesiones del bipartidismo al separatismo»
VOX reclama una ley nacional para la libertad lingüística para defender el español y hacer frente al «arrinconamiento institucional» que sufre en algunas regiones
Carlos Rioba. gaceta. 22 Febrero 2025

El grupo parlamentario VOX ha organizado este viernes las jornadas «Defensa del español. Una ley nacional para la libertad lingüística», un encuentro en el Congreso de los Diputados en el que han participado alumnos y profesores, y en el que se ha denunciado la persecución al español en algunas regiones de España.


Al término del acto, se ha leído un manifiesto que señala que «el español es la máxima expresión de la inmensa riqueza cultural de España, que a lo largo de los siglos ha conformado la mayor gesta civilizatoria y de hermandad de la historia que es la Hispanidad».


«El español es la lengua común y propia de todos los españoles y todos tenemos el derecho y el deber de conocerla. Además, gracias a la enorme riqueza y pluralidad cultural de nuestra nación existen junto a la lengua común diversas lenguas que también son propias en algunas regiones (…). Lo que es una enorme riqueza y patrimonio de todos los españoles ha sido retorcido por el separatismo con el único objetivo de dividirnos y enfrentarnos (…). Se ha llegado al absurdo de estar gastando 6.250 euros al día para traducir lenguas regionales en las comisiones parlamentarias de este Congreso«, recoge el manifiesto, leído por Jorge Campos, diputado de VOX por Baleares.


Así, señala que «las constantes cesiones del bipartidismo al separatismo durante décadas y el desarrollo del fallido modelo autonómico han permitido el arrinconamiento institucional del español en algunas regiones». «No vamos a permitir que se siga persiguiendo y marginando la lengua común de todos los españoles y mucho menos que sean las propias administraciones públicas las que lo promuevan. Es absolutamente necesario poner fin de inmediato a toda normativa nacional, regional, provincial o municipal que atente contra la libertad lingüística y pretenda perseguir al español en cualquier ámbito ya sea educativo, sanitario, económico, profesional, político o social».


En este sentido, señala que «el uso de la lengua regional nunca podrá ser requisito imprescindible para la recepción de ayudas públicas por parte de empresas, profesionales y particulares», y llama a asegurar la libertad lingüística en los medios de comunicación social, escritos y audiovisuales. Y propone como solución «para garantizar la unidad, la convivencia y la libertad» una ley nacional para la libertad lingüística del español.


Lengua propia
Nota del Editor. 22 Febrero 2025

La única lengua propia es la que cada ser vivo tiene en la boca, y que de cuando en cuando, por algún despìste, se la muerde.

HISTORIA

Octubre: primera etapa

El objetivo del PSOE fue instaurar la dictadura. El saldo total de muertos en toda España se acercó a los dos mil, la mayoría en Asturias
Jesús Laínz. gaceta. 22 Febrero 2025

Con la victoria derechista en las elecciones de noviembre de 1933 comenzó a abrirse el abismo por el que se despeñaría España tres años más tarde. La convicción de las izquierdas de que la República era patrimonio suyo y que no podía ser gobernada por las derechas provocó su rechazo al resultado electoral y su determinación de acabar con el régimen mediante la violencia. La excusa utilizada entonces y sorprendentemente repetida un siglo después es que el golpe de las izquierdas fue para evitar el golpe que tenían pensado las derechas. Sin embargo, jamás se ha presentado la menor prueba de que las derechas albergaran dicha intención: ni discursos de sus dirigentes, ni declaraciones, ni escritos, ni artículos de prensa, ni documentos públicos o privados. Nada. Además, los hechos son implacables: fue precisamente el gobierno radical-cedista el que sofocó la revolución en defensa del orden republicano. Pero el mito continúa vivo para satisfacción de unas izquierdas que, una vez más, se presentan como las eternas vírgenes inmaculadas de la historia.


El presidente Alcalá-Zamora diagnosticó con breve contundencia la enfermedad que acabaría matando a la República: la intención de la izquierda de considerarse titular de “bonos privilegiados de fundador” y por lo tanto la única legitimada para gobernarla. Cuando la derecha ganó las elecciones, la izquierda presentó sus cartas boca arriba al presidente, que lo recordaría así en sus memorias:


“Tan pronto como se conocieron los resultados del primer escrutinio, empezaron a proponérseme y a pedírseme golpes de Estado por los partidos de izquierda (…) Nada menos que tres golpes de Estado con distintas formas y un solo propósito se me aconsejaron en veinte días”.


En numerosos escritos, discursos y declaraciones, los dirigentes de los partidos izquierdistas dejaron claros sus proyectos políticos. Por ejemplo, en un discurso pronunciado en el Parlamento el 20 de diciembre de 1933 Indalecio Prieto declaró que “desde aquí decimos al país entero que públicamente contrae el Partido Socialista el compromiso de desencadenar la revolución”. Y dos meses después, el 7 de febrero, confirmó que “nuestro deber es ir a la revolución con todos los sacrificios”.


Por su parte, Largo Caballero, en un discurso el 11 de noviembre de 1933 propuso la unión de los partidos de izquierda para conseguir la implantación en España de un régimen soviético mediante la revolución. Tres días después explicó a sus seguidores que “tenemos que recorrer un periodo de transición hacia el Socialismo integral, y ese periodo es la dictadura del proletariado”.


Y dos semanas más tarde:

“Lo primero que tendríamos que hacer es desarmar al capitalismo. ¿Cuáles son las armas del capitalismo? El ejército, la guardia civil, las guardias de asalto, la policía, los tribunales de justicia. Y en su lugar, ¿qué? Esto: el armamento general del pueblo (…) Si nos sujetamos justamente a la legalidad que nosotros contribuimos a crear, pero que no tenemos por qué respetar siempre, ya que al hablar de la revolución social ésta ha de saltar por encima de la legalidad, yo os digo que nos veremos empujados a salirnos de la legalidad”.


LA HEMEROTECA NO ENGAÑA

Los llamamientos de los periódicos del PSOE El Socialista y Renovación durante meses tampoco fueron equívocos:


“La democracia es una odiosa mentira”(Renovación, 22 julio 1933).


“Las Juventudes Socialistas mantienen su confianza en el triunfo próximo de la insurrección” (Renovación, 25 agosto 1933).


“¡Marchemos hacia la revolución!” (Renovación, 4 noviembre 1933).


“A ningún partido perjudicaría más que al nuestro el hecho, improbabilísimo, de que el actual nudo histórico español se resolviera sin revolución. Nosotros estimamos que la Revolución social es hoy en España imprescindible” (El Socialista, 2 diciembre 1933).


“Dos años y medio de experiencia democráticoburguesa son suficientes para que el proletariado disipe las ilusiones excesivas que en torno a la democracia había concebido. La República instaurada el 14 de abril tendrá, cuando menos, este valor para las masas trabajadoras: haberlas desengañado totalmente de su fe en la eficacia de un régimen democrático para resolver su problema económico” (El Socialista, 26 diciembre 1933).


“¡Es necesario un último esfuerzo de todas las Juventudes Socialistas por la insurrección armada” (Renovación, 10 febrero 1934).


“¡Estamos en pie de guerra! ¡Por la insurrección armada!” (Renovación, 3 marzo 1934).


“El proletariado marcha a la guerra civil con firme ánimo. Quiere y necesita la revolución como única salida posible a su situación angustiosa. La guerra civil está a punto de estallar. Sin que nada pueda ya detenerla” (Renovación, 18 abril 1934).


“Sólo hay una solución: entregar el poder al Partido Socialista” (El Socialista, 24 abril 1934).


“¡Por el mantenimiento inflexible de la posición revolucionaria de clase! ¡Por la dictadura del proletariado, por la insurrección armada, contra las desviaciones democráticas! (Renovación, 7 julio 1934).


“¡Elecciones, no! ¡Revolución! ¡Preparad la insurrección!” (Renovación, 21 julio 1934).


“Nuestra línea es recta, clara e inflexible: el que no está con la revolución está contra la revolución. Y en periodo revolucionario, para los contrarrevolucionarios sólo hay una consigna: guerra a muerte” (Renovación, 14 septiembre 1933).


Renovación publicó el 17 de febrero de 1934 un decálogo del joven socialista cuyos puntos cuarto, octavo y décimo rezaban así:


“4º. Es necesario manifestarse en todas partes, aprovechando todos los momentos, no despreciando ninguna ocasión. Manifestarse militarmente, para que todas nuestras actuaciones lleven por delante una atmósfera de miedo o de respeto.


8º. La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el Socialismo solamente puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente.


10º. Y sobre todo esto: armarse. Como sea, donde sea y por los procedimientos que sean. Armarse. Consigna: Ármate tú, y al concluir arma si puedes al vecino, mientras haces todo lo posible por desarmar a un enemigo”.


Diversos dirigentes socialistas organizaron la compra clandestina de grandes cantidades de fusiles, pistolas, ametralladoras y munición. Por ejemplo, la Casa del Pueblo del PSOE madrileño fue clausurada tras encontrar allí la policía un arsenal. Y el buque Turquesa fue interceptado por la Guardia Civil el 11 de septiembre con un enorme cargamento de armas organizado por Indalecio Prieto, su amigo el empresario vasco Horacio Echevarrieta y varios dirigentes del PSOE asturiano.


El 4 de octubre, un día después de la incorporación de tres ministros de la CEDA al nuevo gobierno Lerroux, el PSOE y la UGT declararon la huelga general revolucionaria. Por toda España se produjeron desórdenes, tiroteos, bombas, incendios y asesinatos, además de la rebelión de la Generalidad, hasta que el gobierno, tras la declaración del estado de guerra, consiguió sofocar la revolución el día 12. La excepción fue Asturias, donde se prolongó dos semanas más debido a la participación de veinte mil revolucionarios, sobre todo mineros. Se asaltaron y destruyeron cuarteles, edificios oficiales, fábricas, hoteles, bancos y hasta clubs y cafeterías; se saquearon comercios; se incendiaron iglesias y conventos; se asesinaron religiosos, policías, empresarios y personas conocidas por su derechismo; en las localidades dominadas por los revolucionarios se abolió el dinero y la propiedad privada, lo que no les impidió apoderarse de los depósitos de la cámara acorazada del Banco de España. Dos de los episodios más destacados, y de consecuencias irreparables, fueron la voladura de la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, joya del prerrománico, y el incendio de la Universidad (en la fotografía), incluida su antigua y excepcional biblioteca. El saldo total de muertos en toda España se acercó a los dos mil, la mayoría de ellos en Asturias.


El dirigente de UGT Belarmino Tomás se dirigió a los suyos el día 18 para admitir la derrota y recomendar la rendición:

“Tenemos que rendirnos porque ya se ha derramado demasiada sangre. ¡Conmigo haced lo que queráis! ¡Matadme, fusiladme, arrastradme por las calles! Yo creo que nos tenemos que rendir. Si Cataluña, Valencia, Madrid, Bilbao y Zaragoza hubieran respondido como hemos respondido nosotros, en estos momentos el socialismo se habría implantado en todo el país. Nosotros hemos vivido en régimen socialista desde el día 6. Nosotros, los asturianos, hemos cumplido”.


Significativamente, Tomás no habló de salvar la democracia, excusa puesta por los socialistas de entonces para desatar la revolución y por los de hoy para seguir reivindicándose como el bando del bien, sino de implantar el socialismo.


LA VISIÓN DE JOSEP PLA

Desde el otro foco revolucionario, la Cataluña de Companys, llegó a Asturias Josep Pla como corresponsal de La Veu de Catalunya. Lo primero que llamó la atención del catalán fue que, en comparación con Castilla, Asturias era una provincia próspera, sin parados y con intensa actividad económica, poco propicia, por lo tanto, para estallidos revolucionarios. Pero el problema consistía en que estaba saturada de una propaganda comunista y socialista que había envenenado a la gente desde las tribunas, los periódicos, los libros y los rótulos de las paredes:


“Se trata de un caso de enervación de la opinión obrera auspiciada desde la tribuna pública y sobre todo desde el diario socialista de Oviedo Avance (…) Los dirigentes del socialismo asturiano hicieron tanta propaganda demagógica, prometieron tantas cosas que no pudieron cumplir, hablaron tanto de Rusia y de la revolución, que prácticamente la gente, después de las elecciones, se desbordó. El fruto de la propaganda lo recogió sobre todo la juventud de las minas, que es la que ha llevado a cabo la revuelta. “No puede figurarse –me decía un ingeniero de las minas de Laviana–, la pedantería, la cultura primaria y esquemática, la locura interna de esta juventud”. En Asturias ha habido, en los últimos meses, un programa político y social único que se resume en esta frase: “¡Como en Rusia! ¡Hay que hacer como en Rusia!”.


Además, Pla observó que los asturianos “comienzan a dudar del sistema imperante como ambiente de convivencia social” debido a que el nuevo régimen había implicado un retroceso en todos los niveles, empezando por un sistema electivo que había llevado a los peores a los cargos de responsabilidad política. “Ésta es la obra del socialismo y el comunismo en comandita con los hombres de la Esquerra Catalana”, resumió el catalanista conservador que, junto a su jefe Cambó, no dudaría en ponerse a las órdenes de Franco menos de dos años después.


También dedicó varios artículos al octubre asturiano Manuel Chaves Nogales, enviado por el periódico madrileño Ahora. El republicano Chaves resumió así el horror que presenció:

“Todo cuanto se diga de la bestialidad de algunos episodios es poco. Dentro de cien años, cuando sean conocidos a fondo, se seguirán recordando con horror. La revolución de los mineros de Asturias, fracasada, no tiene nada que envidiar, en punto a crueldad, a la revolución bolchevique triunfante. No creo que los guardias rojos de Lenin se echasen sobre la burguesía rusa con tan terrible ímpetu (…) Más de sesenta edificios destruidos totalmente –la mayor parte de ellos, en el corazón de la ciudad– y el medio millar de muertos habido en el casco de la población y los alrededores dicen elocuentemente lo que ha sido la revolución”.


Y también diagnosticó Chaves que la causa de tanto estrago había sido “la estúpida propaganda revolucionaria” que había arrastrado a millares de mineros.


Un tercer informador sobre los sucesos asturianos fue el radical socialista José Díaz Fernández, diputado por Oviedo en las Cortes constituyentes. En 1935 publicó el libro Octubre rojo en Asturias, en cuyo prólogo sentenció que la causa del fracaso de la revolución había sido “la falta de ambiente”. En su opinión, el PSOE había errado al elegir el momento:


“La sociedad española no estaba preparada para las consignas integrales de la revolución social y la dictadura del proletariado. No había una atmósfera social propicia; las defensas burguesas no estaban gastadas ni el Estado se descomponía. Fue un enorme error de los socialistas, que pasaron sin transición del colaboracionismo gubernamental a la revolución clasista”.


Ni el menor lamento por los muertos ni, de nuevo, la menor reivindicación de la defensa de la democracia frente a un supuesto golpe fascista. Bien claro dejó Díaz que el objetivo del PSOE había sido el desencadenamiento de la revolución social para instaurar la dictadura del proletariado. Y puso una de las primeras piedras de la propaganda izquierdista que, desde entonces hasta nuestros días, pretende transferir la culpa de la destrucción al azar o incluso al bando contrario. Así, la Cámara Santa no habría sido destruida voluntariamente, sino como consecuencia de una bomba lanzada en el fragor del combate. Por lo que se refiere a la universidad, sus conclusiones dejaron margen hasta para la casualidad:

“Al día siguiente voló la universidad, no se sabe si por la dinamita de los revolucionarios o por las bombas de los aviones. Una versión dice que una bomba aérea cayó en un laboratorio y produjo el incendio. Otra asegura que fue una explosión casual de la dinamita que los revolucionarios habían acumulado allí”.


Y con una pizca de anticristianismo y otra de leyenda negra, Díaz fue capaz de relativizar la barbarie socialista y hasta de añadir un toque cómico. Respecto a la destrucción de la universidad, señaló que “sólo quedó en pie, como un símbolo, la estatua del patio, la de su fundador el arzobispo Valdés, gran inquisidor. Al parecer, el fuego era amigo suyo desde los autos de fe y respetó su efigie”.


La catedral, por su parte, tampoco debería ser objeto de excesiva lástima:

“A buen seguro que estas piedras ilustres de la Cámara Santa no se intimidaron demasiado con el estruendo de la dinamita. La verdad es que algunas, las más viejas, son contemporáneas de don Ramiro, aquel rey cristiano que para mantenerse en el trono mandaba sacar los ojos a sus adversarios y luego los condenaba a muerte en la hoguera, con todos sus hijos y parientes. La guerra civil y la represión tienen, pues, en Asturias, notorios antecedentes”.


La propaganda izquierdista lleva casi un siglo intentando presentar la destrucción de la universidad ovetense como un daño colateral de los combates, sin que hubiera mediado intención por parte de los revolucionarios. Sin embargo los testimonios de los testigos presenciales no dejan lugar a dudas, entre ellos el de la máxima autoridad universitaria, el rector Leopoldo García-Alas –hijo de Clarín, diputado radical socialista y fusilado por los nacionales en 1937–, expresado en la reunión del claustro ordinario de la universidad del 17 de octubre de 1934. El acta de dicha reunión permaneció sorprendentemente ignorada hasta su descubrimiento en 2011 por José María García de Tuñón. Así quedó recogido el testimonio del rector:


“A continuación [el Sr. Rector] hace uso de la palabra para exponer el doloroso motivo de esta reunión, conocido de todos y que a todos ha de impresionar vivamente por el cariño profundo que sentían por nuestra gloriosa Universidad. Añade que por vivir cerca del edificio tuvo el sentimiento de presenciar parte de lo ocurrido y describe cuanto pudo apreciar desde su casa. Procuró mandar recado al comité que actuaba en este barrio, pero no le fue posible. El hecho ocurrió el día mismo en que se retiraban los que se apoderaron de la Universidad. Tengo la seguridad –añade– de que la destrucción no fue consecuencia de un accidente de la lucha, sino que la Universidad fue incendiada con toda intención. En la investigación que se hizo al día siguiente de restablecerse la paz, se encontraron cierres de bidones de gasolina y otros objetos que prueban cómo el incendio fue provocado. También hubo diversas explosiones que contribuyeron a la destrucción y aniquilamiento de los arcos y paredes del claustro (…) Se acuerda enviar a la Superioridad el siguiente telegrama: Rector Universidad a Ministro de Instrucción Pública: Claustro Universidad reunido hoy por primera vez desde luctuosos sucesos acordó por unanimidad condenar con indignación vandálico hecho destrucción edificio, Bibliotecas, Laboratorios Universidad cuyo espíritu seguirá viviendo con mayor rigor no sólo en la conciencia del profesorado sino en la de todo pueblo culto de Asturias”.


El fracaso de octubre de 1934 no fue un punto final. Por el contrario, en el PSOE comenzó un intenso debate sobre cómo proceder en la siguiente ocasión para alzarse con la victoria. A mediados de 1935 la comisión ejecutiva de la Federación de Juventudes Socialistas editó un opúsculo titulado Octubre: segunda etapa, escrito por su presidente y su secretario general, Carlos Hernández Zancajo y Santiago Carrillo, futuro dirigente comunista. A Julián Besteiro le consideraron la “personificación de la traición” por “cantar endechas a la democracia, la legalidad y el parlamentarismo”. La insurrección de octubre había significado un “progreso formidable” hacia la revolución ya que había demostrado “la necesidad de romper definitivamente con el reformismo” y con la “pocilga parlamentaria” para proceder a la “depuración revolucionaria del PSOE” y conseguir su radicalización y bolchevización. Los jóvenes dirigentes socialistas proclamaron que “nadie hallará en el socialismo español los rasgos característicos de la socialdemocracia europea”, que su objetivo “no es sólo la Revolución española, sino la Revolución mundial, la dictadura proletaria en todos los países” y que “nuestro partido ha sido partidario siempre de la violencia revolucionaria y la ha utilizado en diversas ocasiones, la última en octubre”.


Efectivamente, a partir de la victoria violenta y fraudulenta del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 y la subsiguiente amnistía a Prieto, Largo, Companys y todos los demás dirigentes y militantes que habían tomado parte en la revolución, comenzó la segunda etapa anunciada por el PSOE. Pero volvió a salirles mal.


******************* Sección "bilingüe" ***********************


Una corrupción sistémica en la izquierda
Fernando de Rosa. esdiario. 22 Febrero 2025

En estos días se cumple un año de la detención del socialista Koldo, mano derecha en su momento de Santos Cerdán y de Ábalos así como el custodio y chófer en las primarias de Pedro Sánchez. Este caso ha ido escalando peldaños y de ser denominado caso Koldo, paso a ser conocido como Caso Ábalos y en la actualidad ya podemos hablar del Caso PSOE, sin perjuicio de que siga escalando hasta llegar a la X de la ecuación como ha dejado caer el propio Ábalos en su entrevista publicada por el diario 'El Mundo', al afirmar que "soy el cortafuegos del PSOE, pero el caso va a escalar". Sin duda es un aviso a Pedro Sánchez.


Esta corrupción económica, puesta de manifiesto en este último brote, se caracteriza por la investigación sobre bolsas de dinero remitidas a la sede socialista de Ferraz, por sospechas de circulación de lingotes de oros en la visita de la torturadora Delcy, ayudas a empresas con sospechas de intermediación del entorno familiar de Pedro Sánchez, fraudes a Hacienda, ayudas a compra de pisos y chalets a políticos, historias turbias de pisos para relaciones con mujeres prostituidas, coches tiroteados y amenazas en prisión a Aldama y contratos de mascarillas con sospecha de fraude en la compraventa que afecta al corazón del Gobierno y del partido socialista, entre muchos otros indicios que son objeto de investigación.


Toda esta corrupción está siendo protegida y encubierta por el resto de la izquierda política y mediática. Sin duda es vergonzoso comprobar como Sumar, Compromís e incluso Podemos se están convirtiendo en colaboradores necesarios en el intento de ocultar la misma, convirtiéndose estos partidos en el verdadero escudo con la que los implicados evitan asumir, al menos, la responsabilidad política y dar las explicaciones necesarias en el Parlamento, a pesar de que esta corrupción se presenta con los mismos mimbres de siempre, convirtiéndose en una corrupción sistémica y reiterada en el fondo y sobre todo en las formas.


Así pues en la causa de los ERES de Andalucía consta una declaración del llamado 'chofer de los ERES', Juan Francisco Trujillo, en la que afirma que la trama gastó en cocaína, fiestas y copas parte de los 900.000 euros de dinero público que recibió, a un ritmo de 25.000 euros al mes. Esta forma de actuar también está siendo investigada judicialmente en la trama que afecta al diputado socialista Tito Berni, en la que también se han denunciado episodios escabrosos con comidas, droga y mujeres prostituidas.


Ahora en el caso investigado en el Tribunal Supremo y que, por el momento, afecta a Koldo y a Ábalos, también se están dando los mismos mimbres, corrupción económica trufada con corrupción sexual. Es indecente estar leyendo cómo una mujer fue seleccionada a través de páginas de contactos y la trama la empleaba, según consta en la investigación, para acompañar al político socialista y además se le pagaba con dinero, al parecer público, el alquiler del piso en la plaza de España de Madrid, e incluso fue contratada en empresas públicas. De todo ello aún no han dado explicaciones los lideres socialistas tan dados a afirmar que estamos ante el Gobierno "más feminista de la historia".


Aún estamos ante el inicio de las investigaciones pero lo que está claro es que en paralelo al presunto fraude consistente en utilizar dinero público para enriquecerse con pisos, chalets y demás, se está descubriendo una indecente trama que afecta a mujeres prostituidas, sin que a la izquierda esta vejación le parezca suficientemente trascendente para ser denunciada. Aunque tras lo ocurrido en Valencia, con administraciones del PSOE y Compromís con menores agredidas sexualmente y que se intentaron tapar, con el Caso Errejón que afecta a Sumar, el Caso Monedero que afecta a Podemos, o el del "afiliador vaginal" en el PSOE Balear, parece que la lucha contra esta discriminación es un mensaje "fijo discontinuo" en la izquierda. Pero ahora que se acerca el día 8 de marzo puede ser un buen momento para que la izquierda denuncie a esa izquierda de los pisos para encuentros con “señoritas”.


Denunciada en unas jornadas organizadas por VOX en el Congreso
«Si haces el examen en español, te suspenden»: la realidad lingüística que sufren los estudiantes en Cataluña
LGI. gaceta. 22 Febrero 2025

El grupo parlamentario VOX ha organizado este viernes las jornadas «Defensa del español. Una ley nacional para la libertad lingüística», un encuentro en el Congreso de los Diputados en el que han participado alumnos y profesores.


En el acto, Santiago Acosta, de Estudiants pel canvi, ha denunciado la «desventaja competitiva» de los estudiantes catalanes frente al resto, debido a que los fondos se destinan a «la ideología basura, mientras que las instalaciones son nefastas».


Así, ha criticado que «algunos alumnos no obtienen respuesta de los profesores si se dirigen a ellos en español». Sin embargo, se ha mostrado esperanzado de poder terminar con esta situación y ha recordado que el futuro «pertenece a los jóvenes». En este sentido, Andrea Llopart, de S’ha Acabat, ha puesto cifras a la situación del catalán, destacando que «tras las imposiciones, el uso del catalán entre los jóvenes ha caído 15 puntos en 15 años».


Además, Juan Nigorra ha dado su testimonio como padre de un alumno en Baleares y ha cargado contra la «pasividad» del Partido Popular, pese a haber tenido mayoría absoluta en el Parlamento Balear, ante el problema del catalán en las aulas. Desde la fundación en la que participaba se registraron propuestas, iniciativas, pero, según ha afirmado, no se les «hizo caso». «Estábamos en la misma situación que con el pacto del progreso previo al gobierno popular», ha dicho.


Nigorra ha denunciado que «los padres con menos recursos tienen que sufrir el desastre de la inmersión lingüística, mientras que quienes pueden pagar un colegio privado, salvan a sus hijos de situaciones como ser apartado de la clase para explicarles algo en español».


«El español no aparece ni como lengua vehicular»

En el acto también han participado docentes como Joan Font, profesor universitario balear, quien ha ilustrado la situación «preocupante» en la región derivada de la inmersión lingüística que desde hace años se produce en las islas.


Así, ha continuado, «se pasa de un modelo que más o menos emplea amblas lenguas a un sistema de inmersión lingüística de facto». Font ha lamentado que «en el 80% de los proyectos lingüísticos en los centros de enseñanza primaria de Baleares el español no aparece ni como lengua vehicular». Además, ha subrayado que «únicamente se están dando en español el 5% de las horas que deberían darse».


José Domingo, abogado y miembro de Escuela para Todos, ha compartido la «sensación de alerta por la situación en los colegios». Así, ha asegurado que «el Gobierno está a favor de las subvenciones que fomentan el monolingüismo», mientras que «asociaciones como Escuela para Todos no recibe ningún tipo de ayuda estatal». «Nos encontramos en una situación crucial debido a la indefensión de todos los que apoyan la defensa de la educación en español», ha concluido.


Alfonso Ussía: «Los etarras han ganado la batalla del relato subvencionada por gobiernos centrales»
María Zabay. okdiario. 22 Febrero 2025

Alfonso Ussía, periodista y escritor, uno de los intelectuales más lúcidos de nuestro país, ha dado vida a Borroka: una novela valiente, que remueve. Literatura e historia. Análisis del drama de una España de la que gran parte de nosotros —aquellos que a finales de los 80 y hasta principios de los 2000 ya teníamos conciencia—, recordamos asesinatos crueles sin atisbo de piedad ni remordimientos. «Valiente se era cuando las balas te silbaban. Ahora es sólo un compromiso con la memoria y nuestra propia historia», dice Ussía. Recuerda bombas, disparos de ETA a quienes no les hacían nada, a inocentes. Y cada vez más frecuentes, con más crueldad. Con jabón para quemar la piel, con detonaciones espaciadas por minutos u horas para acabar con los que iban a socorrer a las víctimas de la primera explosión. Con niños muertos. Mutilados. Con mujeres y hombres destrozados. Con familias desterradas de su propia tierra por miedo. Con la sangre de cientos de personas en las calles y la cobardía de quienes apretaban el gatillo. El último de aquella barbarie sin razón tuvo lugar el 30 de julio de 2009. Hizo explosión un artefacto-lapa colocado en los bajos de un coche patrulla de la Guardia Civil en Palmanova (Mallorca), del que resultaron muertos los Guardias Civiles Diego Salvá Lezáun y Carlos Sáenz de Tejada García.


Hoy, todas las víctimas viven el drama de casi tener que avergonzarse por sufrir la pérdida de familiares asesinados, de haber llorado y perdido a quienes amaban; hoy tienen que callar para no incomodar. La perversión moral ha alcanzado tales niveles que quienes fueron masacrados y perseguidos deben vivir con la humillación de ver a sus verdugos homenajeados en las calles. Han transitado de una persecución física a una moral. Y, hoy, en febrero de 2025, deben tapar su dolor para no incomodar porque, en este hoy, muchos «demócratas» defienden que «hay que mirar hacia adelante» y no remover el pasado. Pero ese olvido, ese dejar atrás, aplica sólo cuando se habla de ETA, porque mientras dicen eso, al mismo tiempo, insisten en recordar y juzgar hechos ocurridos hace casi un siglo. Así que, mientras se exhuman huesos de hace ochenta años, los huesos de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez o Fernando Buesa deben quedarse enterrados en la amnesia. Mientras se destruyen calles y monumentos del pasado, los homenajes a terroristas se multiplican con dinero público. Es un insulto a la inteligencia, pero también a la decencia.


Alfonso Ussía también pone el foco en el gran sacrificio que hicieron la Policía Nacional y, sobre todo, la Guardia Civil, que fueron el principal objetivo de ETA. Habla de su entrega sin condiciones, de la sangre derramada por aquellos que, en su mayoría, eran jóvenes de menos de treinta años que apenas tenían tiempo de hacer vida fuera del uniforme. Y lo más indignante: a día de hoy, sigue siendo una de las grandes injusticias que los agentes de la Guardia Civil no cobren el complemento de riesgo que sí perciben la Ertzaintza y los Mossos d’Esquadra.


Recuerda que hasta que se pudieron sumar las mujeres a la Guardia Civil, seleccionaban a los más afeminados para que se disfrazasen de mujer. Una jugada maestra: el enemigo no sabría si se enfrentaba a un agente de la ley o a la peor pesadilla de un desfile de carnaval. La incorporación de las mujeres fue clave. Recuerda a Manuela Simón, una guardia civil de 20 años, que al entrar en una gasolinera se encontró de frente al etarra Paterra, de parada técnica en su fuga a Francia. Tuvo la audacia ella de, en lugar de tomar un café o un refresco que la podrían haber hecho más adulta, pedirse una bolsa de gusanitos que la infantilizaba. Los dos que iban con Paterra se olieron que podía ser una pikoleta, pero ¿qué etarra sospecharía de una joven con gusanitos en la mano? Ironías del destino: la dulzura de una bolsa de aperitivos fue lo último que vio aquel cobarde antes de ser arrestado.


Borroka arranca en 1987 con Deva Valdés, una mujer guardia civil, una de las primeras. Ficción hecha de retazos de tres heroínas reales que entregaron su vida a acabar con asesinos. Para desarrollar la historia de esa banda de sanguinarios y el sufrimiento que acarrearon, Alfonso J. Ussía ha investigado en profundidad, preguntando, leyendo, releyendo y escuchando. Eso le ha llevado a contar con testimonios inéditos y desvelar datos exclusivos que nunca habían visto la luz. Y en el libro, con una prosa exquisita, habla de aquella crueldad, de valientes que se dejaron la vida, de los que sufrieron y de los que todavía hoy sufren las consecuencias de aquellos asesinos agrupados en una banda criminal que se llamaba ETA.


Esta entrevista pretende despertar el recuerdo de una barbarie y rendir un homenaje a todas esas víctimas. A las que se fueron y a las que siguen con nosotros. Recordar que la crueldad fue a más; que como dice Alfonso J. Ussía, cuantos más derechos ganábamos, cuanta más democracia había, más se asesinaba. Si alguien tiene dudas, si alguien se quedó en aquel argumento peregrino de que su sentido fue luchar contra el franquismo, conviene recordarle que durante el régimen hubo 43 víctimas mortales, frente a 800 durante la democracia.


Los ochenta fueron años duros. Se socializó el terror. Carmen Tagle, fiscal de la Audiencia Nacional que investigaba al GAL, fue asesinada con apenas cuarenta y dos años por el sanguinario Parot. Ella nunca quiso tener escolta y ellos mataban por matar. Era el imperio del terror. ETA no sólo mató cuerpos, destruyó conciencias, corrompió a una parte de la sociedad que miró hacia otro lado. En el fondo, se ha creado un cómodo relato donde todos fueron víctimas, donde todo fue «un conflicto» y en el que los asesinos tienen derecho a una segunda oportunidad. El problema es que los muertos no la tienen.


Habla Alfonso J. Ussía de la escisión de ETA en 1987 entre aquellos de la banda que optaban por dejar ya las armas y los que, como Santi Potros, querían seguir con la crueldad sin límites y poner féretros blancos en la mesa para negociar. Recuerda los 421 homenajes que se han celebrado a presos etarras en 2024. La pregunta inevitable a la que una llega es si olvidar a las víctimas e integrar a sus asesinos forma parte de la democracia. Sin dudar, asevera que es un insulto y que la estabilidad política no puede sustentarse en «mearse sobre las víctimas». «Ahí están las heridas que se van haciendo cada vez más fuertes y más profundas», incide. Heridas que nos separan. Muros. Porque «Los gobiernos prefieren tenernos enfrentados, pescar en la polarización, en río revuelto». Tiene claro que los asesinos y los que los banquearon ficcionando otra historia, otro cuento, han ganado la batalla del relato subvencionada por gobiernos centrales. Hoy seis de cada diez menores de veinticinco años no saben exactamente lo que era ETA y algunos incluso simpatizan con su narrativa.


Sostiene que el nacionalismo es un negocio de dinero, de montar chiringuitos buscando una identidad que no existe En 1997 se encontró documentación de ETA en la que su padre, entre otros periodistas, figuraba como objetivo de la banda terrorista. Vivió como dejó de ser libre. En realidad, toda la familia. Veinticinco años pasó con escolta. No podían ir a San Sebastian y tenían incluso que dar nombres falsos cuando hacían reservas. Ésa era la democracia de ETA. Recuerda al periodista José Luis López Lacalle al que mataron por ser libre y escribir lo que consideraba y a Carlos Herrera, que se salvó por sospechar del peso de la caja de puros.


Y como le pregunto por todo —y por supuesto por las amenazas—, con una sonrisa despreocupada me confiesa que ha recibido alguna por redes sociales a causa de Borroka. Nada serio para un hombre que vivió su infancia con el yugo de la amenaza de ETA de manera permanente. A estas alturas, que le insulten en Twitter (X, o como lo quiera llamar usted) es como si a un boxeador profesional le lanzan una servilleta en un restaurante.


Recuerda Ussía en la entrevista como algunos de los etarras detenidos daban todo tipo de detalles con orgullo, como Parot. Otros, como el carnicero de Mondragón, duro en apariencia, se orinaron en los pantalones escondidos en un armario. Tenía el arrojo de una ameba asustada y la dignidad de un calcetín usado. Vamos, un valiente de los que huyen dejando la puerta abierta.


«ETA no acabo por ninguna intención política, sino porque la Guardia civil cada vez era más profesional», afirma Ussía convencido. También sin titubeos, sostiene que ve a ETA como una brasa que no se ha terminado de apagar del todo.


Yo casi le voy a despedir a usted con aquello de Aristóteles de que «la cobardía es el peor de los defectos porque deja a los inocentes a merced de los malvados». No hay definición más precisa de lo que supone ETA para España: cobardes asesinos, envalentonados por la sangre y protegidos por el silencio de quienes se apoyan en ellos para gobernar.


Silencio.


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